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Los fabricantes europeos de perfumes y cosméticos se enfrentan a la escasez de papel, vidrio, aceites y alcoholes clave porque la invasión rusa de Ucrania suma interrupciones a la cadena de suministro de productos de belleza, elevando los precios en medio de una fuerte demanda.
Al igual que la industria alimentaria, el sector mundial de la cosmética, valorado en 500 000 millones de dólares, hace frente a las consecuencias de la guerra, ya que los productores utilizan alcohol derivado de cereales y remolacha orgánica para fabricar perfumes, y aceites de semillas de girasol para fabricar cosméticos, todos ellos cultivos clave procedentes de Ucrania.
Además, la crisis energética provocada por la guerra ha puesto por las nubes los precios del vidrio y el papel, al mismo tiempo que los cierres en China a causa del coronavirus han frustrado la capacidad de las empresas para obtener componentes de envasado para perfumes de 100 dólares por frasco y barras de labios de 30 dólares.
«Estamos en modo gestión de crisis en lo que se refiere a temas de abastecimiento», declaró en una entrevista con Reuters Emmanuel Guichard, secretario general de la asociación francesa de cosméticos Febea.
La consultora Bain & Company calcula que el aumento de los precios de los envases, la energía y las materias primas ha hecho subir los costes de producción en el sector de la cosmética entre un 25 y un 30 % de media, lo que supone un reto para los productores de cosmética de gran consumo, aunque la demanda de productos de cuidado personal sigue siendo fuerte, según su socia y líder de la práctica de lujo en la región EMEA, Federica Levato.
El fabricante italiano de fragancias ICR espera que las ventas de este año superen los niveles previos a la crisis, pero el fabricante familiar de los perfumes de Bulgari y Salvatore Ferragamo tiene que hacer frente a un aumento anual del 30 % en el coste del alcohol, además de un incremento del 10 % en el coste del vidrio y el papel, según su vicepresidenta Ambra Martone.
Según un informe de McKinsey, las ventas de productos de belleza a nivel mundial superarán este año los 538 000 millones de dólares de 2019, por encima de los 518 000 millones de 2021 y los 458 000 de 2020.
Eso es solo una fracción de otras industrias que han sufrido los efectos de la guerra, incluyendo la industria mundial de alimentos envasados, que se prevé que supere los 2 billones de dólares este año, según las últimas estimaciones de Euromonitor. La invasión de Ucrania por parte de Rusia ha provocado agitación en los mercados de cereales básicos y aceites comestibles, elevando a máximos los precios de los alimentos a nivel mundial.
Aunque las empresas más grandes, con mayores márgenes de beneficio, tienen más capacidad financiera y flexibilidad para hacer frente a la situación (la división de lujo de L’Oreal, que vende maquillaje y perfumes de las marcas Giorgio Armani y Valentino, por ejemplo, tiene un margen operativo del 22,8 %), el reto es especialmente complicado para las pequeñas y medianas empresas de Europa.
Nos enfrentamos a la escasez y al aumento de los precios a cada paso: desde las esencias y el alcohol hasta el vidrio y el papel, hasta para las bombas de los dispensadores de aerosol y el plástico Surlyn que se utiliza para los tapones», afirma Marco Vidal, director ejecutivo del fabricante de fragancias veneciano Mavive, dueño de la marca Merchant of Venice.
Los retos aumentan cuando los consumidores adquieren productos de belleza más caros, incluidos los perfumes elaborados con una mayor concentración de aceites y materias primas menos habituales.
Las ventas de fragancias no han dejado de aumentar en los últimos tres años, y en 2021 aumentaron un 15 % en Estados Unidos, donde se duplicaron las ventas de perfumes de más de 175 dólares el frasco, según los últimos datos de NPD Group.
«Es un desastre, y sencillamente es imposible encontrar vidrio», señaló Alba Chiara De Vitis, fundadora de Alchemia Essenze, con sede en Florencia, cuyas fragancias se venden por hasta 180 euros el frasco.
Los fabricantes de cosméticos europeos que, según la asociación del sector Cosmetics Europe, exportaron 22 600 millones de euros en productos durante 2020 se encontraron con una demanda competitiva de materiales de envasado después de la pandemia de coronavirus que impulsó el comercio electrónico y con ello el consumo de papel en medio de los esfuerzos por reducir el uso del plástico.
Los fabricantes de vidrio, por su parte, han tenido problemas para hacer frente a la demanda de viales de vacunas tras reducir la producción durante las primeras fases de la pandemia, llegando a apagar los hornos en Italia por primera vez en décadas.
Ahora los precios del gas están agravando los problemas de ambas industrias, obligando a las fábricas de papel italianas a detener temporalmente la producción para renegociar los precios de venta.
La duplicación del coste del papel que se utiliza para fabricar cajas rígidas de lujo para clientes como Dolce & Gabbana, Ferragamo y Givenchy ha llevado al grupo italiano Isem a subir el precio de sus productos entre un 10 y un 40 %, según ha declarado a Reuters su director general, Francesco Pintucci.
El fabricante italiano de vidrio Bormioli Luigi, que fabrica botellas para bebidas alcohólicas, perfumes y cosméticos con unos ingresos anuales de 480 millones de euros, prevé 80 millones de euros de costes energéticos adicionales este año, la mitad de los cuales correrán a cargo de su segmento de belleza, entre cuyos clientes se encuentran las marcas francesas Chanel y Dior, ha explicado a Reuters el jefe de fragancias Simone Baratta.
«Antes de la guerra, el coste de un frasco era de 0,75-1,40 euros, ahora es de 1-1,50 euros», ha declarado De Vitis.
Los fabricantes de vidrio de Francia, donde las grandes empresas de cosméticos empezaron a hacer pedidos meses antes de lo habitual, han dado una nota más tranquilizadora, indicó Guichard, que cree que ellos también sentirán pronto el impacto de la crisis energética.
«Creo que nos va a costar mucho conseguir gas para fabricar frascos de perfume», expresó, señalando que no habrá tiempo suficiente para convertir los hornos de gas en sistemas eléctricos.
Mientras tanto, los ejecutivos de Intercos, un proveedor italiano de cosméticos para marcas, que el martes firmó un acuerdo comercial de cinco años con Dolce & Gabbana, dijeron que habían subido los precios alrededor de un 5 % a finales de 2021 y que estaban considerando una nueva subida en verano.
«En el sector de la belleza de lujo, esperamos que los consumidores soporten la carga de estos costes más elevados tras un periodo de transición que podría durar unos meses», sostuvo Levato.