Crédito: fuente
Fuente: Cortesía
Estimado lector, hoy voy a tocar un delicado tema que me he encontrado en múltiples redes sociales, en el que existe un gran temor por parte de nuestra población y un repudio total a convertir México en una Venezuela (Comunista).
En el último par de décadas hemos escuchado en todo Latinoamérica un fuerte he impetuoso impulso por las ideas izquierdistas – comunistas. ¿Pero de donde vienen estos ideales, que los impulsa y cuál es su origen?
Para esto hay que ver un poco la historia. Las variaciones en los precios del petróleo han influido en las decisiones geopolíticas al grado en que un precio alto o bajo, ha podido determinar la continuación o el fracaso de un régimen político.
Los españoles dominaron las américas y mantuvieron por más de trescientos años el poder hasta que cada país fue teniendo su independencia, en nuestro continente el último país en tenerla fue Cuba, quienes para lograrla recurrieron a la ayuda de los Estados Unidos.
Los Estados Unidos quedaron como su nuevo controlador, poniendo así al presidente Cubano de su preferencia. El último fue Fulgencio Batista quien por once años fungió como un dictador. Cabe resaltar que en este país existía una gran esclavitud originada por los españoles.
Fidel Castro derrocó a Batista, ya en el poder buscó el apoyo de Estados Unidos, pero no fue suficiente, al mismo tiempo se libraba la guerra fría entre URSS y Estados Unidos, quienes históricamente han sido los mayores productores de petróleo. Fidel Castro llega a un acuerdo con la URSS y debido a la ubicación de la isla era un lugar estratégico para la guerra. La isla queda bajo el subsidio económico de los soviéticos hasta que el precio del petróleo se desplomó, por este motivo perdió el sustento soviético.
Años más tarde en Venezuela, país con una de las mayores reservas de petróleo del mundo, surgió Hugo Chávez, quien llegó a un acuerdo con Fidel Castro, en el que a cambio del envío de militares Cubanos para el control de la población Venezolana le regalarían cien mil barriles de petróleo diarios, mismos que utilizarían para consumo propio y el restante lo venderían. Como esta práctica funcionó en Venezuela, hoy siguen buscando a que país convencer, así mantener a la dictadura Cubana y crear nuevas dictaduras en América Latina.
Por contraparte países como Estados Unidos que ha sido de los tres más grandes productores de petróleo, también han impulsado una gran política capitalista de gran impulso industrial. Así las variaciones de los precios del petróleo no afectan a toda su economía como le paso a la URSS.
Hoy al igual que con el Iceberg que impactó y hundió al Titánic, el Covid golpeó los precios del petróleo, los cuales podrían hundir las economías de los países que se encuentran muy petrolizados.
El hundimiento del Titánic fue un evento sin precedentes, los fabricantes del barco pensaron que era indestructible y a todos tomo por sorpresa. Llevándose a muchos hasta el fondo del mar.
Muchos capitanes ya saben que sus destinos como las metas económicas y proyectos posiblemente deben de ser ajustadas debido a que su barco se está hundiendo, es urgente un verdadero plan de rescate hay que reparar el barco o se hundirá.
Al no existir un verdadero plan se genera un gran nerviosismo al punto que muchos empresarios hoy ya están abandonando el barco pensando que podrían terminar siendo solo un recuerdo desde el fondo del mar.
Si bien en México existen grandes proyectos como el corredor Transístmico que se espera que sean muy productivos. Aunque no existe una fórmula perfecta si no tenemos un plan de rescate integral con nuevas medidas y objetivos que suturen la grieta del impacto con el Covid, el hundimiento continuaría siendo altamente probable.
Hoy se deben de realizar los ajustes presupuestarios fortaleciendo principalmente la reactivación económica nacional, dando la comunicación adecuada, publicando una fórmula del rescate real y así evitar que la población piense que el actual gobierno nos quiere llevar a vivir como esclavos en pobreza con un sistema dictatorial comunista.
Estimado lector, comparto esta columna debido al gran nerviosismo que se extiende hoy a través de redes sociales. ¿Cómo ve usted el futuro de México y su calidad de vida después del Covid 19?
Gracias, ¡Hasta la próxima!
El autor es CEO de Petroland, ex Director General de Franquicias Pemex y constructor de Estaciones de Servicio. También es Comercializador Autorizado de la CRE; miembro del PEI/NACS y Consultor en Eficiencia Energética.
Opine usted: [email protected]
Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.