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La cuarentena y la delicada situación económica dejaron al borde del colapso a muchas empresas y comercios, entre ellas, las que se dedican al cambio
La cuarentena obligatoria, sumada a la delicada situación económica que ya atravesaba el país, ha dejado al borde del colapso a muchas empresas y comercios. Y las casas de cambio lejos están de ser la excepción.
En el microcentro porteño ya no se observan «arbolitos» que -al grito de «cambio, cambio»- prometían interesantes cotizaciones. Tampoco están los turistas y otros clientes clásicos de estos vendedores informales de divisas. La concurrida peatonal hoy es tierra desierta: por estas horas, no hay locales de comida, grandes tiendas de ropa ni, mucho menos, multitudes de gente caminando por sus calles. Sólo algunas farmacias permanecen abiertas con atención mínima.
Y, al igual que lo que ocurre en la City, tampoco están abiertas las casas de cambio legales: una cortina tapa esas pizarras luminosas con las que intentan seducir a miles de particulares ávidos de divisas. La situación está peor que nunca, al punto que muchas empresas ya están hablando de quiebras y despidos masivos, mientras siguen a la espera de que el Gobierno les tire una soga.
Al límite
La flexibilización del aislamiento aún no ha llegado a este sector que, en general, depende fuertemente de la atención in situ y también del turismo, ahora inexistente. Es por eso que está pidiendo desesperadamente que el Ejecutivo brinde algún tipo de solución para no poner en riesgo cientos de puestos de trabajo.
Se trata de 22 entidades, con sus respectivas sucursales, que operan en todo el país. Si bien la situación difiere según el tamaño de cada compañía, en la mayoría de los casos los clientes son los miles de argentinos que buscan dólares, los turistas que necesitan cambiar divisas y los importadores que requieren de las mismas para comprar en el exterior. El problema reside en que muchas de estas firmas no tienen habilitada la opción para operar online y, por ende, la cuarentena las ha dejado «en la lona». La incertidumbre y la desesperación es tal que las empresas del sector actúan con suma cautela y evitan declaraciones públicas para no «embarullar» las negociaciones que mantienen por estas horas.
Desde el Banco Piano, que no sólo se dedica al cambio de divisas sino también al pago de jubilaciones y a otras actividades, indican a iProUP que prefieren no dar declaraciones a raíz del actual contexto». «Como la actividad no está exceptuada de la cuarentena, por el momento no hay atención. Es un golpe letal para todo el sector del cual muchas empresas no se recuperarán«, indican desde una de las casas de cambio más importantes de la Ciudad. Para las entidades más grandes la situación es apremiante, pero para las medianas es aún peor. «Nosotros tenemos permiso para manejar la ‘mesa’ de operaciones desde casa, ya que podemos operar con otras entidades a través de transferencias«, explica a iProUP Facundo Cabrera de Cambios Roca, quien detalla que solo trabajan los dueños ante la baja actividad. «Estamos aguantando», añade en referencia al intento de no echar a los empleados que solían trabajar en los locales que desde hace semanas mantienen las persianas bajas. Las operaciones con público local pasa por la compraventa de divisas por parte de cientos de ahorristas que ahora sólo pueden adquirir hasta u$s200 mensuales. Hoy, la actividad está prácticamente paralizada.
«Luego de las PASO y de que se impusiera el cepo, estamos bajo un régimen que apunta a resguardar los puestos de trabajo, con muy pocas operaciones y algo de comercio exterior», revela Cabrera. De hecho, muchas Pymes que requieren de importaciones suelen recurrir a casas de cambio para adquirir dólares, ya que suelen ofrecer mejores cotizaciones que los bancos. El problema es que el comercio exterior también se derrumbó en las últimas semanas. «Nos pega muy mal la crisis», se resigna Cabrera, sumando su voz a la de sus colegas. «Nos afectó bastante a todos«, indica. En efecto, estas compañías están operando –en el mejor de los casos– a un 5% o 10% en comparación con el ritmo que experimentaban antes del comienzo de la cuarentena.
«Hoy las casas de cambio están totalmente cerradas«, señala Gonzalo Gallo, gerente de Valuar, con sucursales en Ciudad de Buenos Aires, Rafaela, Santa Fe, Paraná y en Córdoba. El empresario detalla que, si bien la firma está haciendo «algunas operaciones» con importadores y exportadores, se tratan de un volumen mínimo, ya que el 90% de las transacciones se basa en la compraventa por parte de individuos. «Lo de comercio exterior es muy puntual«, afirma, indicando que más que nada se trata de alguna factura o boleta que alguna empresa debe abonar o cobrar. La situación es aún más desesperante para las agencias de cambio, también llamadas «operadores de cambio», pequeños establecimientos dedicados únicamente transaccionar billetes (esta es la gran diferencia con las casas de cambio, que también están habilitadas para operar mediante transferencias, cheques, oro, etc).
Hace unos días, el Banco Central dio marcha atrás con una desregulación que estaba vigente desde 2018 y a partir de ahora las agencias de cambio tendrán que cerrar sus puertas.
Durante el gobierno de Macri se habían bajado los requisitos de capital para abrir este tipo de entidades y por eso proliferaron. Hasta antes de la cuarentea, había alrededor de 500 distribuidas por todo el país. Como se trataba de operaciones puntuales, la mayoría transaccionaba volúmenes reducidos. Algunas firmas además las complementan con otras actividades, como envío de remesas, pagos de servicios, minimercados, etc.
Ese era el caso de Magui Express, una compañía de la conocida casa de cambio Maguitur, que ofrece giros y podía aprovechar las transacciones de divisas. Pero, al ser esta una actividad netamente presencial, las operaciones en estos locales había bajado, literalmente, a cero.
Es más, si bien en los últimos días se permitió la apertura de minimercados, kioscos y hasta redes de cobranzas (Rapipago, Pago Fácil), en muchos casos ni siquiera se habían abierto los locales.
El dueño de una agencia de cambio que funciona en un minimercado de Tribunales detalla a iProUP que, pese a tener habilitado el local para compraventa de productos, tampoco se abrió ya que su clientela se componía en su mayoría de extranjeros. De hecho, la industria del turismo es la más afectada y también se espera que sea la que más problemas presente para recuperarse.
Pedido urgente a las autoridades
En tal contexto, muchas casas de cambio evalúan cerrar definitivamente si no logran una apertura o una flexibilización de su modalidad de trabajo. «Veníamos a 100 por hora y bajamos a 20«, ejemplifica Cabrera, de Cambios Roca, al recordar la situación del sector previa al cepo.
El escenario planteado por el directivo coincide con el de Valuar, que pasó a operar a un ritmo de apenas 30% de lo habitual. El declive fue mayor cuando el gobierno de Macri fijó un máximo de u$s200 mensuales, que se mantiene tras la llegada de Alberto Fernández a la Rosada.
En el caso de Valuar, referente en el interior del país, la actividad se redujo cerca del 80%. Si a ello se suma la caída de la actividad en los últimos meses y la parálisis productiva por la cuarentena, el presente del sector es extremadamente delicado.
«Estamos regulando a 5 o 10 kilómetros por hora», ilustra Cabrera para enfatizar que en este momento la prioridad de la empresa solo pasa por resguardar, en la medida que se pueda, los puestos de trabajo. «La situación del mercado es crítica«, coincide Gallo de Valuar, empresa que cuenta con decenas de empleados distribuidos en sus 5 locales.
Si bien es cierto que el Gobierno prohibió los despidos por 60 días, Gallo reconoce que «es muy complicado mantener la estructura en esta situación». Desde la City coinciden en que el futuro inmediato para este sector es desconcertante. «En este momento, la actividad es prácticamente nula«, afirma el economista Agustín Monteverde a iProUP.
En tanto, hay un reclamo generalizado del sector para que el Gobierno habilite a los locales a operar aunque sea de manera parcial. Incluso, sus referentes han propuesto diversas acciones, desde ser agentes de pago de jubilaciones hasta la posibilidad de operar en las sociedades de bolsa mediante bonos y acciones. Sin embargo, ninguna de estas propuestas ha sido escuchada.
En este punto, el consultor Agustín Monteverde, quien tiene algunas casas de cambio como clientes, cree que el mercado de cambios se abrirá en breve porque la situación es extremadamente delicada.
«Si la pretenden prolongar un mes más va a haber un reclamo formal de las casas de cambio«, adelanta. Mientras tanto, en el sector reina la ansiedad. «Esperemos que pase rápido para que no sean tantas las empresas que queden en el camino«, concluye un operador.