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El hombre ha sido en los últimos años su motor de crecimiento pero, en época de vacas flacas, la mujer ha salido de nuevo al rescate del sector de la moda. El coronavirus ha arrasado con las importaciones de moda, pero no todos han sufrido por igual: las importaciones de ropa de hombre se han hundido, mientras que las de mujer han aguantado el envite y categorías como cosmética o joyería incluso han cerrado el mes al alza.
En marzo, las importaciones españolas de moda (incluyendo perfumería, cosmética y joyería) cayeron un 3,2%. Fue el mes en que el impacto de la pandemia del coronavirus llegó a Europa y paralizó el comercio de punta a punta del continente.
Dieciséis de las veinte subcategorías de la moda, según la clasificación del Icex, redujeron sus importaciones en marzo. El sector más castigado fue la confección masculina, cuyas compras al extranjero cayeron 14,8%, hasta 668 millones de euros. También retrocedieron, aunque en menor medida, las importaciones de cuero (14,2%), cueros y pieles (14,2), hilados (13,2), relojería (12,9%) y baño (12,9%).
En cambio, la moda femenina logró esquivar el envite. Tras los artículos textiles y de canastilla, la ropa para mujer fue la segunda categoría que más incrementó sus compras en marzo, con un alza del 1,9%. De hecho, superó incluso a las dos estrellas del confinamiento: el aseo e higiene personal, que incrementó sus importaciones un 1,7%, y el cuidado del caballo, con un alza del 0,7%.
Según los últimos datos de la Asociación Empresarial del Comercio Textil, Complementos y Piel (Acotex), la mujer copa un 37,4% de las ventas de moda en España. Sin embargo, justo antes de la crisis anterior el hombre comenzó a ganar terreno en España, aupado por el lanzamiento de nuevas marcas especializadas en ese público y por la mayor apuesta de las grandes cadenas por el público masculino.
En 2008, el diferencial entre ambas categorías tocó mínimos, hasta sólo dos puntos: la mujer representaba entonces el 36% de las ventas y el hombre, el 34%. Durante la anterior crisis, el hombre aguantó mejor, mientras que en la mujer la caída de la facturación llegó al 12,5% en su solo año. En cambio, la recuperación fue más intensa en moda femenina que en masculina, lo que permitió recuperar los anteriores diferenciales.
En exportaciones, la mujer también es la reina
La tendencia registrada en las importaciones se repite en las exportaciones. Tras la orfebrería, el sector que más incrementó sus ventas al extranjero fue el aseo personal, la cosmética, la joyería y el cuidado del cabello, categorías con mayoría de clientas mujeres.
La confección femenina, por su parte, redujo sus ventas al exterior, pero apenas un 4,6%, un descenso mucho menor al de otras categorías. A la cola se situó, igual que ocurre con las importaciones, la confección masculina, cuyas exportaciones se hundieron un 24,1% respecto al mismo mes del año anterior.
También redujeron sus ventas al extranjero la relojería, con una caída del 18,1%, los tejidos para confección (un 10,8%) y los bolsos y maletines (un 10,7%). El calzado, la segunda categoría más internacionalizada de la moda española, redujo sus ventas un 10,6% y la perfumería, un 9,7%.