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La robótica podría hacer desaparecer algunos de los elementos relacionados con la comida en el sector hostelero y hotelero.
Si todo sigue su curso, sería el caso de los minibares que aparecen en muchas cadenas de hoteles de alto nivel. Con la irrupción de la automatización mediante soluciones robóticas, los tradicionales refrigeradores de pequeño tamaño tendrían los días contados.
En su lugar se contaría con máquinas expendedoras robotizadas, que no se limitarían a servir bebidas simples, sino que también tendrían la capacidad de preparar cócteles complejos donde además de las bebidas espirituosas se utilizarían zumos frutales, confituras dulces, especias y técnicas de preparación avanzadas.
Este nivel de automatización se está consiguiendo actualmente en máquinas expendedoras robotizadas de última generación gracias al uso de brazos articulados, equipo de cocina inteligente y software versátil, a menudo basado en IA o aprendizaje de máquina.
De esta manera ya hay modelos en el mercado que dan la posibilidad a los transeúntes de disfrutar de pan francés artesano, beber un café recién hecho de máxima calidad o disfrutar de un té selecto. Los cócteles y bebidas alcohólicas no serán la excepción.
En el ámbito de la restauración aplicada al sector hostelero, Savioke es una empresa que ya está proveyendo a los profesionales de la industria con robots ayudantes que acometen labores de reparto dentro de las instalaciones.
Se implementa así un sistema de reparto de comida dentro del edificio. Y las bondades del artilugio no se refieren únicamente a la experiencia de usuario mejorada que perciben aquellos que pernoctan en el hotel. Los responsables del negocio reducen las posibilidades de hurto, que tanta incidencia tienen en los minibares.
El volumen de negocio se ve espoleado también. Esto se debe a que gracias al reparto automatizado a través de robots, el huésped puede comprar cómodamente desde su habitación cualquiera de los ítems disponibles en la tienda del hotel o en el restaurante. Todos los caprichos de la clientela se satisfacen, y esto se traduce en un incremento del rendimiento económico del negocio, y en una mejor amortización de las estancias ocupadas por los visitantes.
El modelo Relay que producen en Savioke puede funcionar durante todo el día. Sus entregas tardan menos de cinco minutos, y quienes solicitan su servicio no tienen que dar ninguna propina, lo cual sería costumbre con el personal en la zona donde operan (California, EE. UU.).
Pero Relay no es el único modelo de robótica para restauración que se ha hecho un hueco en los hoteles. En la cadena Aloft Hotels cuentan con el programa re:fuel, un punto de avituallamiento para una flota robótica compuesta por autómatas. Los Botlr son máquinas capaces de satisfacer las demandas de los clientes. Dentro de sus atribuciones se listan todas aquellas tareas que requieren llevar aperitivos, bebidas y menús completos desde el punto de recogida hasta la cámara donde se aloja quien haya hecho la petición.
Para las grandes franquicias hoteleras resulta evidente que el minibar ya no tiene lugar en pleno siglo XXI. Cristelle Pigeat, directora ejecutiva y vicepresidenta de ventas y marketing para Mobile Simple, indica que en la restauración y la hostelería, «industrias fundadas sobre la interacción humana y la personalización, tanto la innovación como la tecnología han contribuido profundamente a mejorar la experiencia de los huéspedes y aumentar la eficiencia del personal.
Resulta evidente que estos negocios desean incorporar los robots en su operación, como por ejemplo para automatizar las labores de un recepcionista. No obstante, es improbable que reemplace todos los puestos de trabajo, más bien será un magnífico complemento para las tareas repetitivas y mecánicas».
Otros profesionales con amplia trayectoria en el sector no lo tienen tan claro. Pierre Agrario, vicepresidente de contabilidad general y gestión de cuentas de Bartech, duda que los minibares vayan a desaparecer con la llegada de la robótica para restauración.
No obstante, Agrario guarda un sitio también para los robots. En la visión de Bartech, los robots se encargarían de la tarea de reposición, liberando al personal de cámara de comprobaciones que consumen ingentes cantidades de tiempo.
Así, descubrir qué botellas se han consumido, cuáles se han usado sin llegar a terminarse, extraer los recipientes del refrigerador, traer desde la despensa nuevas botellas y emitir una solicitud de compra para aquellas que estén agotadas serían labores que desempeñaría un autómata especializado en tareas de mantenimiento de los servicios en las cámaras.
Desde Bartech se sienten reticentes a cualquier otro avance de la robótica en relación al consumo de alimentos desde las habitaciones. Según un análisis interno realizado con datos propios, el consumo extraordinario de bebidas y comida se realiza de forma impulsiva. Cualquier fricción que se dé en ese instante en el que emerge el antojo en el consumidor provocará un posible cambio de parecer. Dado que la robótica aún no es una solución generalizada en este tipo de casos, es previsible que el desconocimiento que se tiene sobre el funcionamiento del sistema pudiera echar por tierra esas suculentas ventas adicionales.
Los desarrolladores de Botlr no podrían estar menos de acuerdo. Su sistema se gestiona desde una aplicación móvil sencilla e intuitiva. Para el cliente usar el servicio prestado por los robots no es diferente a realizar un pedido online desde cualquiera de las apps móviles que utilizan habitualmente.
La realidad existente en los hoteles Aloft, donde los visitantes están encantados con los robots, no hace sino confirmar su visión. Gracias a los autómatas, los huéspedes no se sienten juzgados a altas horas de la madrugada cuando piden platos para comer encamados. Además, los robots señalizan su llegada a través de la aplicación, de modo que toda la transacción se realiza de la forma más cómoda posible para el solicitante.
En cualquier caso, si la robótica sigue evolucionando a este ritmo, es evidente que los minibares del futuro, si es que existen, ya no se gestionarán del mismo modo que antaño, y ello supondrá un avance tanto para los gerentes como para los consumidores.