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Sólo se saldrá de la crisis con transformación. Esta idea se ha convertido en el mantra de analistas y directivos del negocio de la moda tras el golpe que ha supuesto el confinamiento y ante la perspectiva de la depresión económica más dura desde la Segunda Guerra Mundial. Inditex, Mango, Tendam y Desigual han recortado en todo, menos en una cosa: la digitalización.