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El Corte Inglés se encuentra inmerso en pleno proceso de reforma de todo su modelo de negocio. Su elevada deuda y la sensación de que su tradicional de modelo de grandes almacenes se ha quedado en cierta medida ‘desfasado’ ha provocado una serie de cambios que, con la pandemia, se han acelerado de manera significativa.
El objetivo a batir, en este caso, se encuentra en un gran competidor: Amazon. El gran almacén online es el gran agujero por el que la enseña española está viendo cómo se pierden muchos clientes. La venta por internet, que el antiguo presidente Isidoro Álvarez veía como un modelo sin futuro, ya representa casi dos tercios, sobre todo por el miedo de muchos clientes a los contagios y, también, las restricciones impuestas por la Covid.
Ante estos retos, El Corte Inglés está emprendiendo una serie de reformas enfocadas hacia dos retos: convertir los centros comerciales en un espacio diferencial, donde la visita suponga una atracción más que no puede aportar Amazon y, sobre todo, enfocarse en la denominada omnicanalidad. Esto último se traduce en una apuesta compuesta conjunta entre venta en superficie y tienda online que se puede canalizar a través de varios vértices (comprar online y recoger en tienda, facilitar que los clientes se puedan probar las prendas en la tienda y las identifiquen en la tienda online para decidir después si las compran…).
Ahora, los centros comerciales dejan de ser aquel espacio diáfano blanco y pulcro por el que apostaron los anteriores presidentes, centrándose en el producto, para apostar por un mayor diseño, una mayor variedad de hostelería y una serie de atracciones con las que animar a las visitas y el paseo por las instalaciones.
«El Corte Inglés busca revolucionar su modelo de negocio»
Esto se ha podido comprobar en la última reforma emprendida en el centro comercial El Corte Inglés de Castellana, situado en Nuevos Ministerios, su buque insignia. Sus instalaciones se han renovado por completo, se ha situado una entrada que remite a los grandes almacenes turísticos más evocadores de las principales capitales europeas y se ha instalado una oferta gastronómica muy diferenciada. El resultado es un centro comercial más enfocado hacia la experiencia que hacia la compra directa, una apuesta diferenciada.
Sinergias con la aplicación
En esta app también se podrá pedir turno en pescadería o carnicería, así como el ticket digital por correo electrónico o el pago a través de la app. También se incluirá una serie de cupones descuentos para los clientes habituales de la enseña.
La app ha situado a los grandes almacenes, hasta ahora a la cola en la venta a través de internet, en un operador bien situado a la hora de competir en un mercado llamado a despuntar en el mundo posterior a la pandemia. Y donde puede experimentar un fuerte crecimiento, sobre todo, a nivel internacional, una de sus grandes debilidades durante la última crisis económica.