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En 2019 los inversores europeos destinaron dos veces más a fondos sostenibles que en 2018 por la amenaza del cambio climático para la economía.
El año pasado los inversores europeos destinaron hasta dos veces más efectivo a fondos sostenibles que en 2018 como respuesta a los temores sobre la amenaza que representa el cambio climático para la economía global. De hecho, según Morningstar se invirtió una cantidad récord de 120.000 millones de euros a estos productos, más del doble de los 48.800 millones de 2018.
Los activos de 2.405 fondos estudiados por Morningstar alcanzaron a finales de 2019 un valor de668.00 millones, una subida del 56% con respecto al año anterior gracias a las oscilaciones del mercado y al auge de estos productos.
Los fondos sostenibles se han convertido en una de las areas de innovación de los grupos de inversión europeos. Las gestoras lanzaron el año pasado 360 fondos sostenibles. Cincuenta de éstos tienen un mandato orientado al clima. Las gestoras de activos también están convirtiendo sus productos en fondos sostenibles en respuesta a la demanda de los clientes.
La división de gestión de activos del proveedor escandinavo de servicios financieros Storebrand, que gestiona 23.000 millones de euros, lanzó en diciembre 28 fondos libres de combustibles fósiles.
«Las soluciones sostenibles resultan cada vez más atractivas y la demanda en Europa crece a gran velocidad», explica Jan Erik Saugestad, consejero delegado de Storebrand Asset Management.
«Los inversores y las gestoras de activos escandinavos fueron los pioneros de estrategias que incorporaron parámetros medioambientales y de buen gobierno. Ahora vemos que encabezan las iniciativas destinadas a prescindir de los combustibles fósiles. Será interesante ver cómo las gestoras de activos de otros países siguen su ejemplo», afirma Hortense Bioy, responsable de estrategias pasivas y análisis de sostenibilidad de Morningstar.
La mayor parte de las gestoras de activos evitan ya invertir en empresas de combustibles fósiles.
«Las gestoras de cartera cada vez son más conscientes de los riesgos de inversión que representan activos en desuso como las compañías de combustibles fósiles. La desinversión puede liberar capital para invertir en compañías que contribuirán a facilitar la transición hacia una economía de bajas emisiones de dióxido de carbono», opina Bioy.
Las nuevas inversiones, que se calcula oscilarán entre los 260.000 y los 300.000 millones de euros anuales hasta 2030, serán necesarias para que Europa cumpla con los ambiciosos objetivos de limitar el calentamiento global acordado en la conferencia del clima de París en 2015.
Morningstar limitó su análisis a los fondos que, en su opinión, han integrado a sus carteras estándares medioambientales, sociales y de gobierno corporativo.
También ha incluido fondos que se interesan por temas relacionados con la sostenibilidad y los que ofrecen parámetros de sostenibilidad junto a sus resultados financieros.
Morningstar también tiene localizados 160 fondos europeos que han excluido o reducido su exposición a los combustibles fósiles.
Bioy opina que «el asesoramiento que ofrecen las gestoras de fondos a veces resulta confuso e induce a error», lo que no ayuda a los inversores a saber cuáles son las compañías que han quedado descartadas.
Como parte de una nueva directiva que dio a conocer la Comisión Europea esta semana, se exigirá a las empresas que aporten información adecuada sobre los riesgos de sostenibilidad.
Valdis Dombrovskis, vicepresidente de la Comisión, aseguró que la labor preliminar para adaptarse a la nueva directiva debería empezar «tan pronto como sea posible» para simplificar la actual normativa internacional, que resulta confusa y muy costosa para compañías e inversores.
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