Crédito: fuente
- Redacción
- BBC News Mundo
Solo ha transcurrido poco más de una semana desde que se hiciera efectiva la salida de Reino Unido de la Unión Europea y varios problemas ya saltan a la vista.
El acuerdo conseguido entre Reino Unido y la UE tras el Brexit no impone tarifas ni aranceles al flujo de bienes, pero sí requiere la introducción de controles fronterizos y trámites burocráticos que en la práctica están suponiendo costos extra para los negocios.
Los supermercados en Reino Unido, por ejemplo, advierten sobre el incremento de costos en las exportaciones.
Los sistemas de correo han cancelado parte de sus servicios y desde la industria pesquera se notifican desperdicios de productos por las trabas al comercio.
Con el tratado alcanzado entre la UE y Reino Unido se evitó el temido por muchos «Brexit duro», pero, al menos de momento, eso no ha impedido que en los primeros días tras la separación haya cambios notorios con impacto en el comercio.
«Carga burocrática»
Shane Brennan, director ejecutivo de Cold Chain Federation, representante de empresas de almacenamiento y transporte refrigerado, asegura que algunos problemas empiezan a hacerse evidentes a pesar de que la cantidad de tráfico transfronterizo aun sigue siendo bastante baja.
«Los flujos comerciales todavía son solo alrededor del 50% de lo que esperaríamos, pero incluso en esos niveles hay confusión y retrasos», dijo Brennan a la BBC.
«La sensación es que estamos construyendo una disrupción potencial bastante significativa», añadió.
Mark & Spencer, una de las cadenas de supermercados más populares de Reino Unido, dijo que los nuevos acuerdos comerciales estaban creando «procesos administrativos muy complejos».
La cadena admitió que la carga burocrática y los potenciales aranceles sobre algunas exportaciones «afectarían significativamente» sus negocios en países como Irlanda, Chequia y Francia.
Grant Shapps, secretario de Transporte de Reino Unido, asegura que está trabajando junto a las empresas para garantizar una transición ordenada a nuevos acuerdos comerciales.
Tormenta perfecta
Aunque el nuevo acuerdo preservó la ausencia de tarifas y cuotas para acceder al Mercado Único, la mayoría de comercios minoritas que usan Reino Unido como centro de distribución para negocios europeos podrían enfrentar tarifas al reexportar bienes de vuelta a la UE.
«La ausencia de aranceles no se siente así al leerse la letra pequeña», dijo Steve Rowe, director ejecutivo de Mark & Spencer, a la agencia Reuters.
«Para las grandes empresas habrá soluciones provisionales que llevarán mucho tiempo, pero para muchas otras esto significará pagar aranceles o reinvertir en la UE».
El British Retail Consortium, que representa a más de 170 comercios minoristas, está trabajando con sus miembros para buscar soluciones a corto plazo y dialogar con el gobierno británico y la UE para ofrecer opciones definitivas y mitigar los efectos de las nuevas tarifas.
La regla del país de origen
Estos nuevos problemas que enfrentan los negocios británicos se debe a una cláusula del acuerdo conocida como «regla del país de origen».
Esta sostiene que los bienes hechos o que contengan componentes fabricados fuera de Reino Unido y la UE y se revendan por negocios británicos, sufren carga impositiva al trasladarse a la UE.
Muchas empresas británicas que exportan a la Unión tienen gran parte de su cadena de suministro fuera de las fronteras del bloque, lo que significa que les afecta dicha cláusula.
Algunos han suspendido las ventas a clientes en la UE mientras intentan establecer si deben pagar los derechos de importación o si pueden cambiar a componentes de Reino Unido o de la UE.
Pescado podrido
Por otro lado, los exportadores de pescado y marisco en Escocia afirman haber sido golpeados por la «tormenta perfecta» en la disrupción por el Brexit, amenazando con hundir una industria centenaria.
«Estos negocios no transportan rollos de papel higiénico. Transportar marisco de alta calidad tiene un tiempo límite para llegar al mercado en óptimas condiciones», afirma Donna Fordyce, directora ejecutiva de Seafood Scotland.
Si pasa el tiempo límite, aseguró Fordyce, esos productos «se van a la basura».
Fordyce agrega que el sector ya había sido debilitado por el coronavirus, el cierre de fronteras con Francia antes de navidad y «problemas tras problemas» asociados con el Brexit.
Temen que, sin exportaciones, las flotas pesqueras tengan pocas razones para salir al mar.
«En poco tiempo podríamos ver la destrucción de un mercado centenario que contribuye significativamente a la economía escocesa», advirtió Fordyce.
Cancelación de correo
La división británica del servicio de paquetería DPD dijo que ha detenido su Servicio de Carreteras Europeas por el aumento del papeleo aduanero para paquetes que se dirigen a la UE, incluida la República de Irlanda.
En un correo electrónico a sus clientes comerciales, la empresa dijo que habían sido «unos días desafiantes» para sus operaciones internacionales y que «detendría y revisaría» su servicio. Tiene previsto reiniciar el 13 de enero.
«Ahora se ha hecho evidente que tenemos una carga cada vez mayor con los procesos nuevos y más complejos, y los datos aduaneros adicionales que debemos solicitar a paquetes enviados a Europa», escribió la firma.
Enojo en empresas europeas
Algunos negocios minoristas online especializados de la UE han dicho que ya no realizarán entregas en Reino Unido debido a los cambios fiscales que entraron en vigor el 1 de enero.
Las empresas están enojadas porque ahora enfrentan costos más altos y una mayor burocracia para cumplir con las autoridades fiscales de Reino Unido.
Al mismo tiempo, las compañías navieras internacionales, incluidas Federal Express y TNT, han dicho que están aplicando cargos adicionales a los envíos entre ambos mercados.
Dijeron que esto reflejaba la mayor inversión que habían tenido que hacer para ajustar sus sistemas para afrontar el Brexit.
Otras firmas del sector, como DHL y UPS, también tomaron medidas similares.
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Solo ha transcurrido poco más de una semana desde que se hiciera efectiva la salida de Reino Unido de la Unión Europea y varios problemas ya saltan a la vista.
El acuerdo conseguido entre Reino Unido y la UE tras el Brexit no impone tarifas ni aranceles al flujo de bienes, pero sí requiere la introducción de controles fronterizos y trámites burocráticos que en la práctica están suponiendo costos extra para los negocios.
Los supermercados en Reino Unido, por ejemplo, advierten sobre el incremento de costos en las exportaciones.
Los sistemas de correo han cancelado parte de sus servicios y desde la industria pesquera se notifican desperdicios de productos por las trabas al comercio.
Con el tratado alcanzado entre la UE y Reino Unido se evitó el temido por muchos «Brexit duro», pero, al menos de momento, eso no ha impedido que en los primeros días tras la separación haya cambios notorios con impacto en el comercio.
«Carga burocrática»
Shane Brennan, director ejecutivo de Cold Chain Federation, representante de empresas de almacenamiento y transporte refrigerado, asegura que algunos problemas empiezan a hacerse evidentes a pesar de que la cantidad de tráfico transfronterizo aun sigue siendo bastante baja.
«Los flujos comerciales todavía son solo alrededor del 50% de lo que esperaríamos, pero incluso en esos niveles hay confusión y retrasos», dijo Brennan a la BBC.
«La sensación es que estamos construyendo una disrupción potencial bastante significativa», añadió.
Mark & Spencer, una de las cadenas de supermercados más populares de Reino Unido, dijo que los nuevos acuerdos comerciales estaban creando «procesos administrativos muy complejos».
La cadena admitió que la carga burocrática y los potenciales aranceles sobre algunas exportaciones «afectarían significativamente» sus negocios en países como Irlanda, Chequia y Francia.
Grant Shapps, secretario de Transporte de Reino Unido, asegura que está trabajando junto a las empresas para garantizar una transición ordenada a nuevos acuerdos comerciales.
Tormenta perfecta
Aunque el nuevo acuerdo preservó la ausencia de tarifas y cuotas para acceder al Mercado Único, la mayoría de comercios minoritas que usan Reino Unido como centro de distribución para negocios europeos podrían enfrentar tarifas al reexportar bienes de vuelta a la UE.
«La ausencia de aranceles no se siente así al leerse la letra pequeña», dijo Steve Rowe, director ejecutivo de Mark & Spencer, a la agencia Reuters.
«Para las grandes empresas habrá soluciones provisionales que llevarán mucho tiempo, pero para muchas otras esto significará pagar aranceles o reinvertir en la UE».
El British Retail Consortium, que representa a más de 170 comercios minoristas, está trabajando con sus miembros para buscar soluciones a corto plazo y dialogar con el gobierno británico y la UE para ofrecer opciones definitivas y mitigar los efectos de las nuevas tarifas.
La regla del país de origen
Estos nuevos problemas que enfrentan los negocios británicos se debe a una cláusula del acuerdo conocida como «regla del país de origen».
Esta sostiene que los bienes hechos o que contengan componentes fabricados fuera de Reino Unido y la UE y se revendan por negocios británicos, sufren carga impositiva al trasladarse a la UE.
Muchas empresas británicas que exportan a la Unión tienen gran parte de su cadena de suministro fuera de las fronteras del bloque, lo que significa que les afecta dicha cláusula.
Algunos han suspendido las ventas a clientes en la UE mientras intentan establecer si deben pagar los derechos de importación o si pueden cambiar a componentes de Reino Unido o de la UE.
Pescado podrido
Por otro lado, los exportadores de pescado y marisco en Escocia afirman haber sido golpeados por la «tormenta perfecta» en la disrupción por el Brexit, amenazando con hundir una industria centenaria.
«Estos negocios no transportan rollos de papel higiénico. Transportar marisco de alta calidad tiene un tiempo límite para llegar al mercado en óptimas condiciones», afirma Donna Fordyce, directora ejecutiva de Seafood Scotland.
Si pasa el tiempo límite, aseguró Fordyce, esos productos «se van a la basura».
Fordyce agrega que el sector ya había sido debilitado por el coronavirus, el cierre de fronteras con Francia antes de navidad y «problemas tras problemas» asociados con el Brexit.
Temen que, sin exportaciones, las flotas pesqueras tengan pocas razones para salir al mar.
«En poco tiempo podríamos ver la destrucción de un mercado centenario que contribuye significativamente a la economía escocesa», advirtió Fordyce.
Cancelación de correo
La división británica del servicio de paquetería DPD dijo que ha detenido su Servicio de Carreteras Europeas por el aumento del papeleo aduanero para paquetes que se dirigen a la UE, incluida la República de Irlanda.
En un correo electrónico a sus clientes comerciales, la empresa dijo que habían sido «unos días desafiantes» para sus operaciones internacionales y que «detendría y revisaría» su servicio. Tiene previsto reiniciar el 13 de enero.
«Ahora se ha hecho evidente que tenemos una carga cada vez mayor con los procesos nuevos y más complejos, y los datos aduaneros adicionales que debemos solicitar a paquetes enviados a Europa», escribió la firma.
Enojo en empresas europeas
Algunos negocios minoristas online especializados de la UE han dicho que ya no realizarán entregas en Reino Unido debido a los cambios fiscales que entraron en vigor el 1 de enero.
Las empresas están enojadas porque ahora enfrentan costos más altos y una mayor burocracia para cumplir con las autoridades fiscales de Reino Unido.
Al mismo tiempo, las compañías navieras internacionales, incluidas Federal Express y TNT, han dicho que están aplicando cargos adicionales a los envíos entre ambos mercados.
Dijeron que esto reflejaba la mayor inversión que habían tenido que hacer para ajustar sus sistemas para afrontar el Brexit.
Otras firmas del sector, como DHL y UPS, también tomaron medidas similares.
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