Las idas y vueltas en torno a la decisión del Gobierno nacional de imputar a once grandes empresas de consumo masivo por faltantes de productos, serán otro reflejo de las tensiones y la clara falta de conducción política en el interior del Frente de Todos.
Aunque en principio se haba anunciado la medida como una severa advertencia a las principales productoras de alimentos y bajo la amenaza de aplicar fuertes sanciones, el Ejecutivo fue bajando el tono con el correr de las horas y atenuó su discurso inicialmente combativo, al señalar que solo quera garantizar el abastecimiento de productos de consumo masivo.