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El pasado martes el holding empresarial Associated British Foods (ABF), multinacional británico-irlandesa matriz, entre otras, de la compañía de moda Primark, hacía públicos sus resultados financieros respecto del primer semestre de su actual ejercicio de 2020. Periodo que resultó especialmente beneficioso para su área de retail, en la que logró registrar unos ingresos totales por valor de 3.710 millones de libras (4.236,45 millones de euros); una cifra un +2,2 por ciento superior a los 3.630 millones de libras obtenidos durante el mismo periodo de su ejercicio anterior. Valor que se traducía en un beneficio de 441 millones de libras (503,58 millones de euros), frente a los 426 millones de 2019 (486,45 millones de euros), con unas ventas de Primark disparadas un +3,9 por ciento frente a las de su pasado año. Todo ello parte de los 7.646 millones de libras (8.730,97 millones de euros) en ingresos y 683 millones de beneficio (779,92 millones de euros) que en su conjunto ABF ha logrado generar durante esta primera mitad de su ejercicio de 2020.
Sin duda unos buenos datos para la multinacional, que sin embargo se enfrenta ahora a una situación mucho más incierta y repleta de riesgos que la de algunas de sus principales competidoras del sector retail, a la luz de la nueva situación creada a partir de la pandemia de coronavirus . Y es que como se ha encargado de destacar el propio George Weston, director ejecutivo de ABF, y como resultado de una estrategia enfocada al medio físico y que ha dejado de lado el desarrollo del potencial en ventas del canal online, Primark ha registrado un total de “cero ventas” desde que el pasado 22 de marzo procediera al cierre —temporal— de su última tienda.
“Antes de pasar a los detalles de estos resultados, me gustaría exponer algunas reflexiones personales sobre cómo nuestro grupo está respondiendo a esta pandemia sin precedentes”, anunciaba Weston a partir de un comunicado, que comenzaba lanzando un mensaje de condolencia hacia todos los trabajadores, y sus familias, de la compañía que han fallecido o están siendo víctimas del brote de coronavirus. “Muchos de nosotros tenemos parientes y amigos vulnerables que debemos proteger”. Por ello, “por mucho que me gustaría que se me permitiera reabrir pronto las tiendas de Primark en Reino Unido, Europa continental y Estados Unidos, puesto que esta paralización ha dañado considerablemente nuestro modelo de negocio y nuestra cadena de suministros, sé que no debemos hacerlo hasta que hayamos logrado vencer esta enfermedad”. “Y cuando se nos permita reabrirlas”, adelantaba el alto ejecutivo, “deberemos saber hacer que nuestras tiendas Primark sean seguras para nuestro personal y nuestros clientes, incluso si eso significa garantizar que haya menos personas comprando y, por lo tanto, aceptar un volumen de ventas más bajas, al menos hasta que el riesgo de contagio sea mínimo. Estaremos siempre a tiempo de recuperar beneficios. Pero no podemos reemplazar a las penosas que perdemos”.
Entrando ya a analizar la situación en la que se encuentra actualmente Primark como consecuencia del brote de coronavirus, Weston cifra en 68.000 los trabajadores de la multinacional que se encuentran recibiendo prestaciones por parte de los distintos gobiernos de toda Europa. Unas ayudas “sin las que nos habríamos visto obligados a realizar ajustes más duros”, tras pasar de 650 millones de libras de ventas mensuales, a cero. “Desde que la última de nuestras tiendas cerró el 22 de marzo, no hemos vendido nada. Una de las mayores cadenas minoristas de ropa del mundo está completamente cerrada”. Una ausencia de ventas alarmante ya en la mayoría de los grupos textiles, que se vuelve crítica en el caso de Primark como consecuencia del nulo desarrollo de su canal online. Lo que no ha impedido a la compañía adoptar el compromiso de formalizar la compra a sus proveedores de los pedidos que quedaban pendientes, a pesar de que todavía se mantiene incierta la fecha en la que sus tiendas volverán a abrir las puertas. “Aunque persiste la incertidumbre, tenemos el equipo y los recursos para hacer frente a los desafíos que nos esperan”, apostilla Weston.
Perspectivas de futuro
De cara al segundo semestre de este ejercicio de 2020, ha sido Michael McLintock, presidente de ABF, el encargado de adelantar que este distará mucho de las buenas cifras recogidas durante este primer semestre. Enumerando de igual modo algunos de los principales riesgos a los que deberá hacer frente, tanto la multinacional, como en especial su área de retail en la que se enmarca Primark.
“La rápida propagación de COVID-19 ha impactado en nuestras vidas de formas que no podríamos haber imaginado hace solo unas semanas. La tragedia humana, que continúa desarrollándose, nos ha conmocionado y entristecido a todos. Ha afectado todas las facetas de la vida”, declara McLintock a través de un comunicado. “El comercio en nuestro segundo semestre será radicalmente diferente”, adelantaba el directivo en relación ya al aspecto puramente económico en el que se encuentra la multinacional. “Estábamos muy satisfechos con el buen rendimiento en Primark”, especialmente en la zona euro “con un aumento de las ventas comparables en Francia e Italia y una tendencia mejorada en el norte de Europa”. Pero “el rápido cierre de las tiendas Primark ha significado un gran desafío para el grupo, llegada la ahora de gestionar y administrar el impacto en los beneficios y en el flujo de efectivo que han surgido como consecuencia de la pérdida de ventas”. Algo a lo que contribuirán los 801 millones de libras que dispone en efectivo, así como las distintas líneas de crédito con las que cuenta la multinacional, que la hacen en disposición en estos momentos de un total de 1,5 mil millones de libras en efectivo (1.711,76 millones de euros).
Siguiendo con la ejemplaridad que se les exige estos momentos de dificultad, y al igual que han realizado las altas direcciones del resto de grandes empresas del sector, la junta ejecutiva de ABF acordó reducir su salario, temporalmente, un 50 por ciento y rechazar las bonificaciones para el presente ejercicio. Mientras que el resto de directores no ejecutivos verán reducidos sus honorarios en un 25 por ciento. Una medida “apropiada” en palabras de McLintock, como consecuencia de sus expectativas de que los beneficios de la compañía para este año “serán mucho más bajos” de lo anticipado a comienzos del ejercicio.
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