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Es una apasionada del emprendimiento, una tendencia que trata de promover en España desde que, en 2012, fundó Spain Startup, pero en la que se embarcó mucho antes. A sus espaldas, María Benjumea (Madrid, 1954), lleva el lanzamiento de Infoempleo, la vicepresidencia de Secot (Seniors Españoles para la Cooperación Técnica) y la del Círculo de Empresarios, esta última entre el 2012 y el 2015. Ahora, su obsesión es aprovechar los retos que ha planteado la pandemia a través del South Summit, que este año se ha tenido que celebrar de manera virtual.
¿Cómo ha afectado la pandemia al emprendimiento?
La manera en la que está afectando es bastante generalizada, tanto en las empresas consolidadas como en el mundo startapero. Por una parte hay startups, al igual que empresas consolidadas, que están creciendo porque están en el sector oportuno y otras que lo están pasando muy mal. Luego esto se une con la capacidad de reacción de la gente para trasladar los retos en oportunidades, y yo creo que ahí el startupero es el rey. Primero porque, por su estructura, tiene capacidad de hacer avanzar su proyecto, pero también porque identifican nuevas vías por las que desarrollarlo. Todo esto puede ser también un aliciente para emprender porque se está viendo que el riesgo lo tenemos en todas partes, no es exclusivo del emprendimiento, sino que también se están perdiendo puestos de trabajo.
¿Se ha producido una ruptura con lo anterior?
Sí, y se está viendo que la parte tecnológica y digital es transversal para todo. Hay proyectos que no requieren mucho capital desde los inicios, lo requieren en un momento determinado y depende de cómo sean los objetivos. Por eso no creo que este momento vaya a reducir la capacidad emprendedora de la gente. En mi opinión, casi lo contrario porque estamos viendo que esa seguridad tampoco está en ninguna parte y porque de verdad creo que hemos cambiado mucho la mentalidad en los últimos años, no solo por la crisis.
Hablaba del capital. ¿Hay financiación disponible a pesar de la crisis?
Ahí tenemos una buenísima noticia y luego un reto muy importante. Lógicamente este año no ha habido en volúmenes cantidades como las que hemos podido ver en los años anteriores, pero ha sido el segundo año en número de inversiones, aunque no hayan sido tan voluminosas. Esto quiere decir que el mercado no se ha parado a pesar de la que está cayendo. Dinero hay mucho y con muchas ganas de invertir, lo que tenemos que saber hacer es vendernos. Se tienen que profesionalizar todos los trámites, que esa es la gran asignatura pendiente en España para que se genere más credibilidad en las startups que no tienen demasiados resultados sobre los que apoyarse.
¿En qué áreas está destacando el emprendimiento en este momento?
Todo lo que ha estado más cercano con la situación que hemos vivido en el año 2020 ha tenido un crecimiento tremendo. Todos los temas vinculados con el comercio electrónico, con la logística, el entretenimiento… Y muy importante también todo el concepto de salud, claro, pero yo creo que todo lo demás sigue estando ahí. La única excepción son algunas industrias, como todo lo relacionado con viajes y turismo o el comercio físico, que son las que más han sufrido. En general, creo que nos hemos adaptado muy bien y muy rápido.
El propio South Summit también tuvo que adaptarse.
Sí, y estoy muy contenta porque creo que actuamos muy rápidamente. Una vez pasó la psicosis inicial, a finales de marzo, decidimos que lanzábamos el Virtual South Summit. Lo que hicimos fue identificar una serie de retos que considerábamos que eran los más críticos en ese momento: salud, sostenibilidad, educación, comunicaciones… Y, luego, reinventamos el concepto del South Summit para hacerlo omnicanal. La pandemia nos ha enseñado nuevas formas para conectar a todo el mundo y vimos que teníamos que disponer de todas ellas. La física es la más importante para la conexión, pero para poder atraer a gente de todas las partes del mundo, lo virtual era fundamental. En este sentido, el networking es la asignatura pendiente de estos canales, ya no porque las plataformas funcionen mejor o peor, sino porque el chip de la gente no está ahí, pero esto es cuestión de trabajarlo, no hay desafíos que nos detengan.
¿Qué han aprendido en ese cambio de formato?
Hemos aprendido muchísimo. Nuestra apuesta clarísimamente a partir de ahora va a ser la omnicanalidad. Además, nuestra estrategia global es 365, es decir, hacer actuaciones a lo largo de todo el año, y para ello, lo mejor es crear una plataforma de conexión a través de todos los canales. Este año hemos ido con muchísima ilusión y muchísimas ganas, pero también con muco trabajo. Para mí, ha sido el año más complejo y más intenso por mucho que otros años reuniéramos a 20.000 personas juntas, porque somos una plataforma de innovación, somos los primeros que tenemos que innovar, que tenemos que lanzar el mensaje de que se puede y de que, sobre todo, hay que probar.
En este momento que las grandes corporaciones se han tenido que adaptar mucho, ¿han necesitado a las startups más que antes?
Ahí no ha parado el concepto de la innovación abierta, de la mano de las startups. Todos nos hemos tenido que adaptar a la nueva situación, pero las grandes corporaciones todavía más. Al final, estas necesitan innovar al ritmo que demanda el mercado y sus estructuras no son tan ágiles. Por mucho que tengan a gente muy talentosa dentro, no tienen la capacidad de generar innovación para seguir el ritmo del mercado, sin embargo, la alianza con las startups es lo que les permite poder transformarse, así que lo que se genera es un win-win permanente. Sobre todo, ha sido importante que se hayan convencido de que tienen que hacerlo. La transformación digital es el primer paso, luego no sabemos lo que vendrá.
Con el auge del teletrabajo, ¿se van a descentralizar hubs como Silicon Valley?
Silicon Valley es una cultura unida a que se posicionó en un lugar dentro de un país en el que su ADN es emprendedor. Pero no hay que copiar los modelos. A mí me gusta muchísimo el modelo de España, es muy diferencial. Aquí tienes dos grandes ciudades, dos grandes hubs, que son Madrid y Barcelona. Pero es que luego tienes otras tres ciudades que están despuntando como son Valencia, Bilbao y Málaga. Entre las dos primeras no llegan al 60%, pero es que entre las cinco primeras tampoco llegan al 70% de concentración del ecosistema. Berlín solo concentra el 80% y París y Londres algo muy parecido. Esto me parece precioso y tenemos que potenciarlo. Tenemos que venderlo como una característica, que además creo que es buenísima para la atracción de talento hacia aquí, que no tienes una concentración, sino que está muy distribuido por todo el territorio.