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Entre una micro, pequeña o mediana empresa existen diferencias en la clasificación que realiza el Estado para otorgar determinados beneficios crediticios
El término de MiPyme se utiliza cada vez más en el país, y se refiere a la micro, pequeña o mediana empresa que realiza determinadas actividades económicas. La diferencia de cada una de estas clasificaciones respecto al tamaño de una firma depende de una serie de factores. La importancia de conocer cuál es el grupo al que se pertenece es fundamental para poder acceder a determinados beneficios crediticios e impositivos del Estado.
Para ser considerada Pyme, formar parte de Registro de Empresas MiPyMES establecido por la Sepyme y la AFIP, y conocer bajo qué categoría está agrupada (micro, pequeña o mediana), se toman en cuenta distintos aspectos como las ventas totales anuales registradas en pesos, el tipo de actividad declarada, el valor de los activos o la cantidad de empleados que se posee, según rubro o sector de la organización.
Es decir, de acuerdo establece la normativa gubernamental, una empresa puede estar «integrada por varias personas según la actividad y sus ventas totales anuales en pesos no pueden superar los montos establecidos según su categoría«.
Para definir las clasificaciones de las MiPymes, se las divide en cinco sectores: «construcción», «servicios», «comercio», «industria y minería» y «agropecuario».
De esta forma, a nivel oficial, para categorizarse como micro, pequeña o mediana empresa, por un lado se tiene en cuenta el promedio de ventas de los últimos tres años.
«Los monotributistas y autónomos también pueden categorizarse como Micro Pyme«, aclara a iProfesional Silvia Tedin, socia de San Martin Suarez y Asociados (SMS), a cargo de Misión Pyme.
Por su parte, Marcos Cohen Arazi, investigador en IERALPyME de la Fundación Mediterránea, indica a este medio que en Argentina «se aplica el criterio de clasificación de empresas según su tamaño, principalmente usando como parámetro la facturación anual de las firmas. Esto hace referencia al criterio oficial que se aplica para definir programas de beneficios para MiPymes«.
Ventas micro, pequeña y mediana empresa
En principio, cada empresa podrá ser considerada como micro, pequeña o mediana e inscribirse en el «registro» como tal, siempre y cuando sus valores de ventas totales anuales no superen los topes máximos establecidos por el Gobierno.
Los montos de facturación para obtener esta clasificación se fueron actualizando cada determinado período arbitrario, impulsados por la inflación elevada que se ha estado registrando en el país durante los últimos años y que impulsó como problema secundario a que las firmas asciendan en las categorías de forma nominal. Es decir, involuntariamente y sin «fundamentals» en su estructura y sin un expendio mayor de unidades que lo justifique.
Asimismo, a las medianas empresas se las subdivide en cuanto a las ventas en dos categorías: «tramo 1» y «tramo 2«, para poder diferenciar de mejor manera a aquellas firmas que están más cerca de ser pequeñas respecto a las que están más próximas a pegar el salto para transformarse en grandes compañías.
La última actualización marca los siguientes límites de ventas en pesos:
Las ventas anuales de las MiPymes influyen en determinar su categoría
De esta manera, para ser una micro empresa, el máximo de las ventas anuales debe ser de $15.230.000 para las de la construcción, $8,5 millones para las de servicios, $29.740.000 para comercio, $26.540.000 millones para industria y minería, y $12.890.000 como límite para ingresar en el sector agropecuario.
En tanto, para ser una pequeña organización, el máximo de las ventas anuales debe ser de $90,3 millones para las de la construcción, $50,95 millones para servicios, $178,86 millones para comercio, $190,4 millones para industria y minería, y $48,48 millones como tope en el rubro agropecuario.
Para considerarse una mediana empresa «tramo 1«, el tope más alto permitido de ventas anuales es de $503,88 millones para las de la construcción, $425,17 millones para servicios, $1.502,75 millones para comercio, $1.190,33 millones para industria y minería, y $345,4 millones como máximo para acceder en el agropecuario.
Finalmente, para registrarse como mediana empresa «tramo 2», el límite para anotarse como MiPyme es de ventas anuales es de $755,7 millones para las de la construcción, $607,2 millones para servicios, $2.146,8 millones para comercio, cerca de $1.739,6 millones para industria y minería, y menos de $547,89 millones para el rubro agropecuario.
Según detalla la AFIP, el monto de las ventas surge del promedio de los últimos 3 ejercicios comerciales o años fiscales, excluyendo el IVA, impuestos internos que pudieran corresponder y deduciendo hasta el 75% del monto de las exportaciones. Asimismo, el organismo oficial detalla que si los registrados cambian de actividad o modifican los montos de ingresos, cuando realicen la recategorización y se cargue un nuevo ejercicio fiscal, se les asignará una nueva categoría.
Detalles como las ventas anuales y cantidad de empleados sirven para clasificar si una empresa es micro, pequeña o mediana
Pymes: detalles a considerar sobre categorías
Para Cohen Arazi, en la clasificación por ventas anuales para micro, pequeñas y medianas empresas se puede identificar una «fuerte diferenciación sectorial«.
«Entre otros aspectos, se destaca la mayor facturación permitida a industrias, en comparación con los sectores agropecuario, servicios y construcción. Estas diferencias son importantes de resaltar porque las ayudas económicas a los sectores productivos, que estén destinadas a MiPymes, tendrán diferente impacto sectorial según cómo se establezcan los topes», detalla el experto a iProfesional.
Y cita, a modo de ejemplo, que es «interesante notar que las actividades de transporte aplican los topes que corresponden al de industria, siendo que es una actividad de servicios«.
Por su parte, acota que los hoteles aplican la escala de servicios, aunque se trata de una actividad que puede resultar «asimilable a la actividad industrial por las diferentes características que presenta».
Otro aspecto que considera como interesante a destacar es la frecuencia de actualización de estos topes de facturación para ingresar en las distintas categorías.
«Desde 2002 a 2015 se actualizaron apenas cuatro veces, es decir, que se modificaron cada tres años en promedio. En un contexto de inflación de dos dígitos, implica que estos topes van siendo desvirtuados. A partir de 2016, la actualización se realiza anualmente, lo que permite que los parámetros sean realistas en el contexto de un alto nivel inflacionario», describe Cohen Arazi.
Y concluye que, de no actualizarse adecuadamente, podría ocurrir que una empresa deje de ser elegible para beneficios destinados a las Pymes por el «mero efecto de la desactualización de escalas, y sin que la empresa haya cambiado estructuralmente su nivel de ventas o su tamaño de planta«.
Otros factores: personal contratado
En años recientes, además se incorporaron criterios complementarios que implican considerar límites a la cantidad de personal y al valor de los activos de las firmas. Estos límites adicionales aplican en casos específicos, en algunos sectores. A continuación el detalle:
El personal ocupado también determina si una empresa es micro, pequeña o mediana
Así, para ser calificada como micro empresa, el máximo de personas ocupadas tiene que ser de 12 para construcción, 7 para servicios, 7 para comercio, 15 para industria y minería, y 5 empleados como límite para ingresar en el sector agropecuario.
Para ser pequeña empresa, el límite de trabajadores ocupados tiene que ser de 45 para construcción, 30 para servicios, 35 para comercio, 60 para industria y minería, y 10 empleados como límite para ingresar en el sector agropecuario.
En tanto, para estar en mediana empresa «tramo 1», se solicita un tope de empleados de 200 para construcción, 165 para servicios, 125 para comercio, 235 para industria y minería, y 50 individuos como límite para figurar en el agropecuario.
Y para la mediana empresa «tramo 2», el límite de personas ocupadas es de 590 para construcción, 535 para servicios, 345 para comercio, 655 para industria y minería, y 215 trabajadores para el agropecuario.
En este sentido, Cohen Arazi indica que, a nivel analítico, es «interesante mencionar que un criterio frecuentemente utilizado es el de nivel de empleo de las empresas, debido a que es más accesible esa información que la de facturación«.
Además, sostiene que el nivel de empleo no presenta los problemas de comparabilidad en el tiempo que sí puede presentar la facturación en un contexto inflacionario.
En ese sentido, Tedin comenta que en otros países de la región también se guían en el tamaño de las empresas con la cantidad de empleados que poseen, «algo mucho más estable comparado con países con alta inflación como Argentina, donde la empresa no crece sino que sólo actualiza ventas» por el incremento de los valores nominales.
Y otra ventaja agregada para Cohen Arazi es que el nivel de empleo de las firmas es una información que «es más accesible para estudios comparados a nivel internacional», ya que en encuestas, aún con la promesa de mantener la confidencialidad, resulta más probable que las empresas respondan acerca de su tamaño en cantidad de empleados que sobre su facturación.
«En general, el umbral máximo para ser considerado Pyme puede oscilar entre 200 y 250 empleados en estudios internacionales (Europa, Banco Mundial, OECD). Ese criterio genérico puede resultar demasiado amplio, por ello se considera que puede ser adaptado según el sector y la economía que se trate», concluye Cohen Arazi a iProfesional.
En cuanto a estas clasificaciones para las empresas, Tedin informa que sirven porque muchos de los beneficios crediticios e impositivos «sólo se dan a las de menos tamaño, como a las micro y pequeñas firmas solamente, para que puedan crecer«.
Fuente: Profesional
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Entre una micro, pequeña o mediana empresa existen diferencias en la clasificación que realiza el Estado para otorgar determinados beneficios crediticios
El término de MiPyme se utiliza cada vez más en el país, y se refiere a la micro, pequeña o mediana empresa que realiza determinadas actividades económicas. La diferencia de cada una de estas clasificaciones respecto al tamaño de una firma depende de una serie de factores. La importancia de conocer cuál es el grupo al que se pertenece es fundamental para poder acceder a determinados beneficios crediticios e impositivos del Estado.
Para ser considerada Pyme, formar parte de Registro de Empresas MiPyMES establecido por la Sepyme y la AFIP, y conocer bajo qué categoría está agrupada (micro, pequeña o mediana), se toman en cuenta distintos aspectos como las ventas totales anuales registradas en pesos, el tipo de actividad declarada, el valor de los activos o la cantidad de empleados que se posee, según rubro o sector de la organización.
Es decir, de acuerdo establece la normativa gubernamental, una empresa puede estar «integrada por varias personas según la actividad y sus ventas totales anuales en pesos no pueden superar los montos establecidos según su categoría«.
Para definir las clasificaciones de las MiPymes, se las divide en cinco sectores: «construcción», «servicios», «comercio», «industria y minería» y «agropecuario».
De esta forma, a nivel oficial, para categorizarse como micro, pequeña o mediana empresa, por un lado se tiene en cuenta el promedio de ventas de los últimos tres años.
«Los monotributistas y autónomos también pueden categorizarse como Micro Pyme«, aclara a iProfesional Silvia Tedin, socia de San Martin Suarez y Asociados (SMS), a cargo de Misión Pyme.
Por su parte, Marcos Cohen Arazi, investigador en IERALPyME de la Fundación Mediterránea, indica a este medio que en Argentina «se aplica el criterio de clasificación de empresas según su tamaño, principalmente usando como parámetro la facturación anual de las firmas. Esto hace referencia al criterio oficial que se aplica para definir programas de beneficios para MiPymes«.
Ventas micro, pequeña y mediana empresa
En principio, cada empresa podrá ser considerada como micro, pequeña o mediana e inscribirse en el «registro» como tal, siempre y cuando sus valores de ventas totales anuales no superen los topes máximos establecidos por el Gobierno.
Los montos de facturación para obtener esta clasificación se fueron actualizando cada determinado período arbitrario, impulsados por la inflación elevada que se ha estado registrando en el país durante los últimos años y que impulsó como problema secundario a que las firmas asciendan en las categorías de forma nominal. Es decir, involuntariamente y sin «fundamentals» en su estructura y sin un expendio mayor de unidades que lo justifique.
Asimismo, a las medianas empresas se las subdivide en cuanto a las ventas en dos categorías: «tramo 1» y «tramo 2«, para poder diferenciar de mejor manera a aquellas firmas que están más cerca de ser pequeñas respecto a las que están más próximas a pegar el salto para transformarse en grandes compañías.
La última actualización marca los siguientes límites de ventas en pesos:
Las ventas anuales de las MiPymes influyen en determinar su categoría
De esta manera, para ser una micro empresa, el máximo de las ventas anuales debe ser de $15.230.000 para las de la construcción, $8,5 millones para las de servicios, $29.740.000 para comercio, $26.540.000 millones para industria y minería, y $12.890.000 como límite para ingresar en el sector agropecuario.
En tanto, para ser una pequeña organización, el máximo de las ventas anuales debe ser de $90,3 millones para las de la construcción, $50,95 millones para servicios, $178,86 millones para comercio, $190,4 millones para industria y minería, y $48,48 millones como tope en el rubro agropecuario.
Para considerarse una mediana empresa «tramo 1«, el tope más alto permitido de ventas anuales es de $503,88 millones para las de la construcción, $425,17 millones para servicios, $1.502,75 millones para comercio, $1.190,33 millones para industria y minería, y $345,4 millones como máximo para acceder en el agropecuario.
Finalmente, para registrarse como mediana empresa «tramo 2», el límite para anotarse como MiPyme es de ventas anuales es de $755,7 millones para las de la construcción, $607,2 millones para servicios, $2.146,8 millones para comercio, cerca de $1.739,6 millones para industria y minería, y menos de $547,89 millones para el rubro agropecuario.
Según detalla la AFIP, el monto de las ventas surge del promedio de los últimos 3 ejercicios comerciales o años fiscales, excluyendo el IVA, impuestos internos que pudieran corresponder y deduciendo hasta el 75% del monto de las exportaciones. Asimismo, el organismo oficial detalla que si los registrados cambian de actividad o modifican los montos de ingresos, cuando realicen la recategorización y se cargue un nuevo ejercicio fiscal, se les asignará una nueva categoría.
Detalles como las ventas anuales y cantidad de empleados sirven para clasificar si una empresa es micro, pequeña o mediana
Pymes: detalles a considerar sobre categorías
Para Cohen Arazi, en la clasificación por ventas anuales para micro, pequeñas y medianas empresas se puede identificar una «fuerte diferenciación sectorial«.
«Entre otros aspectos, se destaca la mayor facturación permitida a industrias, en comparación con los sectores agropecuario, servicios y construcción. Estas diferencias son importantes de resaltar porque las ayudas económicas a los sectores productivos, que estén destinadas a MiPymes, tendrán diferente impacto sectorial según cómo se establezcan los topes», detalla el experto a iProfesional.
Y cita, a modo de ejemplo, que es «interesante notar que las actividades de transporte aplican los topes que corresponden al de industria, siendo que es una actividad de servicios«.
Por su parte, acota que los hoteles aplican la escala de servicios, aunque se trata de una actividad que puede resultar «asimilable a la actividad industrial por las diferentes características que presenta».
Otro aspecto que considera como interesante a destacar es la frecuencia de actualización de estos topes de facturación para ingresar en las distintas categorías.
«Desde 2002 a 2015 se actualizaron apenas cuatro veces, es decir, que se modificaron cada tres años en promedio. En un contexto de inflación de dos dígitos, implica que estos topes van siendo desvirtuados. A partir de 2016, la actualización se realiza anualmente, lo que permite que los parámetros sean realistas en el contexto de un alto nivel inflacionario», describe Cohen Arazi.
Y concluye que, de no actualizarse adecuadamente, podría ocurrir que una empresa deje de ser elegible para beneficios destinados a las Pymes por el «mero efecto de la desactualización de escalas, y sin que la empresa haya cambiado estructuralmente su nivel de ventas o su tamaño de planta«.
Otros factores: personal contratado
En años recientes, además se incorporaron criterios complementarios que implican considerar límites a la cantidad de personal y al valor de los activos de las firmas. Estos límites adicionales aplican en casos específicos, en algunos sectores. A continuación el detalle:
El personal ocupado también determina si una empresa es micro, pequeña o mediana
Así, para ser calificada como micro empresa, el máximo de personas ocupadas tiene que ser de 12 para construcción, 7 para servicios, 7 para comercio, 15 para industria y minería, y 5 empleados como límite para ingresar en el sector agropecuario.
Para ser pequeña empresa, el límite de trabajadores ocupados tiene que ser de 45 para construcción, 30 para servicios, 35 para comercio, 60 para industria y minería, y 10 empleados como límite para ingresar en el sector agropecuario.
En tanto, para estar en mediana empresa «tramo 1», se solicita un tope de empleados de 200 para construcción, 165 para servicios, 125 para comercio, 235 para industria y minería, y 50 individuos como límite para figurar en el agropecuario.
Y para la mediana empresa «tramo 2», el límite de personas ocupadas es de 590 para construcción, 535 para servicios, 345 para comercio, 655 para industria y minería, y 215 trabajadores para el agropecuario.
En este sentido, Cohen Arazi indica que, a nivel analítico, es «interesante mencionar que un criterio frecuentemente utilizado es el de nivel de empleo de las empresas, debido a que es más accesible esa información que la de facturación«.
Además, sostiene que el nivel de empleo no presenta los problemas de comparabilidad en el tiempo que sí puede presentar la facturación en un contexto inflacionario.
En ese sentido, Tedin comenta que en otros países de la región también se guían en el tamaño de las empresas con la cantidad de empleados que poseen, «algo mucho más estable comparado con países con alta inflación como Argentina, donde la empresa no crece sino que sólo actualiza ventas» por el incremento de los valores nominales.
Y otra ventaja agregada para Cohen Arazi es que el nivel de empleo de las firmas es una información que «es más accesible para estudios comparados a nivel internacional», ya que en encuestas, aún con la promesa de mantener la confidencialidad, resulta más probable que las empresas respondan acerca de su tamaño en cantidad de empleados que sobre su facturación.
«En general, el umbral máximo para ser considerado Pyme puede oscilar entre 200 y 250 empleados en estudios internacionales (Europa, Banco Mundial, OECD). Ese criterio genérico puede resultar demasiado amplio, por ello se considera que puede ser adaptado según el sector y la economía que se trate», concluye Cohen Arazi a iProfesional.
En cuanto a estas clasificaciones para las empresas, Tedin informa que sirven porque muchos de los beneficios crediticios e impositivos «sólo se dan a las de menos tamaño, como a las micro y pequeñas firmas solamente, para que puedan crecer«.
Fuente: Profesional