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El textil se abarata por primera vez desde 2016. El Índice de Precios Industriales (Ipri) ha cerrado el año con un descenso interanual del 0,2%, la primera caída anual del índice en cuatro años.
Según los datos provisionales publicados hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el Ipri general cerró el año con un descenso del 1,4%, casi un punto y medio por encima de la tasa registrada en noviembre. En relación al mes anterior, el Ipri se incrementó un 1%.
Los precios del textil cerraron en descenso prácticamente cada mes de 2020. Tras comenzar el año con una subida del 0,5% en enero y del 0,3% en febrero, el Ipri del sector cerró marzo en plano y comenzó a entrar en tasas negativas en abril, en pleno estado de alarma. En septiembre y octubre, volvió a cerrar sin variación y en noviembre y diciembre bajó de nuevo, con descensos interanuales del 0,4% y del 0,2%, respectivamente.
En cambio, la curva que ha dibujado la confección es muy diferente. El Ipri del sector se incrementó un 0,6% a cierre del año, respecto a diciembre de 2019. De hecho, la tasa fue escalando durante este año desde que tocó mínimos en agosto, con un descenso del 0,1%. El cuero y el calzado, por su parte, se encareció un 0,7% en 2020. La subida es la menor desde junio.
Por grupos más concretos de actividad, el sector más deflacionista en 2020 fue la fabricación de tejidos textiles, cuyo Ipri retrocedió un 4,5% el año pasado. Le sigue, de lejos, la preparación, curtido y acabado de cuero y la marroquinería, con una bajada del 0,2%.
En el otro plato de la balanza, la confección de prendas de vestir de punto es el subgrupo que más se encareció, con una subida del 2,3%, seguida del acabado de textiles, con un 2,1%, y la fabricación de calzado, con un 1%.
El Ipri es un indicador coyuntural que mide la evolución mensual de los precios de los productos industriales fabricados y vendidos en el mercado interior, en el primer paso de su comercialización, es decir, los precios de venta a salida de fábrica, excluyendo los gastos de transporte y comercialización y el IVA facturado.