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Un 2021 no muy auspicioso ven los sectores que fueron fuertemente golpeados por la pandemia durante el año pasado. Los casinos, líneas aéreas, gimnasios, restaurantes y hoteles ven un inicio de año lento, complejo y sobre todo lleno de incertidumbre. Entre los consultados surgen críticas hacia la labor de la autoridad. La acusan de no recoger la experiencia internacional para programar las reaperturas, crítica que se vuelve a agudizar luego de las modificaciones del plan Paso a Paso y las nuevas restricciones por la llegada de la nueva cepa del mortal virus a Chile. Sin embargo, el verano trae consigo no solo sol, sino también la ilusión que las ventas podrían comenzar a repuntar, aunque sea levemente.
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Ese es el mensaje que entrega el CEO de JetSmart, Estuardo Ortiz, quien proyecta que 2021 será un año de transición, de recuperación progresiva a lo largo de todos los meses, “pero todavía con un primer y segundo trimestre complejo, sobre todo en los mercados internacionales”. Añade que de igual forma esperan “que el verano sea una instancia de reactivar al sector y de poder dar la confianza a nuestros pasajeros no sólo de las rigurosas medidas sanitarias sino también de las herramientas de flexibilidad en la compra de pasajes que hemos puesto a su disposición”.
El sector aeronáutico fue, sin duda, el más golpeado con la pandemia. El cierre de las fronteras paralizó la totalidad de los vuelos internacionales y el cese masivo de pasajeros. “Esperamos que las restricciones se vayan flexibilizando, como producto no solo del avance en la distribución de las vacunas sino también por una mejoría continua y progresiva durante el año”, dice y por eso estima que “seguramente podremos ver un segundo semestre con altos niveles de recuperación de la demanda”. Pese a eso, recalca que no es sostenible para la industria que el gobierno mantenga las restricciones impuestas durante 2020.
En cuanto a la operación, Ortiz detalla que están enfocados en la reactivación al 100% de las operaciones domésticas en Chile y en Argentina, donde reanudaron vuelos en noviembre y que a la fecha muestra “mejores perspectivas en su velocidad de recuperación”, cuenta Ortiz.
En Sky tienen una percepción similar. El CEO de la compañía, José Ignacio Dougnac, recalca que esta industria ha sido uno de los sectores más golpeados por el covid y sus efectos se harán notar este año. “Sin embargo, creemos que el mercado doméstico se recuperará antes que el internacional, lo que nos permitirá retomar nuestra reactivación operacional más rápidamente, ya que el 80% de nuestras rutas son nacionales”, dice.
Y, en cuanto a las nuevas restricciones, afirma que, si bien es difícil predecir el efecto que tendrá la nueva cepa, ya que aún hay poca información al respecto, de igual forma se están “preparando para cualquier escenario posible, mirando de cerca lo que ocurre en distintos países del mundo, sobre todo Europa, que van algo más adelantados que Latinoamérica en la evolución de la pandemia”.
En Pudahuel también ven un 2021 complejo. En el principal terminal aéreo del país esperan que en este nuevo año se realicen más vuelos que el 2020, donde volaron solamente 2 millones de pasajeros. “Este año cerraremos con un retroceso de 12 años, volviendo a niveles de 2008, con 8,2 millones de pasajeros, de los cuales 6,2 fueron sin pandemia, desde enero a marzo. Es decir que durante nueve meses de pandemia sólo recibimos dos millones de pasajeros. Nuestra proyección es que en 2021 tendremos entre 11 y 13 millones de pasajeros, lo que nos pondría en la curva de una recuperación del tráfico del 2019 a fines de 2024”, explica Xavier Lortat-Jacob, gerente general Nuevo Pudahuel.
Pese al repunte que proyecta, de igual manera estima que las ventas se mantendrán bajas. “Las pérdidas continuarán durante los próximos años. Los ingresos crecen de manera proporcional a los pasajeros y al tráfico, incluso para el retail. En un aeropuerto los costos no tienen mucha elasticidad con el tráfico. Incluso clausurando partes de la infraestructura, los costos se quedan bastante fijos, por eso las perdidas van a seguir durante algunos años”, dice.
Ocho meses sin abrir y con cero ingresos estuvieron durante gran parte de 2020 los casinos de juegos que operan en Chile. Hoy la gran mayoría está con sus puertas abiertas, pero con poco afluente de público. Por eso, el sector mira el futuro el con cautela.
En Enjoy, principal operador del país, indican que 2021 es “sin duda un año de grandes desafíos” para la industria. Por esta razón, dicen que han sido “muy cautos en los pasos que damos, pero siempre enfrentando estos desafíos con gran optimismo. Las medidas sanitarias nos van a acompañar por largo tiempo, y por eso nos hemos preparado para que nuestras aperturas estén a la altura de lo que nuestros colaboradores y clientes necesitan”, explican.
Añaden que el retroceso de algunas comunas y las nuevas cuarentenas aplicadas por el aumento de los contagios, “sin duda afectan nuestra operación de manera significativa”. La operadora que durante 2020 vivió una reestructuración financiera señala que “esta inestabilidad permanente del negocio hace que tengamos que trabajar aún más planificados, siempre con un ‘factor x’ que no sabemos en qué podrá cambiar nuestra operación de un día para otro. Planificar así es muy complejo, por eso hemos insistido con la autoridad en que nuestra industria requiere de la mayor flexibilidad posible para poder continuar generando puestos de trabajo y aportes a las economías locales”.
En la Asociación de Casinos de Juegos, organización que agrupa entre ellos Dreams y Marina del Sol, indican que las compañías han implementado todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad, “tanto para nuestros trabajadores como para los visitantes, siguiendo los protocolos del Ministerio de Salud, por lo cual, estamos en condiciones de volver a operar en cuanto las cifras de contagio y la autoridad así lo permitan”. Agregan que “estamos convencidos que en la medida que sigamos operando, demostraremos que somos una manera segura de entretención y más aún en modo pandemia”.
Para Alberto Pirola, dueño de la cadena de hoteles NOI, el primer semestre de este nuevo año que se inicia “va a ser muy malo”, sobre todo, indica, con las últimas medidas que ha tomado la autoridad, la cuales califica de “erróneas”. “Antes de eso, en el sector teníamos proyecciones un poco más positivas para 2021, pero nos encontramos con estas medidas abusivas por parte de las autoridades, por lo que estamos nuevamente con hoteles vacíos y muchos cerrados completamente”, dice.
Dentro de sus expectativas está que entre agosto o septiembre próximo las cosas repunten. “La gente quiere salir y viajar, con lo que el turismo debiera verse beneficiado. El problema que eso podría ser en nueve meses más y el estado financiero de la mayoría de las empresas del sector está pésimo, muchos sin recursos para poder pagarle las imposiciones a las pocas personas que tienen contratadas”. Agrega que el Fogape “fue un desastre para nosotros”, ya que solo recibieron un 37% de lo que les correspondía. “Más de la mitad de eso se nos fue en pagar contribuciones y patentes comerciales. En el fondo nos prestaron plata para devolvérsela al Estado”, relata.
Por eso estima que hay hoteles que no volverán a operar después de esta crisis. “Algunos se transformarán en departamentos. Todavía nadie ha querido gritar ‘estoy en quiebra’, pero veremos transacciones de ventas de hoteles en 2022, me imagino”, proyecta.
En la Asociación Chilena de Gastronomía (Achiga) ven el 2021 con incertidumbre. “El proceso de la vacunación será clave en los próximos seis meses, pero nuestro sector está entrando en los dos o tres meses más importantes, porque muchos restoranes tienen su foco en el turismo. Por lo anterior, hay mucha incertidumbre respecto a lo que ocurrirá con la movilidad y los viajes”, dice Máximo Picallo, dueño de los restoranes Elkika y presidente del gremio.
Picallo tiene la esperanza que en el segundo semestre todo mejorará, pero anticipa que la recuperación será lenta y los restoranes que logren salir de la crisis, lo harán con una mochila de deuda importante.
“Más malo que 2020 no podría ser, pero con seis meses mejores no se recuperarán las pérdidas, los puestos de trabajo ni se pagarán las deudas. La recuperación del sector gastronómico tomará como mínimo tres años”, estima.
Marcela Díaz, presidenta de la Asociación de Gimnasios de Chile, también ve un año complejo. “Si el gobierno no mira los estudios internacionales serios que ya existen con respecto al bajo riesgo de contagio de nuestro rubro y el aporte en salud que podemos darle a la población y a pesar de eso, sigue sosteniendo y actuando, sin ningún argumento, como si fuéramos de alto riesgo, veo un rubro que quebrará en masa y solo quedarán aquellos que cuenten con inversionistas con espaldas”, estima.
La líder de la agrupación recuerda que el sector ya lleva nueve meses sin ingresos y con costos fijos que se siguen abultando. “Cuando algunos sectores pasaron a Fase 4, hubo unos pocos gimnasios que alcanzaron a estar unos días abiertos, pero, nuevamente tuvimos que cerrar. Estos retrocesos, junto con los protocolos que hacen casi inviable la operación, agudiza aún más la crisis financiera. El cierre de 2020 es el peor de la historia del rubro”, dice.
Y añade que, si bien no cuentan con la información financiera exacta del sector, debido a que es un rubro que usa muchos giros diferentes, calculan que el sector se redujo en más de un 35% gracias a la crisis económica que generó la pandemia.