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Marie Claire reestablece su equilibrio patrimonial. La histórica compañía valenciana, que en el último año se ha vuelto a reinventar con la producción de mascarillas, ha aprobado una reducción de capital de 7,36 millones de euros para compensar pérdidas y evitar la causa de disolución.
Según consta en el Registro Mercantil, los accionistas aprobaron la reducción en junta general extraordinaria el pasado 29 de enero. La operación se realizará mediante la disminución del valor nominal de las acciones en 23 céntimos cada una. Tras la reducción, el capital social quedará fijado en 4,48 millones de euros.
Marie Claire es uno de los últimos fabricantes de medias y calcetería que resiste en España, con producción en Castellón. El año pasado, ahogada por las restricciones al comercio, la empresa apostó por la producción de mascarillas para seguir manteniendo su actividad.
De sus 530 empleados, unos ochenta se destinaron a la producción de material sanitario. Además, la empresa cuenta con otros sesenta trabajadores en corners en El Corte Inglés.
Marie Clarie cerró 2020 con una menos de treinta millones en ventas y pérdidas de cuatro millones
La compañía cerró 2019 con una facturación de 29 millones de euros, casi la mitad de lo que llegó a alcanzar en su época dorada, y preveía cerrar 2020 con una caída del 20%, según recogía a final de año El Economista. Las pérdidas ascendieron a más de cuatro millones.
A principios de 2021, Marie Claire fue preseleccionada como proveedora de la Generalitat en tres de los 16 lotes de material de protección sanitario licitado por el gobierno autonómico. El presupuesto total asciende a 240 millones de euros.
La empresa se fundó en 1907 en Vilafranca del Cid, en Castellón, y un siglo después continúa siendo el principal motor económico de la población. La compañía estuvo en manos de la familia Aznar hasta la década de los ochenta, cuando fue adquirida por el fondo británico Harstone.
Con la liberalización del comercio y la deslocalización en masa de la producción textil, la compañía pasó a manos del equipo directivo y estuvo a punto de presentar suspensión de pagos, aunque logró esquivarlo con un aval público.