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Ir por el lado de la comida tampoco en nuevo. En los locales de Café Martínez creció la oferta para el almuerzo, y están planificando extender la atención pensando en el horario nocturno.
Hoy la cadena familiar cuenta con 175 locales en el país y otros en Paraguay (6), Uruguay (3) y Bolivia (2). Para fin de año esperan superar las 200 sucursales en la Argentina –desembarcando en Jujuy, Neuquén y La Rioja- y duplicar las del exterior, en el marco de un plan de regionalización que incluye “desde México para abajo”. Uno de los mercados que está en la mira es Brasil.
Esa llegada a nuevos mercados tiene como punta de lanza aterrizar con productos en comercios y luego locales propios que pongan los pilares para expandir las franquicias. “La pandemia frenó varios proyectos. Fuimos retomando y este año apuntamos a seguir creciendo y desarrollar esos proyectos. Incluso aparecieron nuevas oportunidades”, comentaron desde la cadena de cafeterías.
La tecnología es un aliado para la expansión. “Es lo que nos cambia la forma de pensar”, confesó Salas, al explicar cómo los planes tienen base en las nuevas herramientas como las apps y la economía colaborativa. Las ventas a través de las apps de delivery ya representan el 10% del total. Además, exploran el modelo –en otros países- de vender sus productos en drugstores.
En los planes de Café Martínez está también expandir su participación en consumo masivo, que hoy es de 7% del total, a través de supermercados y mayoristas. También con el lanzamiento de una línea llamada 1933, con productos para esos centros comerciales, pero bajo otro nombre. “En supermercados no tenemos control del precio y eso era irritante para el franquiciado”, explica Salas. El nombre es una reminiscencia al año en que el abuelo materno abrió la primera cafetería.
Críticas, inflación y desabastecimiento
En la charla con Ámbito, Salas advirtió que la política oficial contra la inflación, con controles de precios, no es –ni será- efectiva, cuestionó las restricciones a la importación que buscan frenar la salida de dólares, y advirtió que éstas pueden generar desabastecimiento de café en el país.
“Argentina no tiene café, por eso se importa. Tenemos problemas y hubo cambios, pero aún siguen”, explicó el ejecutivo. Es que por decisión del Banco Central para frenar la sangría de divisas se modificó el proceso de importación. “Estamos trabajando con los proveedores para que acepten las formas de pago a 180 días y administrando el cupo para que no haya faltantes”, comentaron en Café Martínez, pero Salas advirtió: “Hay riesgo de desabastecimiento, estamos trabajando fuertemente para que no ocurra”.
Además, esta situación ya afecta los planes de expansión, dado que dificulta destinar productos para consumo masivo por el riesgo de no poder abastecer la red de cafeterías.
“Los empresarios tenemos que involucrarnos en las cuestiones legislativas que tienen que ver con el comercio”, dijo Salas al opinar que pareciera que “los funcionarios asumieron que su rol es dificultar y trabar”.
Por otro lado, consideró que la inflación “es una enfermedad, una de las peores cosas que le puede pasar a un país” y que “los salarios quedan atrasados”. “Los controles de precios ya los probamos y nunca funcionaron”, dijo al cuestionar la política antiinflacionaria, y sostener que se debe “reducir el gasto y dejar de emitir” moneda.
Como un mensaje final a los empresarios, Salas aseguró que “en vez de irnos, tenemos que quedarnos e involucrarnos”.