Crédito: fuente
La incipiente ‘rebelión’ de proveedores españoles que denuncian prácticas abusivas en su relación con el gigante del comercio electrónico Amazon está permitiendo sacar a la luz otra operativa comercial controvertida por parte del grupo estadounidense. La compañía madrileña Saturday Trade, que trabajó durante cuatro años con Amazon hasta mediados de 2019, se va a sumar a la granadina Megasur y presentará tres demandas por 2,5 millones.
Lo más relevante parece el patrón en común de todos los afectados. En el caso de la madrileña, su director general, Luis Cerrillo, cuenta cómo actúa Amazon con los productos de éxito de sus proveedores. El joven directivo y empresario de San Fernando de Henares ha pasado «cinco o seis meses» de infierno tratando de reconducir —sin éxito— lo que en el verano de 2019 parecía ser solo una más de las habituales denuncias falsas de clientes finales por envío de productos supuestamente defectuosos o falsificados.
«Desde 2015, anualmente, en torno a un 7% de todas los artículos de moda, complementos o informática que comercializábamos a través de Amazon nos eran devueltos por el cliente final alegando motivos falsos. Nosotros aportábamos la documentación sobre ellos a Amazon para subsanar las diferencias y poder seguir operando. Pero en junio pasado no hubo manera«. ¿Por qué?
Una veintena de proveedores de Amazon prepara demandas por prácticas abusivas
Suministradores de varias provincias se organizan a través del fichero de morosos Icired. Tras el pionero Megasur, vendedor de tecnología granadino, vienen mayoristas de Madrid o Valencia
Tras meses y meses de gestiones, hasta escribir incluso al correo personal del fundador del grupo, Jeff Bezos, Cerrillo ha terminado por recurrir al despacho granadino Aguilera y Asociados para tratar de recuperar esos 2,5 millones. Por el camino, ha comprendido el motivo último de que Amazon haya cortado la relación comercial radicalmente. De facturar 16 millones en 2018, ha pasado a cero euros ahora.
Cerrillo ha tenido que despedir a las 15 personas que daban servicio a su operativa con Amazon, que representaba el 95% de su negocio. Ha reconvertido su compañía hacia un grupo de distribución de textil. «Intenté que me recibieran en las oficinas centrales de Amazon en el centro de Madrid, sin éxito. Contacté también con el director de cuentas de Amazon Europa, con base en Reino Unido. También sin éxito. Y el jefe del área logística de la empresa en Madrid dejó de contestar mis llamadas y correos», relata. La compañía americana ha declinado contestar a las preguntas de El Confidencial sobre todo ello.
Objetivo: mejor precio
«Lo que le interesa a Amazon, de verdad, es conocer cómo y qué vendíamos de manera exitosa. Al recibir quejas de clientes sobre un producto que se está vendiendo bien, nosotros tenemos que enviar a Amazon la documentación que acredita nuestra relación con el fabricante de ese artículo. Las quejas de un cliente derivan en la congelación automática de la cuenta comercial que tenemos con Amazon, y eso lo íbamos logrando solventar». Pero hay más.
«Hay la opción de que, en esa documentación, tú omitas el precio al que adquieres ese artículo. Yo no lo hice, nunca pensé que ocurriría esto tras años trabajando con ellos y ahora sé que Amazon lo ha usado para pasar por encima de nosotros, contactar directamente a nuestros fabricantes-proveedores y ofrecerles pagarles lo mismo o menos para venderlo directamente sin pasar por nosotros». La meta de Amazon de lograr ofrecer el mejor precio de todos y que sus productos aparezcan los primeros en las búsquedas pasa por prácticas como esta, resume Cerrillo.
Le ocurrió con los productos de informática de Verbatim (CD, DVD, memorias USB), para quien Saturday Trade era el distribuidor en exclusiva al por mayor para España y Portugal. «Empezamos a recibir quejas por productos falsos, lo cual es bastante raro ya que no tiene mucho sentido falsificar un CD virgen. Mandamos la información, nos desnudamos y nos desplazaron contactando directamente con Verbatim. Nos ha pasado con muchas otras referencias hasta que cortaron la relación con nosotros». «Te ceban, te ceban, hasta que te cortan el cuello», resume.
El empresario se ofrece por ello a cualquier proveedor que en España esté pasando por lo mismo. «No tengo ningún ánimo de lucro, pero lo que yo he pasado no se lo deseo a nadie». A través de la plataforma de impagados judiciales Icired, participada por Cesce, Everis y el despacho de abogados Agaz —también de Granada—, Cerrillo ha entrado en contacto con unas 30 pymes que tienen impagados originados por esa práctica, con cantidades que van desde los 50.000 euros a millones de euros. «La mayoría quiere denunciar», asegura. Los siguientes podrían ser otro suministrador andaluz y, en cuarto lugar, uno con sede en Burgos, según Cerrillo y el abogado Juan Aguilera, con quienes ha conversado El Confidencial.
Un burofax, única respuesta
El motivo del corte de relación comercial entre Saturday Trade y Amazon se produjo, en concreto, por cuatro denuncias de supuestos compradores de cuatro relojes. Alegaron que eran falsos. La empresa española envió a Amazon las facturas de compra que acreditaban el origen lícito de esa mercancía, pero aun así, según el relato de Cerrillo, el gigante insistió en que no se le habían aportado esas facturas. Fue la única contestación, por burofax, que ha recibido hasta ahora.
Tras ver cómo su principal canal de ventas quedaba clausurado, la pyme madrileña hizo recuento del volumen económico que mantenía en ese momento con Amazon. Había 5 millones en mercancía almacenada —150.000 referencias almacenadas en su red logística en el momento del corte— y productos vendidos pendientes de cobro. La mitad ha sido reembolsada por Amazon, y los otros 2,5 millones son la base de presentación de las tres demandas.
La pyme madrileña pide 2,5 millones a Amazon por destruir mercancía sin aportarle pruebas y por devoluciones que no llegaron
Dos de ellas se formalizarán este mes de julio ante los juzgados de la capital, la primera por 1,5 millones correspondiente a mercancía que Amazon ha destruido tras no comercializarse y sin aportar pruebas, destrucción cuyo coste además se carga al proveedor. La segunda, por 600.000 euros, por devoluciones de productos que nunca llegaron al almacén de Saturday Trade, pero Amazon asegura que devolvió a este proveedor y por tanto descontó de la cuenta comercial común por ese importe.
La tercera —que se presentará tras el verano— se refiere a esos productos que efectivamente sí llegaron devueltos, pero cuyos paquetes, como descubrió Cerrillo, contenían artículos distintos del vendido originalmente. «Casos de devolución de zapatillas de deporte en cuyas cajas encontrábamos unas zapatillas viejas y destrozadas tengo cientos. El cliente final se queda con el producto nuevo gratis, lo devuelve entregando una caja con cualquier otro artículo y Amazon nos descontaba el importe a nosotros sin hacer ninguna comprobación». Hay otros 400.000 euros que se reclaman por esta operativa fraudulenta.
Modelo ‘Paneuropeo’
El empresario calcula que en torno a un 7% de los cientos de miles de artículos que vendía a través de Amazon le eran devueltos por esta vía anualmente. «Los productos que nosotros vendíamos oscilan entre los 10 y los 60 euros, siendo los más vendidos aquellos con precios de entre 10 y 25 euros. Hemos comercializado millones de referencias con ellos en estos años». El contrato que regula la relación entre Amazon y los proveedores no recoge esta posibilidad, según Cerrillo, pero aun así Amazon descuenta estas devoluciones de la cuenta comercial común con sus suministradores.
Saturday Trade entró además en el modelo de relación que Amazon prefiere con sus proveedores importantes, de los tres que practica. El primero es aquel en el que el proveedor suministra al cliente desde su propia plataforma logística. El segundo, en el que entrega los productos a la red de Amazon; y, el tercero, una variante de este que implica más relación entre ambas partes y se denomina Modelo Paneuropeo.
«Amazon hace encuentros periódicos un par de veces al año con sus proveedores importantes en España, evidentemente los que no le daban problemas. Ya en una de ellas en 2017 escuché quejas veladas por la destrucción de mercancía a otros suministradores sin aportarles pruebas o motivos para ello», recuerda Cerrillo. El modelo paneuropeo supone que Amazon comercializa los productos desde sus bases logísticas en Italia, España, Francia, Alemania y Reino Unido, teniendo el proveedor que entregarlos en alguno de los almacenes del grupo en uno de esos países.
Saturday Trade, pese a tener Amazon almacén en San Fernando de Henares, debía enviarlos a Martorell, en concreto. «Controlaban dónde, cómo y cuándo se vendían mejor nuestras referencias en toda Europa. Cuanta más relación tienes con ellos, más información tienen de tus productos y tu operativa, que es lo que quieren para luego apartarte y ocupar ellos el canal con los productos que antes vendías tú con éxito», concluye.