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Cuando hacemos referencia al término Visual Merchandising, lo primero que nos viene a la mente es relacionarlo con el sector moda. Cierto es que las multinacionales del sector textil se han encargado de llevar a lo más alto esta técnica debido a su importancia. Ahora bien, hemos de tener muy claro que cualquier espacio donde se venda un producto y/o servicio ha de aplicarse el visual merchandising incluyendo el punto de venta digital, sin olvidarnos que el éxito online siempre es consecuencia del éxito offline.
Las grandes compañías han sido pioneras en el uso del visual merchandising gracias a unos recursos que les han permitido invertir en conocimiento, diseño, formación e implantación. Desde hace unos años también las medianas empresas han sido conscientes de su importancia gracias al vivo reflejo del éxito en sus “grandes competidores”. En cambio, todavía hay mucha pequeña empresa que por falta de recursos o por mero desconocimiento no vemos la técnica por excelencia aplicada en sus espacios.
Si hablamos de visual merchandising en un restaurante, estaréis todos de acuerdo conmigo que no es muy común esta relación. Por supuesto que se aplican las diferentes herramientas que nos proporciona la técnica; es decir, que los colores rojo y amarillo sean muy visibles en los restaurantes McDonalds no es nada casual como bien sabéis.
Y como ocurre en otros sectores, también vemos muchos restaurantes que igualmente por desconocimiento o falta de recursos, no diseñan y aplican el óptimo visual merchandising tan necesario y útil en los tiempos que corren.
La importancia del visual merchandising
En cualquier caso, es vital ser consciente de su valor, ser conocedor de la técnica y de todos los aspectos a tener en cuenta sabiendo que se puede adaptar a cada circunstancia concreta en mayor o menor medida. Y que, además de ser imprescindible y necesaria para la empresa, es por encima de todo primordial para lograr la tan ansiada satisfacción del cliente.
En primer lugar es vital saber qué se vende realmente y me explico. Restaurantes hay muchos y todos ellos venden comida, pero vender comida y bebida es algo secundario. Es decir, ¿vendes calidad?, ¿pasión? ¿diversión? ¿confianza?, etc. Apelemos al aspecto emocional.
Parece algo básico y lógico ser conocedor de esta cuestión ya que todas y cada una de las acciones que hagamos serán acordes a este dato, pero os puedo asegurar que muchas empresas no tienen respuesta ante esta pregunta.
Definido a nuestro público y teniendo claro cuál es nuestro posicionamiento diseñaremos el óptimo visual merchandising. A partir de aquí será posible afianzar la imagen de marca, crear las óptimas experiencias de compra, ser coherentes con la marca y en consecuencia, consolidar la marca.
Aspectos a tener en cuenta
Es primordial valorar cómo ha de ser la distribución, iluminación, presentación del producto, servicio, atención, decoración, colores, música, etc. y que irán en función, tal y como se comentaba anteriormente, de lo que realmente se vende. Y todo ello, además, creando un espacio empírico, lleno de experiencias para el cliente y por lo tanto alcanzando su satisfacción.
Aunque parezca mentira y sobre todo cuando se trata de algunos aspectos muy concretos, cuesta creer en el valor tan grande que pueden tener. Es el caso por ejemplo de la música tal y como vemos a continuación en un estudio de neuromarketing realizado recientemente.
Y es que cuando hablamos de percepción del sabor, no es solamente algo que creamos únicamente de la información que llega a través de nuestras papilas gustativas, sino que es algo que nuestro cerebro construye a partir de múltiples fuentes.
Antes de comer un alimento, nos estamos anticipando al sabor que va a tener a partir de cómo saben otros alimentos similares. Por eso, en la alta cocina se busca sorprender al comensal jugando con la apariencia, aromas y texturas. Ahora bien, ¿se puede influir en la percepción del sabor alterando el entorno donde se está presente? La respuesta es sí. No hay un elemento que influya más que otro, pero sí hay una clara influencia como es el ruido.
A mayor ruido ambiental para el mismo plato la percepción de sabor suele ser más negativa, y gracias a dicho estudio se observó que, al realizarse una cata del mismo plato en personas privadas del sentido de la vista y equipados con auriculares, se percibía como el mismo sonido constante hacía que la activación emocional que provocaba un sabor intenso y conocido era menor en los grupos en los que el sonido se había emitido por los auriculares a un volumen mayor.
En definitiva dar valor a aspectos como este y otros muchos para ser coherentes con la marca es vital para que estos espacios logren su consolidación en el mercado actual.