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MADRID, 15 Abr. (EUROPA PRESS) –
Los españoles se encuentran entre los ciudadanos más dispuestos a compartir sus datos de salud para ayudar a combatir la pandemia por coronavirus, ya que sólo un 15 por ciento se niega a compartirlos, según se desprende de la encuesta ‘Data preferences in times of corona’, llevada a cabo por Oliver Wyman en Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, España, Australia y Singapur.
A la hora de escoger con quién hacerlo, los ciudadanos españoles son los más abiertos a proporcionar dichos datos a los proveedores de salud (hospitales, clínicas). En concreto, hasta un 82 por ciento lo haría, frente al 66 por ciento de británicos, estadounidenses y alemanes. En segundo lugar de preferencia se encuentran las autoridades sanitarias, con quienes un 55 por ciento estaría dispuesto a compartir sus datos, seguida de los gobiernos locales (30%) y el nacional (26%).
De manera similar ocurriría si testaran positivo por Covid-19, puesto que un 80 por ciento lo notificaría a su doctor y un 51% lo haría a las autoridades sanitarias. En tercer y cuarto lugar de preferencia, en este caso, se encuentran el trabajo o colegio (41%) y las aplicaciones móviles que desvelan la localización de las personas infectadas (35%).
«Los españoles se muestran concienciados con la importancia de su información de salud a la hora de luchar contra la pandemia, un hecho muy positivo en la que ya se perfila como la próxima fase: el uso de los datos para limitar al máximo las posibilidades de expansión del virus y acelerar la vuelta a la normalidad. Obviamente, este uso debe llevarse a cabo con todas las garantías para la privacidad de los ciudadanos, tal y como recogen las regulaciones nacionales y europeas», ha dicho el partner de Oliver Wyman, Lorenzo Miláns del Bosch.
Preguntados por la clase de información que estarían dispuestos a dar, independientemente de si están infectados o no por Covid-19, los españoles escogen tres opciones principales: datos sobre su estado de salud (60%), datos biométricos recogidos en lugares públicos (47%) y datos de localización por móvil (47%).
A pesar de la disposición general, existen ciertos factores por los que la compartición de los datos podría causar ciertas reticencias. En el caso de los españoles, a la cabeza se encuentran la preocupación por la privacidad y el anonimato (60%), la preocupación por la ciberseguridad y las brechas de información (54%) y, en tercer lugar, el hecho de que los españoles no quieren que su información sea utilizada en beneficio de una empresa (43%).
En este punto, un 41 por ciento de los encuestados afirma que nunca estaría cómodo compartiendo su información con una entidad privada para que la reutilice de forma libre. Se trata, no obstante, del porcentaje más bajo de todos los países, frente al 54 por ciento de los británicos o el 48 por ciento de australianos y estadounidenses.
A la hora de proporcionarlos, el 34 por ciento lo haría con condiciones, como su uso previa consulta, por parte de un comité de expertos independientes, o si los datos fueran administrados de manera responsable por un equipo dedicado.
LOS ESPAÑOLES, LOS MÁS SOLIDARIOS
«A pesar de la gravedad de esta crisis sanitaria, y seguramente también económica, la solidaridad de los españoles no tiene parangón. Así lo demuestra el 69 por ciento de respuestas positivas a compartir sus datos, el mayor porcentaje de todos los países. Los españoles dan por bien empleado un sacrificio en la privacidad de sus datos, en aras de una solidaridad que permita luchar más eficazmente contra la pandemia», ha añadido el presidente y CEO de Oliver Wyman Iberia, Pablo Campos.
Así, preguntados por la motivación a la hora de compartir información personal sobre su estado de salud, destacan en su mayoría (69%) que lo harían si ello redunda en un mejor cuidado sanitario, el mayor porcentaje de todos los países, o si la finalidad es la de detener el avance de la enfermedad (59%), únicamente por detrás de Singapur (65%) y Australia (63%).
Solo un 4 por ciento, el menor porcentaje junto con Singapur, no lo haría en ningún caso. La respuesta es ligeramente diferente cuando esos datos personales corresponden a comportamientos de compra, dado que un 12 por ciento no los proporcionaría nunca, solo por encima de Singapur (7%). Sin embargo, las motivaciones para hacerlo serían las mismas: 50% para un mejor cuidado sanitario y 46 por ciento si lo hacen de cara a frenar la infección.
Si dichos datos fueran a ser reutilizados de forma anónima, sólo un 6 por ciento de los españoles se negaría a permitirlo, el porcentaje más bajo de todos. Las principales razones para dar el visto bueno serían la prevención de una futura pandemia (63%, el segundo porcentaje más alto, solo detrás del 64% de Singapur), para su uso en investigación médica (56%, el porcentaje más alto de todos los países) o para una mejora del estado de salud propio (54%, solo por detrás del 55% de alemanes).
Aunque la reticencia aumenta si dichos datos contaran con información personal identificable, los españoles siguen estando entre los más proclives a proporcionarlos. De hecho, únicamente un 18 por ciento se negaría, el mismo porcentaje de alemanes y solo por delante de los ciudadanos de Singapur (12%).
Más allá de su impacto negativo, el escenario que se abra tras la pandemia traerá ciertas innovaciones en las que los datos, en mayor o menor medida, habrán jugado un papel clave. Preguntados por qué innovaciones esperan con más ahínco, los españoles son, de lejos, los más deseoso de innovaciones en salud (78%, seguidos de lejos del 65% de los habitantes de Singapur). Le siguen a gran distancia las innovaciones en educación (deseadas por un 32%) y en el ámbito financiero (26%) y del retail (24%), en este caso también por encima del resto de países incluidos en la encuesta.
La puesta en marcha de aplicaciones de alertas públicas parece imparable en la lucha contra el virus, y los españoles serían los más proclives a proporcionar su nombre y localización (36%) pero con una salvedad: que la información se restrinja a los proveedores de salud y autoridades pertinentes.
Únicamente un 15 por ciento no estaría dispuesto a proporcionar esta información en ningún caso, solo por detrás del 14% de los habitantes de Singapur. De existir dicha aplicación, los españoles, junto con los alemanes, son quienes optan mayoritariamente por la voluntariedad de los datos (44%) frente a quienes prefieren que sea obligatorio proporcionarlos (42%).
Se trata de porcentajes alejados de Australia o Singapur, donde un 61 por ciento y 62 por ciento, respectivamente, prefieren que la proporción de los datos sea obligatoria. En cuanto a la información que les interesaría recibir, un 78 por ciento de los españoles estarían interesados en recibir notificaciones sobre casos positivos en sus vecindarios, un 66 por ciento sobre casos en colegios o lugar de trabajo, y un 56% sobre casos de personas que acudieron a las mismas tiendas o restaurantes.
No obstante, un 10 por ciento no estaría interesado en ningún tipo de información, mismo porcentaje que los británicos y solo por detrás de los alemanes (17%), los menos interesados.