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La aceleración del crecimiento del comercio online durante el confinamiento ha propiciado una mayor reflexión sobre cómo afrontar la última milla. Desde envíos a domicilio hasta recogida en tienda de los pedidos, la pandemia ha obligado a empresas de sectores como el agroalimentario a adaptarse a unas exigencias de abastecimiento sin precedentes. Esta situación ha puesto de manifiesto, a su vez, la necesidad de plantear cuál es el modelo de ciudad óptimo para desarrollar este tipo de actividades. “En Catalunya, no hay en estos momentos ninguna normativa sistemática sobre zonas de carga y descarga”, ha recordado el economista experto en transporte y desarrollo urbano Ignasi Ragàs. “Cada ayuntamiento hace lo que buenamente cree mejor”.
En el marco de unas jornadas organizadas por el Col·legi d’Economistes de Catalunya, Ragàs ha puntualizado, no obstante, que “sí existe planificación de la movilidad” y que “últimamente se están realizando esfuerzos para poner un cierto orden”, por ejemplo, por parte de la Autoritat del Transport Metropolità de Barcelona (ATM) para proponer un marco de referencia. A pesar de ello, el experto ha lamentado que históricamente se haya dedicado más esfuerzo “a diseñar, ordenar y racionalizar la movilidad de las personas que la de las mercancías”.
El modelo de proximidad está en auge, lo que supone un reto para la movilidad urbana de mercancías
Un motivo que justifica esta realidad es que “todavía hay muy pocos técnicos familiarizados con la realidad de la movilidad de mercancías” y que “esto se traduce en cascada en que la normativa hable muy poco sobre ello y, muchas veces, de manera simplista”. Una vez realizada esta primera fase, Ragàs ha señalado que se podrá pasar a una segunda donde se plantee la digitalización de estas plataformas y cómo realizar una gestión más eficiente de las mismas. A este respecto, el presidente y director general de la cadena de supermercados Bonpreu i Esclat, Joan Font, que también ha participado en la jornada, ha comentado que “tenemos un margen de mejora prácticamente infinito, vista la actual situación”.
En cuanto a modelos que han experimentado un auge durante la crisis, como es el caso de los de proximidad, Font ha comentado que “los supermercados o tiendas deberían aprovisionarse teniendo en cuenta el colapso de las calles y también que durante muchas horas estas se encuentran desocupadas”, ha manifestado en referencia a la posibilidad de potenciar el reparto nocturno de mercancías. “Se necesita coherencia, pues no se puede pedir un modelo comercial de proximidad y no querer que se descargue en tiendas”, ha añadido. Asimismo, Ragàs ha concluido que, a la hora de elaborar un futuro plan, además de estrictamente la movilidad, en el proceso de decisión también deberían tener en especial consideración otras variables como “el impacto económico” que las decisiones planteadas puedan suponer.
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