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Recientemente se ha criticado al liberalismo económico como la causa principal de la falta de crecimiento y desarrollo del país. Lo primero que hay que entender es qué significa el liberalismo económico. En la teoría económica se define como la libertad de emprender un negocio, competir en un mercado y elegir libremente los patrones de consumo con una limitada intervención del estado.
La antítesis de este sistema es el estatismo donde el estado asume el control de la producción de los bienes y servicios de un país. Los ejemplos más extremos de este sistema son los países de Corea del Norte ,Cuba y Venezuela. En general, estas economías se basan en monopolios de estado y distribuyen los ingresos de manera equitativa (en teoría).
Los beneficios del liberalismo son claros y están muy relacionados con el aumento en el nivel de productividad de la economía. Los países con mayor libertad económica se caracterizan por ser más innovadores, con mayor progreso tecnológico y por ende por tasas de crecimiento mayores. El crecimiento potencial de cualquier economía depende de factores como la acumulación de capital, tanto físico como humano, el progreso tecnológico y la población económicamente activa.
Otros factores que también impulsan al crecimiento potencial es el estado de derecho y una economía más competitiva. Este último punto es clave y se refiere a generar mayor competencia en la economía. Por ejemplo, desde la reforma energética los precios de la electricidad comenzaron a disminuir en un entorno donde las empresas mexicanas pagaban hasta 70 por ciento más en costos energéticos. La competencia, o liberalismo económico en EUA, provoca que las empresas sean más eficientes reduciendo costos y ofreciendo mejores precios al consumidor. Otro ejemplo reciente es el sector de telecomunicaciones que a partir de su apertura ha provocado caídas importantes en los precios. Estos factores no solo ayudan a disminuir los costos de producción de las empresas, sino que aportan a que las familias tengan un mayor ingreso disponible.
El reciente decreto presidencial para detener la inversión en energías renovables y la suspensión anterior de las subastas petroleras generarán una pérdida de competitividad de la economía en el futuro. En materia de crecimiento ello representará una caída en el crecimiento del PIB potencial en el futuro, que está muy ligado con mayores niveles de prosperidad y de desarrollo humano. Basta con revisar las estadísticas para confirmar que los países con mayores niveles de PIB per cápita presumen mayores niveles de desarrollo humano, menores niveles de mortalidad infantil y menores niveles de criminalidad.
La apuesta debiera ser el liberalismo económico y el fomento al capital humano (educación) para incrementar el potencial de la economía hacia adelante.
Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.