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J.C. Penney Co Inc. necesita abandonar el proceso de quiebra en cuestión de meses para poder sobrevivir a esta presión financiera sin precedentes provocada por los prolongados cierres de tiendas por la pandemia de Covid-19, según explicó un abogado de los emblemáticos grandes almacenes estadounidenses durante una audiencia judicial el sábado.
«La empresa necesita moverse a un ritmo vertiginoso durante esta reestructuración. Si no lo hacemos, los resultados podrían ser desastrosos», informó Joshua Sussberg, un abogado de Kirkland & Ellis LLP que representa al minorista.
El abogado mostró un cronograma que estima que la empresa acuerde un plan de negocios con los prestamistas antes del 15 de julio o que salga a a la venta.
J.C. Penney, que se declaró en bancarrota el viernes, ha comenzado a reabrir algunas de sus más de 800 tiendas, pero aún preocupa que los clientes tarden en volver por la preocupación sanitaria y unas tasas de desempleo no vistas desde la Gran Depresión. La empresa planea cerrar muchas tiendas de forma permanente durante las próximas semanas.
Incluso en épocas menos complicadas, muchos minoristas, entre los que se incluyen Barneys New York Inc. y Toys ‘R’ Us, no consiguieron reorganizarse con la protección de quiebra y han terminado quebrando para siempre.
La preocupación ante la precaria situación de J.C. Penney fue secundada por el juez de bancarrota de Estados Unidos David Jones, que aprobó la solicitud de la empresa de continuar pagando a los trabajadores y vendedores que entregan mercancía a las tiendas durante una audiencia posterior a la presentación de bancarrota del minorista en un tribunal federal en Corpus Christi, Texas.
«Dijeron que era rápido, pero justo. Quiero dejar claro que a mi parecer no es lo suficientemente rápido», mencionó Jones en referencia al plan de J.C. Penney, alentando a la empresa a mejorar sus propios plazos.
«Estoy muy preocupado. Por eso voy a celebrar una audiencia el sábado», indicó el juez más tarde. Y también aprobó que la empresa utilice 500 millones de dólares de efectivo en mano.
El juez y un desfile de abogados celebraron la audiencia del sábado de J.C. Penney de forma telemática en un proceso judicial retransmitidos en directo, ya que los juzgados tratan de evitar las reuniones físicas.
J.C. Penney, que da trabajo a unas 85 000 personas, prevé entregar el control a los prestamistas y reducir una parte significativa de los casi 5000 millones de dólares de deuda tras reorganizarse en dos empresas. Una de ellas sería una empresa que llevaría el negocio y la otra sería un fideicomiso de inversión en bienes raíces que tendría algunas de las propiedades de la empresa, unos planes que ya había anunciado Reuters.
La empresa con sede en Plano, Texas, llegó a un acuerdo antes de acogerse al Capítulo 11 para obtener 450 millones de dólares de nueva financiación de los prestamistas ya existentes. Otros 450 millones de dólares de la deuda actual se «sumarán» y se les dará el mismo estatus legal que a esa financiación.
Las negociaciones de J.C. Penney seguirán adelante con las firmas de inversión que cuentan con su deuda principal, entre las que se incluyen H/2 Capital Partners LLC, Sixth Street Partners, Ares Management Corp , KKR & Co y Apollo Global Management Inc , entre otras, informaba Sussberg.
Sussberg también dijo que la empresa espera convencer a los prestamistas para que apoyen su reorganización, para lo que hará falta una importante financiación. «Gran parte de ello depende de los resultados y de varias incógnitas», señaló.
Si la empresa y sus prestamistas no alcanzan un acuerdo respecto a una reorganización independiente, J.C. Penney estudiará una venta. De hecho, ya está en conversaciones con posibles compradores, según informa el propio Sussberg.
La empresa esperaba dar más tiempo al nuevo director general Jill Soltau, incorporado a finales de 2018, para forjar un cambio negociando con los acreedores un cierto alivio financiero, pero esas conversaciones no dieron frutos.
Antes de la pandemia J.C. Penney ya hacía frente a una caída de ventas y beneficios en medio de un cambio de tendencia entre los consumidores hacia las compras electrónicas, pero Sussberg insistió en que la empresa tenía un plan de recuperación en marcha.
Hay personas muy críticas que señalan otras razones como causa de la declaración de bancarrota de la empresa, pero están «totalmente equivocados», afirmó. «Esto está completamente vinculado al coronavirus», enfatizó.
Jones dijo que los 85 000 empleados de la empresa contaban con abogados en la audiencia. «Los casos de venta al por menor tienen que moverse, y tienen que moverse con rapidez», aseveró el juez.
«Quiero que todos nos centremos en salvar los negocios. Esa es la América media, al menos en mi opinión», concluyó.
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