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Justo antes de la llegada del coronavirus, en nuestro país, solamente un 9% de la población realizaba trabajos no presenciales. Una cifra relativamente baja en comparación con países de la región del norte de Europa, cuya tasa de teletrabajo alcanzaba alrededor del 40% de la población activa.
En palabras de Pau Forner, emprendedor digital y bloguero en Una Vida Online, “la Covid-19 provocará que muchas empresas flexibilicen sus condiciones para trabajar desde casa, pero también supondrá una reducción de la movilidad geográfica laboral debido a las restricciones en los desplazamientos entre países”. Producto de ello, también se reducirá el nomadismo digital, esas personas que trabajan mientras viajan gracias a las nuevas profesiones digitales. «O, por lo menos, hasta la aparición de una herramienta terapéutica eficaz en la prevención del virus”, apunta Forner.
Situación actual del teletrabajo en España
A través de los estudios realizados por Eurofund, hemos podido apreciar un destacado aumento del índice de ocupados que han desarrollado actividades laborales a través del teletrabajo. En la actualidad, al menos un 30% de la población ha estado trabajando desde sus casas. Una magnitud que es totalmente proporcional con las estimaciones ofrecidas por el Banco de España, en donde se estima que un 30% de la población podría desempeñar este tipo de trabajo, “o al menos, ocasionalmente”, según su informe más reciente.
Esto quiere decir que, a pesar de ser una importante alternativa para contrarrestar los efectos del COVID-19, en España se cuenta con las condiciones idóneas para digitalizar la economía. A diferencia de otros países de la región. De hecho, según una lista realizada por Eurofund, el país se encuentra en el puesto número 27 de países con mayor índice de teletrabajo. Sin embargo, otros estudios han determinado que la cifra de teletrabajadores no llega, ni siquiera, al 10%, y que el porcentaje de españoles que poseen las condiciones para trabajar de forma remota es apenas del 22,3%.
Son datos ofrecidos por Randstad en un informe presentado en el mes de marzo. La empresa de recursos humanos señaló que, de una población ocupada de 19.779.300, sólo 4.405.320 podrían teletrabajar.
Apoyo del gran capital al teletrabajo
A pesar de los efectos negativos que pueda generar el teletrabajo en la productividad, el Banco de España ha hecho un llamamiento a permitir y facilitar este modo alternativo de trabajo. Cabe destacar que se trata de un sistema laboral increíblemente desconocido para un gran porcentaje de la población. Durante la cuarentena, miles de empresas se vieron en la obligación de enviar a sus trabajadores a sus hogares y, forma empírica, familiarizarse con el trabajo remoto.
Aunado a ello, España se mantiene a la cola del resto de la comunidad europea, no solo en desarrollo material y formativo para el teletrabajo. Además, no existe una legislación adecuada que regule esta actividad virtual. Y es que aún no se ha establecido quien se encargará de pagar los costes que el teletrabajo representa para el trabajador. Gastos adicionales que pueden variar entre un mayor consumo de energía eléctrica por la luz, la calefacción y gastos relacionados con la factura de los servicios de telecomunicación.
Diversos países de región han impulsado diversas políticas orientadas a promover el desarrollo del teletrabajo, ofreciendo a los trabajadores mayores o menores compensaciones por su labor remota. Uno de los ejemplos más destacados es el caso de Bélgica, en donde el gobierno estableció un pago adicional de 126, 94 euros, con el objetivo de compensar los gastos por el aumento del consumo de los servicios.
Se requiere un nuevo instrumento legal para el teletrabajo en España
Lamentablemente, para el desarrollo económico y para los trabajadores que se han visto en la obligación de llevar a cabo su trabajo de forma remota, en España aún se posee un gran atraso en materia jurídica. En el país solo existe la Ley 3/2012 de medidas urgentes para la reforma del mercado laboral. Allí, apenas se mencionan algunos aspectos del teletrabajo. Es por ello que se requiere urgentemente un proceso de promoción del trabajo a distancia, a través de medidas materiales (infraestructura) y jurídicas. De esta manera, se logrará un verdadero auge en el crecimiento del teletrabajo.
Es indudable que, en estos momentos, España no se encuentra preparada para salvar su economía a través del teletrabajo. Sin embargo, el Gobierno ha manifestado su intención de apoyar esta tendencia, que se espera que crezca cada día más.
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