Crédito: fuente
Por Ali Awadah, director de Ecorp.
El CEO de Twitter, Jack Dorsey, envió un email a todo su personal comunicándoles que podrán continuar trabajando desde su casa, siempre que lo consideren conveniente. En su mensaje, publicado en su propia red, Dorsey señala que Twitter fue uno de los primeros en adoptar un modelo de trabajo desde el hogar, aunque no el único. Los gigantes Facebook, Google y Shopify, anunciaron que extendían su política de home office al menos hasta fin de año, aunque, como gran parte del mundo, ese impulso se ha acelerado por el COVID-19.
Detrás de la escena de estos anuncios no hay una mera puesta en escena, sino el resultado de analizar y medir la operación del negocio durante el proceso del Home Office Obligado de los últimos meses. Si asumieron el riesgo de hacer un fuerte anuncio, es porque saben que durante este tiempo sus empresas fueron productivas y pueden argumentarlo sólidamente, aun frente a sus inversores.
Desde luego que, esas decisiones pueden cambiarse o adaptarse con el tiempo, pero está claro que, estas nuevas modalidades marcan un quiebre en el concepto del home office, tal cual lo conocíamos, y sugiero no tomar a la ligera y analizar en profundidad sus repercusiones para nuestros contextos en Latinoamérica.
Este cambio sucede en las dos direcciones:
– Desde el punto de vista de una empresa y de su política de employment branding, la idea del Home Office, entendida como un beneficio, de uno o dos días, para que sus empleados trabajen más relajados desde sus casas y con menos horas, creo sinceramente que ya no existirá más.
– Desde el punto de vista del empleado, la idea que el home office es una excusa para responder los mails en pantuflas sin prestar demasiada atención y desde la cama mientras se mira una serie… tampoco existirá más.
Hace poco más de un año, una de las cadenas de hamburguesas más famosas del mundo, nos contaba, con una serie de anuncios, que se venía una nueva Era, que si un día de la semana trabajabas desde tu casa, o si transformabas una reunión de trabajo en una fiesta con amigos en una pileta… eras un crack. Después de la cuarentena, esa Era terminó.
Estamos ingresando en una nueva etapa. Ahora el desafío es considerar al trabajo en casa como una verdadera oficina remota. Ahora será un crack, el que verdaderamente demuestre ser productivo trabajando desde su casa.
Como todo modelo en desarrollo, aún está definiendo sus características. Demandará nuevos derechos y responsabilidades a cada una de las partes. Y desde ya que, cada negocio, lo aplicará según sus propias características. Algunas empresas no podrán hacerlo, o serán más lentas, y habrá otras que serán más veloces para implementarlo. No es casual que los principales impulsores sean empresas de tecnología, que en su ADN tienen más arraigado los conceptos de “flexibilidad”, “trabajar desde la casa”, e inclusive las más disruptivas ya trabajan en formatos “work everywhere”, donde no importa el lugar donde trabajen, sino lo que sean capaces de producir.
La clave para las empresas es: ¿Cómo potenciar una verdadera cultura de trabajo remoto? que es mucho más que el binario de “en la oficina” o “en casa”. Creo que la clave será entender que, la identidad de una empresa, no está detrás de los ladrillos de su torre, o del cartel luminoso de la gran puerta de entrada , o de una mesa de ping pong, consola de videojuegos o metegol en los espacios comunes del edificio corporativo. Sin dudas, el negocio de las empresas estará motorizado por sus personas y sus procesos. A partir de ahora, muchas de ellas pensarán, y tal vez tendrán, igual número de oficinas que de empleados. Y cada uno de los empleados será coproductor de su productividad junto con la empresa.
El nuevo equilibrio de los negocios, seguramente estará regido por una nueva productividad descentralizada, donde la clave será: cómo lograr que la operación de una empresa con múltiples oficinas sea eficiente, motivadora y ordenada para alcanzar las metas de negocio deseadas por sus dirigentes y aceptadas por todos sus colaboradores.
En este nuevo camino, hay 5 ejes claves para establecer los nuevos KPI´s para lograr una productividad descentralizada:
1- Equipamiento: muchas empresas ya empezaron a implementar políticas de inversión en equipamiento clave, en hardware y software, para las casas de sus empleados (computadora, monitores, ups, licencias de office, etc.) según cada necesidad. Creo que tenemos que entender cuáles son las necesidades reales de nuestros colaboradores para contribuir a tener la productividad básica necesaria. Solemos pensar en algunos elementos ergonómicos, pero creo que tenemos que bajar un escalón. Pensar realmente los problemas del colaborador de hoy.
2- Conectividad: ya no alcanza que las empresas costeen el abono de Internet de las casas. Hace falta diagramar una forma sólida para que los colaboradores no tengan problemas con las múltiples tecnologías de trabajo remoto. Es muy probable que la VPN que teníamos, para que nuestros colaboradores trabajen una vez por semana, o cuando estaban de viaje o en una convención de un par de días en un hotel, no sea igual. Seguramente necesitemos otras tecnologías para el trabajo que hoy estamos visualizando. En las empresas viejas, no conozco ningún caso, que digan que con tecnologías remotas se trabaja más rápido que on-site. Por lo cual, tenemos el desafío de invertir esta ecuación. Las personas tienen que sentir que con buena tecnología, es más eficiente trabajar desde su casa. Que todo está pensado, no para un red local, sino para un esquema multi-oficina.
3- Nuevos procesos: la descentralización requiere redefinir procesos internos para hacer eficiente la operatoria cotidiana. Desde migrar muchísima documentación a la nube, hasta establecer nuevas pautas de videollamadas, capacitaciones de cómo hacerlas de forma atractiva, cómo se deben presentar los reportes y los KPI´s.
4- Worklife Balance: establecer políticas activas de bienestar personal y desarrollo profesional, tomando en cuenta las distintas realidades y rutinas de cada empleado en su casa (zona geográfica y tipo de casa o departamento, cantidad de hijos, familiares a cargo, etc) para reducir estrés y generar mayor comprensión y adhesión.
5- Potenciar habilidades: la transformación digital de los negocios, tanto de grandes como de PYMES o Emprendedores, se aceleró exponencialmente en todas las industrias. Por eso, será necesario establecer una política activa de capacitación y entrenamiento de nuevas capacidades para transformarlas en habilidades, que potencien a cada empleado y los animen a ser innovadores, cada uno desde su lugar en la empresa.
Vivimos en la Era de la velocidad, hoy más que nunca, lo rápido es mejor que lo perfecto!. Todo se va perfeccionando en el camino, pero primero hace falta lanzarse. Por eso, las empresas que ya estén pensando en este nuevo equilibrio de productividad serán las que mejor se adapten y ganarán la gimnasia de innovar, para cuando le llegue la próxima etapa de cambios. Este virus podrá ser desconocido pero la solución no es quedarse quieto!, porque hay algo seguro en el mundo actual de los negocios – y basta analizar en detalle los últimos meses para comprobarlo- los cambios no se quedan quietos.
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Por Ali Awadah, director de Ecorp.
El CEO de Twitter, Jack Dorsey, envió un email a todo su personal comunicándoles que podrán continuar trabajando desde su casa, siempre que lo consideren conveniente. En su mensaje, publicado en su propia red, Dorsey señala que Twitter fue uno de los primeros en adoptar un modelo de trabajo desde el hogar, aunque no el único. Los gigantes Facebook, Google y Shopify, anunciaron que extendían su política de home office al menos hasta fin de año, aunque, como gran parte del mundo, ese impulso se ha acelerado por el COVID-19.
Detrás de la escena de estos anuncios no hay una mera puesta en escena, sino el resultado de analizar y medir la operación del negocio durante el proceso del Home Office Obligado de los últimos meses. Si asumieron el riesgo de hacer un fuerte anuncio, es porque saben que durante este tiempo sus empresas fueron productivas y pueden argumentarlo sólidamente, aun frente a sus inversores.
Desde luego que, esas decisiones pueden cambiarse o adaptarse con el tiempo, pero está claro que, estas nuevas modalidades marcan un quiebre en el concepto del home office, tal cual lo conocíamos, y sugiero no tomar a la ligera y analizar en profundidad sus repercusiones para nuestros contextos en Latinoamérica.
Este cambio sucede en las dos direcciones:
– Desde el punto de vista de una empresa y de su política de employment branding, la idea del Home Office, entendida como un beneficio, de uno o dos días, para que sus empleados trabajen más relajados desde sus casas y con menos horas, creo sinceramente que ya no existirá más.
– Desde el punto de vista del empleado, la idea que el home office es una excusa para responder los mails en pantuflas sin prestar demasiada atención y desde la cama mientras se mira una serie… tampoco existirá más.
Hace poco más de un año, una de las cadenas de hamburguesas más famosas del mundo, nos contaba, con una serie de anuncios, que se venía una nueva Era, que si un día de la semana trabajabas desde tu casa, o si transformabas una reunión de trabajo en una fiesta con amigos en una pileta… eras un crack. Después de la cuarentena, esa Era terminó.
Estamos ingresando en una nueva etapa. Ahora el desafío es considerar al trabajo en casa como una verdadera oficina remota. Ahora será un crack, el que verdaderamente demuestre ser productivo trabajando desde su casa.
Como todo modelo en desarrollo, aún está definiendo sus características. Demandará nuevos derechos y responsabilidades a cada una de las partes. Y desde ya que, cada negocio, lo aplicará según sus propias características. Algunas empresas no podrán hacerlo, o serán más lentas, y habrá otras que serán más veloces para implementarlo. No es casual que los principales impulsores sean empresas de tecnología, que en su ADN tienen más arraigado los conceptos de “flexibilidad”, “trabajar desde la casa”, e inclusive las más disruptivas ya trabajan en formatos “work everywhere”, donde no importa el lugar donde trabajen, sino lo que sean capaces de producir.
La clave para las empresas es: ¿Cómo potenciar una verdadera cultura de trabajo remoto? que es mucho más que el binario de “en la oficina” o “en casa”. Creo que la clave será entender que, la identidad de una empresa, no está detrás de los ladrillos de su torre, o del cartel luminoso de la gran puerta de entrada , o de una mesa de ping pong, consola de videojuegos o metegol en los espacios comunes del edificio corporativo. Sin dudas, el negocio de las empresas estará motorizado por sus personas y sus procesos. A partir de ahora, muchas de ellas pensarán, y tal vez tendrán, igual número de oficinas que de empleados. Y cada uno de los empleados será coproductor de su productividad junto con la empresa.
El nuevo equilibrio de los negocios, seguramente estará regido por una nueva productividad descentralizada, donde la clave será: cómo lograr que la operación de una empresa con múltiples oficinas sea eficiente, motivadora y ordenada para alcanzar las metas de negocio deseadas por sus dirigentes y aceptadas por todos sus colaboradores.
En este nuevo camino, hay 5 ejes claves para establecer los nuevos KPI´s para lograr una productividad descentralizada:
1- Equipamiento: muchas empresas ya empezaron a implementar políticas de inversión en equipamiento clave, en hardware y software, para las casas de sus empleados (computadora, monitores, ups, licencias de office, etc.) según cada necesidad. Creo que tenemos que entender cuáles son las necesidades reales de nuestros colaboradores para contribuir a tener la productividad básica necesaria. Solemos pensar en algunos elementos ergonómicos, pero creo que tenemos que bajar un escalón. Pensar realmente los problemas del colaborador de hoy.
2- Conectividad: ya no alcanza que las empresas costeen el abono de Internet de las casas. Hace falta diagramar una forma sólida para que los colaboradores no tengan problemas con las múltiples tecnologías de trabajo remoto. Es muy probable que la VPN que teníamos, para que nuestros colaboradores trabajen una vez por semana, o cuando estaban de viaje o en una convención de un par de días en un hotel, no sea igual. Seguramente necesitemos otras tecnologías para el trabajo que hoy estamos visualizando. En las empresas viejas, no conozco ningún caso, que digan que con tecnologías remotas se trabaja más rápido que on-site. Por lo cual, tenemos el desafío de invertir esta ecuación. Las personas tienen que sentir que con buena tecnología, es más eficiente trabajar desde su casa. Que todo está pensado, no para un red local, sino para un esquema multi-oficina.
3- Nuevos procesos: la descentralización requiere redefinir procesos internos para hacer eficiente la operatoria cotidiana. Desde migrar muchísima documentación a la nube, hasta establecer nuevas pautas de videollamadas, capacitaciones de cómo hacerlas de forma atractiva, cómo se deben presentar los reportes y los KPI´s.
4- Worklife Balance: establecer políticas activas de bienestar personal y desarrollo profesional, tomando en cuenta las distintas realidades y rutinas de cada empleado en su casa (zona geográfica y tipo de casa o departamento, cantidad de hijos, familiares a cargo, etc) para reducir estrés y generar mayor comprensión y adhesión.
5- Potenciar habilidades: la transformación digital de los negocios, tanto de grandes como de PYMES o Emprendedores, se aceleró exponencialmente en todas las industrias. Por eso, será necesario establecer una política activa de capacitación y entrenamiento de nuevas capacidades para transformarlas en habilidades, que potencien a cada empleado y los animen a ser innovadores, cada uno desde su lugar en la empresa.
Vivimos en la Era de la velocidad, hoy más que nunca, lo rápido es mejor que lo perfecto!. Todo se va perfeccionando en el camino, pero primero hace falta lanzarse. Por eso, las empresas que ya estén pensando en este nuevo equilibrio de productividad serán las que mejor se adapten y ganarán la gimnasia de innovar, para cuando le llegue la próxima etapa de cambios. Este virus podrá ser desconocido pero la solución no es quedarse quieto!, porque hay algo seguro en el mundo actual de los negocios – y basta analizar en detalle los últimos meses para comprobarlo- los cambios no se quedan quietos.