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Se estrecha el cerco sobre Under Armour. El regulador bursátil estadounidense (SEC, en sus siglas en inglés), planea investigar a la compañía por haber hinchado presuntamente sus cuentas entre el tercer trimestre de 2016 y el 31 de diciembre de 2016.
La SEC ha remitido Well notices (cartas en las que anuncia que tiene intención de tomar medidas legales) a Kevin Plank, fundador y presidente ejecutivo de la empresa, y David Bergman, director financiero.
El regulador argumenta que la compañía habría adelantado parte de las ventas en su contabilidad para alcanzar sus objetivos de facturación. Tras las Well notices, los ejecutivos tendrán la posibilidad de responder a la SEC y comenzar un diálogo para encarar una resolución del problema.
El pasado noviembre, la empresa ya reconoció que la SEC y el departamento de Justicia habían comenzado a revisar sus cuentas para comprobar si se había cometido algún delito o infracción. Tras el escándalo, la compañía nombró a Aditya Maheshwari como nuevo responsable de contabilidad.
Under Armour está liderada desde finales del año pasado por Patrick Frisk
Under Armour es uno de los grandes fenómenos de la moda deportiva en los últimos años. Desde 2016, la empresa centró su estrategia en ganar volumen para arañar cuota de mercado en Estados Unidos. Sin embargo, desde el año pasado la compañía ha comenzado a virar su estrategia para enfocarse más hacia la rentabilidad.
A finales de 2019, Kevin Plank cedió el timón del grupo a Patrick Frisk, director de operaciones, y este año la empresa ha anunciado que descartará su plan de abrir un flagship store junto a la Quinta Avenida de Nueva York para ahorrar costes.
La decisión formó parte del plan de ajuste de la empresa tras el golpe del coronavirus, que incluía también el despido de 600 trabajadores. Under Armour cerró el último ejercicio con una facturación de 5.267 millones de dólares (4.815,5 millones de euros), un 1,4% más que en 2018.