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Stella McCartney ha visto cómo su situación se deterioraba con la pandemia del Covid-19, lo que la llevó a adoptar un plan de reestructuración. La marca, que cuenta con el apoyo del grupo LVMH, tiene en su agenda despidos, recortes salariales y cierres de tiendas, según revela el medio estadounidense WWD, que obtuvo una nota interna escrita por el CEO Gabriele Maggio, detallando la situación.
La enseña ecorresponsable, todavía dirigida por su fundadora y diseñadora homónima, ya estaba pasando por dificultades. Tras su creación en 2001 mediante una empresa conjunta con el grupo Kering, Stella McCartney había recuperado el control de su marca a principios de 2018 mediante la compra de sus acciones.
Esta inversión, junto con los costos adicionales de esta operación, que la privó del apoyo logístico de Kering, había pesado sobre los resultados de la empresa. A finales de 2018, la compañía registró una pérdida operativa de 11,45 millones de euros, mientras que las ventas se mantuvieron estables en 48,8 millones de euros. Esta situación llevó a Stella McCartney a formar una relación más estrecha con LVMH, que tomó una participación minoritaria en la compañía en julio de 2019.
Con el cese de su actividad durante los meses de contención y la lenta recuperación actual, la empresa se vio obligada a considerar una fuerte reducción de sus costes. Según el documento citado por WWD, a algunos miembros del personal se les pidió que aceptaran recortes salariales «durante un largo período», mientras que la diseñadora renunció completamente a sus ingresos durante la pandemia.
Además, la red de ventas, que comprende unas 50 tiendas, se reducirá mediante la conversión de algunas tiendas en franquicias y la asociación con distribuidores mayoristas. La empresa también está planeando reducir su personal, aunque el director general, Gabriele Maggio, indicó a principios de esta semana que «no se ha tomado ninguna decisión con respecto a los despidos».
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