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Los años 90 marcaron el auge de la marca argentina de ropa interior Caro Cuore, una época en la que modelos famosas como Araceli González o Valeria Mazza posaban con sus prendas. La compañía, con una historia de más de 20 años en Uruguay, ahora apuesta a elevar su presencia —física y digital— de este lado del Río de la Plata.
Fundada en 1969, Caro Cuore es propiedad desde 2017 del Grupo De Narváez (presente en Uruguay con empresas como Ta-Ta, woOW!, BAS, Rapsodia, San Roque y Multi Ahorro) y el fondo inversor L Catterton, con intereses en el sector de consumo y que tiene al conglomerado LVMH como accionista.
Los nuevos dueños iniciaron en 2018 un reposicionamiento de la marca en Argentina para actualizarla y con énfasis en la complementación entre las tiendas físicas y el canal online. El plan ahora tendrá su adaptación al mercado uruguayo.
El objetivo es crecer a entre seis y diez locales en un horizonte de un par de años —hoy la firma posee dos puntos de venta (en los shoppings Portones y Punta Carretas)—, indicó Silvia Fernández, directora de marca de Caro Cuore. La ejecutiva detalló que originalmente la expansión tenía un componente más físico (con unos 30 locales proyectados en Uruguay) pero dado el reposicionamiento de la marca, el crecimiento del e-commerce y el impacto de la pandemia de COVID-19, reformularon la idea amparándose también en el canal digital.
Ese punto es clave en la estrategia de crecimiento de la marca. En Argentina, sus ventas a través de Internet han crecido hasta aportar el 30% de la facturación en 2020. Si bien la reapertura de las tiendas físicas
—todavía en un contexto de pandemia— tendrá un efecto a la baja sobre esa cifra, el e-commerce debería significar no menos del 20% este año, dijo Fernández.
La empresa proyecta canalizar un 15% o 20% de las ventas en Uruguay a través del canal online
La expectativa de crecimiento online también incluye a Uruguay. El e-commerce de Caro Cuore aportó entre 8% y 10% de la venta en 2020 y este año llegaría a un 15% o 20%. Las cifras están lejos de los niveles de Argentina, pero «es un camino sólido» para Uruguay, destacó la ejecutiva.
Más local
Para Caro Cuore, Uruguay es una plaza interesante y atractiva por su potencial a futuro, aseguró Fernández. El conocimiento del Grupo De Narváez sobre el clima de negocios local y las sinergias que puede lograr también influyen favorablemente en esa percepción.
Como parte de su nueva estrategia, la marca pretende fortalecer la impronta uruguaya de la operación tanto en su comunicación (a través de referentes locales) como a la hora de generar sus propios surtidos con colecciones específicas.
El desarrollo local de la marca enfrenta algunos desafíos. El consumidor uruguayo tiene aún cierta resistencia a la compra digital, opinó Fernández. Para contrarrestar ese efecto y diversificar el acceso a los productos, la apuesta es no solo sumar locales sino, por ejemplo, tejer alianzas con otras empresas del grupo, densas en presencia física que puedan albergar espacios de pick-up para los clientes de Caro Cuore.
Ser una propuesta más cercana al público es otro reto. Caro Cuore es vista como «muy aspiracional y alejada», admitió Fernández. Frente a eso, la firma ha ampliado, por caso, su oferta de talles alinéandose a parámetros de belleza «más real».
Un surtido más amplio también hace a la estrategia para crecer. El core business es la ropa interior pero el plan de negocios de la marca se extiende a otras líneas como pijamas, homewear, accesorios y trajes de baño, entre otros.
«La idea es tener una muestra de todo el surtido y que en función del comportamiento (de compra del consumidor) vayamos tomando decisiones más certeras» en Uruguay, remató Fernández.