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El plan de vacunación nacional contra el Covid-19 largó con ritmo, pero aún con una cantidad acotada de dosis. Y a medida que avanza, se empieza a activar la expectativa en el sector empresario para acceder al programa.
En el mapa de rubros económicos, el retail, encarnado en las grandes cadenas de supermercados e hipermercados, hizo punta: en las cámaras del sector ya se consensuó la necesidad de reclamar que sus trabajadores sean considerados como uno de los grupos “estratégicos” y, por ello, incluidos con prioridad en el cronograma de vacunación.
En esta línea, la Cámara Argentina de Supermercados (CAS) y la Federación Argentina de Supermercados y Autoservicios (Fasa) presentaron, hace ya unos 30 días, el pedido formal para conseguir que se les dé prioridad para la vacuna ante los ministerios nacionales de Salud y de Desarrollo Productivo.
A nivel local, lo mismo hizo ante las dos carteras provinciales equivalentes la Cámara de Supermercados y Autoservicios de Córdoba (Casac).
Víctor Palpacelli, presidente de Casac, Fasa y titular de Almacor, confirmó las gestiones y señaló: “Aún no tuvimos respuesta a las notas que presentamos, pero esperamos tenerla. El tema preocupa mucho, porque si bien los súper hemos trabajado muy bien con los protocolos, nuestra operatoria es muy dinámicas y los trabajadores tienen contacto con mucho público”.
El dirigente precisó que las cadenas aglutinadas en Casac emplean a unas 11.500 personas en Córdoba.
“Todos entendemos que en primera línea están los agentes de salud, es indiscutible. Pero nuestro sector debería considerarse lo antes posible, el ideal sería empezar en la segunda o en la tercera semana de enero”, agregó Palpacelli. El dirigente anticipó que en las próximas horas el tema será planteado personalmente al ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, en el marco de un encuentro que mantendrán por otros temas de agenda.
Por su parte, en la Asociación de Supermercados Unidos (ASU), otra entidad nacional donde tienen presencia las grandes cadenas supermercadistas internacionales y nacionales, existe la misma mirada: “Estamos a punto de presentar nuestro planteo a las autoridades, el tema está en nuestra agenda. Creemos que lo que fue declarado como esencial, como esta actividad, debería tener alguna forma de preferencia para la vacuna”, destacó Juan Vasco Martínez, director ejecutivo de la entidad.
Los socios de Asu emplean a 92 mil trabajadores en todo el país, de los cuales apenas entre el siete y ocho por ciento no tiene contacto directo con los consumidores.
“No cabe duda de que el sistema de salud debe ser vacunado primero. Pero, luego, para estas actividades con alto contacto con el público también debería analizarse una preferencia. En paralelo con los docentes, quizás”, agregó Vasco Martínez.
El plan estratégico para la vacunación contra la Covid-19 publicado por el Gobierno nacional establece un escalonamiento de grupos prioritarios por vacunar en función a tres factores: enfermedad grave, exposición al virus y función estratégica del colectivo.
Siguiendo esa lógica, fija que en la primera etapa los segmentos por vacunar, en orden de prioridad, son: personal de salud (escalonamiento en función de la estratificación de riesgo de la actividad), adultos de 70 años y más; personas mayores residentes en hogares de larga estancia; adultos de 60 a 69 años, fuerzas armadas, de seguridad y personal de servicios penitenciarios; adultos 18 a 59 años de grupos en riesgo, personal docente y no docente (inicial, primaria y secundaria).
Les siguen “otras poblaciones estratégicas definidas por las jurisdicciones y la disponibilidad de dosis”.
Vale mencionar que en Estados Unidos, por ejemplo, el retail también fue uno de los primeros sectores económicos en solicitar prioridad de vacunación para sus 32 millones de trabajadores.
Qué pasa en la industria de alimentos
Aunque a ritmo más lento, en el sector productor de alimentos también comenzó la conversación respecto a las vacunas.
“Es un tema que dialogamos en la Cámara, pero no hicimos aún ningún tipo de gestión ante las autoridades. Entendemos que los trabajadores esenciales, y más del sector productos de alimentos, tendrán algún orden de prioridad. Luego de la salud, claro”, avaluó Ercole Felipa, presidente del Centro de la Industria Lechera (CIL) y de la láctea Manfrey.
En sintonía con todos los consultados en esta nota, el dirigente destacó que, merced a la aplicación de protocolos, las empresas no han sido los sitios de contagio masivos del virus y se han revelado como espacios mucho más seguros que otros ámbitos.
Igualmente, destacó que por estos días crece la preocupación ante la suba de casos en las localidades del interior, donde se asientan las lácteas: “Desde octubre, realmente se desató una ola de contagios muy fuerte, y la cantidad de personal dispensado que tenemos por edad, patología o contacto estrecho es muy alta”.
Citó el caso de Freyre (sede de Manfrey), con una población de ocho mil habitantes y 400 casos de Covid-19 positivo.
“Como CIL, estamos dentro de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal), esa entidad nacional entiendo que estaba haciendo una gestión respecto de las vacunas”, aclaró Felipa.
Desde el sector de la carne, Daniel Urcía, presidente de la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (Fifra), señaló que no existen gestiones de la entidad con relación a las vacunas ni se ha discutido aún el tema en la entidad.