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En la industria alimentaria cobra aun más fuerza el papel de la innovación, ya que contribuirá a satisfacer las nuevas demandas de consumo. Esta es una de las principales conclusiones a las que ha llegado Ainia en la presentación de un nuevo ciclo virtual para conocer cómo afrontan las empresas del sector la nueva realidad que ha traído el coronavirus. Carinsa, Productos Velarte y La Española han participado en este encuentro destacando la importancia de la digitalización y la capacidad de anticipación de las decisiones en situaciones críticas
El centro tecnológico Ainia, en su labor como fuente de información y de respaldo a las empresas, se ha propuesto saber cómo están afrontado las compañías relacionadas con la industria de la alimentación los retos que está propiciando el coronavirus. Ante esta tesitura, la entidad ha inaugurado hoy el ciclo de mesas virtuales ‘Las empresas ante el desafío COVID-19’.
En este encuentro han participado Vanesa Martínez, CEO de Carinsa; José Vicente Herrero, director general de Velarte, e Ignacio Alberola, presidente del grupo La Española. Cristina Campo, directora general de Ainia, por su parte, ha ejercido de moderadora. Estos directivos, a través de las experiencias que están viviendo en sus empresas, han coincidido en que la innovación es la palanca en la que se tiene que apoyar la industria para afrontar la nueva normalidad producida por el coronavirus, situación que podría derivar en que se miren más los precios o que se tienda hacia la marca blanca.
Además, se ha recordado que durante esta crisis la demanda de productos agroalimentarios ha aumentado entre 20 y 30% y que el sector ha respondido de forma eficiencia y responsable. «Esta capacidad ha sido gracias a su inversión durante décadas de I+D y logística», ha destacado Campo.
Para el representante de la empresa de aceitunas La Española, «el consumidor está redescubriendo el hogar, y vamos a tener que redescubrir el ocio en casa, lo que implica relaciones más digitales. Todo ello llevará a un proceso que en el que el consumo en el hogar tiene que ser lúdico. Esta situación traerá una crisis económica, pero no podemos despreciar que haya una parte del presupuesto de las empresas que se destinen a la innovación, porque solo así se potenciará lo lúdico en el hogar».
Ante el COVID-19, priorizar proyectos de innovación también es una tendencia por la que se están decantando estas firmas. Para el director general de Velarte, compañía que elabora snacks horneados, lo relevante está en que los proyectos que se lleven a cabo tiene que ser útiles para adaptarse a lo que demanda el cliente. Por ello, «la innovación no se puede frenar, tiene que estar por encima del Ebidta. Además, hemos detectado que el consumidor se está inclinando hacia referencias más simples», disminuyendo su interés en las tendencias bio, por ejemplo. Herrero, igualmente, ha explicado que los packagings llamativos, que son de tendencia ahora, tendrán que tener un menor protagonismo ya que esto destaca en los lineales, algo que no sucede si se compra desde casa. Para directivo, igualmente, es relevante que las innovaciones que se vayan a desarrollar tengan un estudio previo, «ya no puedes tomar decisiones basadas en la intuición».
Por su parte, la CEO de Carinsa, empresa especializada en aromas, ha asegurado que también será importante prestar atención al valor nutricional de los productos alimentarios en relación a que sean económicamente viables. «Todo un reto teniendo en cuenta que los consumidores mirarán más por su bolsillo».
Digitalización y anticipación
«El COVID-19 será quien empuje más la digitalización, un verdadero catalizador«, ha destacado la directora general de Ainia. Una afirmación con la que han estado de acuerdo los tres invitados de esta jornada. En el caso de Velarte, la compañía ha descubierto que el ecommerce está creciendo. «Estamos generando paquetes estándar muy definidos, pero tampoco se puede orientar toda la cadena productiva al ecommerce en este momento». Mientras el Grupo Carinsa ha visto la necesidad de robotizar parte de su firma, y desde La Española se considera que la digitalización de las empresas es vital, y que los datos que genera la tecnología son de gran relevancia.
Respecto a trabajar con anticipación, Martínez ha revelado que su empresa pudo anticiparse a pedir materias primas o envases para que durante la expansión del virus los lineales estuvieran llenos. «Se han tenido que alargar horarios, es todo non stop, con el objetivo de garantizar la cadena de abastecimiento y sin subir precios. Hay materias que escasean y otras más caras, pero no era el momento de subir precios, el foco es el consumidor final y facilitar a nuestros clientes productos».
Velarte, por operar con el mercado internacional, pudo anticiparse entre 2 y 3 semanas a la crisis del COVID-19. «En la segunda semana de febrero empezamos a tomar medidas de flexibilidad para los empleados. Hemos tenido que hacer un curso acelerado, sabiendo que no es una crisis de unas semanas», ha señalado Herrero, recordando a la vez que entre el 15 al 30 de marzo, incluso operando como industria esencial, tenía la preocupación de que sus productos llegaran a los clientes. «Hay que ser flexibles y contar con una logística controlándola como si fuera tuya«, ha recomendado.
Alberola, por su parte, ha explicado que «el sistema no estaba preparado para una pandemia porque nunca se había producido», pero «ahora sí que tenemos un simulacro hecho para incorporar en un futuro» todo lo aprendido. «Hemos tenido tensiones por las demoras, pero no ha habido cortes de suministro en el punto de venta», ha añadido.
Para estos expertos, EPIs, geles desinfectantes, pantallas de protección o teletrabajo han llegado para quedarse en sus empresas. Además, igual de importante es saber que la planificación empresarial tiene que estar en constante revisión y que es necesario examinar el concepto de seguridad en todos los niveles de la industria. Todo ello primando los intereses de sus empleados, para lo que ahora más que nunca es necesario el espíritu empresarial.
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