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El millonario programa de reparto de despensas que realizó el gobierno del Estado entre abril y mayo, como respuesta a la emergencia sanitaria por el Covid-19, se habría efectuado en medio de indicios de opacidad y corrupción.
Este programa, que distribuyó dos millones 246 mil, 985 paquetes alimentarios en 450 mil hogares, con un costo de casi 450 millones de pesos, favoreció a seis empresas, seleccionadas por el gobierno para vender esos productos a través de un procedimiento de adjudicación directa, «por excepción de licitación pública».
De acuerdo con información recabada por reporteros de Central 9, la Unidad de Investigación Periodística de Grupo Megamedia, por lo menos una de esas empresas presenta las características típicas de una compañía fantasma.
Otras dos, que comparten un mismo dueño, fueron adquiridas precisamente al inicio de la gestión de Mauricio Vila Dosal, a otros socios, y por su modo de actuar parecerían vendedores de despensas de “portafolio”.
De estas dos, una, además, tiene como apoderado legal a un conocido panista, funcionario del Ayuntamiento de Mérida hasta diciembre.
Plan de acción contra la pandemia
Según información oficial, el programa de despensas del gobierno del Estado, llamado de Apoyo Alimentario, buscaba repartir 1.8 millones de paquetes alimentarios inicialmente en 450,000 mil hogares yucatecos, a partir del 15 de abril, a razón de un paquete cada 15 días, hasta llegar a cuatro en dos meses, con un costo de 360 millones de pesos.
El programa era parte de las acciones dispuestas por el gobernador Vila Dosal para respaldar la economía familiar de los yucatecos ante el impacto causado por la pandemia del coronavirus.
Sin embargo, al final, las autoridades aumentaron 25 por cierto el presupuesto y gastaron 449 millones 974 mil, 845 pesos en la adquisición de dos millones 246 mil, 985 despensas, según el II Informe de Gobierno.
Cada hogar, de los 450 mil susceptibles de ayuda en Yucatán, habría recibido cinco paquetes de alimentos entre abril y mayo pasado.
Reportes recogidos por Central 9 en poblaciones del interior del estado indican que, sin embargo, muchos hogares solo recibieron dos despensas y no las cinco anunciadas.
Contenido de las despensas
De acuerdo con el propio gobierno, estas despensas contenían un kilo de arroz, un kilo de frijol, un lata de atún, un kilo de harina de maíz, leche en polvo de 460 gramos (o cereal tipo Zucaritas de 500 gramos) y galletas tipo María de 160 gramos.
También, pasta para sopa de 200 gramos, galletas tipo animalitos de 150 gramos, un jabón de tocador de 100 gramos, aceite vegetal comestible de 450 mililitros, o papel higiénico de 200 hojas de 4 rollos.
El precio promedio pagado por el gobierno por cada despensa fue de 200 pesos.
Procedimiento legal
Se seleccionó a los proveedores de esos productos mediante “adjudicación por excepción de licitación pública”.
Este es un procedimiento previsto en la ley que permite adjudicar contratos de bienes y servicios en forma directa, aun cuando los montos sean muy elevados, sin licitación pública.
Estos contratos solo deben utilizarse en casos excepcionales, en los que es necesario contar con los bienes o servicios con la mayor celeridad posible.
El gobierno del Estado consideró que la adquisición de las despensas caía en estas previsiones de la ley, debido a la emergencia ocasionada por la pandemia del Covid-19.
Sin informes de los montos
De este modo las autoridades seleccionaron seis empresas para surtir las despensas. Cada una recibió un contrato de abastecimiento, aunque no se conocen los montos.
No obstante, si el gasto total de todas las despensas asciende a 449 millones 974 mil, 845 pesos, y si esta cantidad se divide entre seis, se obtiene que estas compañías habría firmado contratos por 74 millones 995 mil, 807 pesos, cada una.
Según el II Informe, las empresas seleccionadas fueron Proveedora del Panadero, S.A. de C.V., Productos Serel, S.A. de C.V. y Comercializadora Don Cacahuato, S. de R.L. de C.V. Estas son compañías nacionales muy acreditadas en la proveeduría de abarrotes al mayoreo y en la confección de despensas y las tres poseen grandes bodegas de productos en Mérida.
Las otras dos compañías son 180 Natural S.R.L de C.V. y Comercializadora Ecourbana S.A. de C.V, mucho más pequeñas y ambas propiedad de Dica Administración, S.A.P.I de C.V., un negocio local que las adquirió de otras personas.
La operación se hizo justamente unas semanas antes de la toma de posesión de Vila Dosal como gobernador, en octubre de 2018.
Empresa con irregularidades
La sexta empresa es Servicios Empresariales Cuxher S. de R.L. de C.V. caracterizada por múltiples irregularidades.
Esta compañía se formó el 15 de mayo de 2015, ante el notario Manuel Emilio García Ferrón, según el Registro Público de Comercio.
En su acta constitutiva incluye 59 objetos sociales diferentes, desde la compra, venta, importación, exportación, distribución y suministro de toda clase de materiales y accesorios para la construcción, hasta la edificación de vías férreas y obras marítimas y fluviales.
El capital social mínimo se fijó en 50,000 pesos, con aportación a partes iguales por los socios Pedro Martín Hernández Martínez y Silvia de Jesús Cuxín Pool, quien fue nombrada gerenta general de la empresa.
Ajustes en el acta constitutiva
Durante casi cinco años, Servicios Empresariales Cuxher no tuvo actividad comercial.
El 24 de abril de 2020, cuando el gobierno del Estado acababa de anunciar el Programa de Apoyo Alimentario por el Covid-19, los dos socios de la empresa celebraron una asamblea general extraordinaria, protocolizada ante el notario Jorge Carlos Escalante Arceo, para modificar el objeto de la sociedad.
A los 59 objetos sociales enlistados en su acta constitutiva, los socios le añadieron varios más para estar a tono con el contrato que luego firmarían con el gobierno estatal.
Ampliación en alimentos
Entre estos nuevos objetivos sociales figuran la compra, venta y preparación de todo tipo de alimentos; la comercialización, distribución compra, venta, importación y exportación al mayor y menudeo de alimentos y productos de consumo masivo en toda su extensión; de productos perecederos y no perecederos, ya sean estos nacionales o importados, por kilo, enlatados, envasados, embolsados, en su empaque original y/o a granel.
Igualmente la comercialización, distribución compra, venta, de verduras, frutas, legumbres y hortalizas, de productos alimenticios de origen animal, marino, agrícola y vegetal en su forma natural, congelados, secos, envasados y a granel, así como todo tipo de suplementos y bebidas embotelladas.
Otros objetivos son la comercialización de toda clase y tipo de productos lícitos, incluyendo el almacenamiento de canales de comercialización, bodegas, centros de acopio y mercados propios; el desarrollo de otros negocios conexos, como servicio de restaurante, cafetería, comida rápida con despacho a domicilio y la comercialización al mayor y menudeo todo lo relacionado con panadería y pastelería, venta de comida, sándwiches, elaboración de pan, empanadas, elaboración artesanal y/o industrial , compra, venta de tortas, postres y dulces de todo tipo, frutos secos y deshidratados en general, así como cualquier otra actividad lícita relacionada con la industria de alimentos.
Sede de las oficinas
Las oficinas de Servicios Empresariales Cuxher se encuentran en el predio número 862 de la calle 53 del fraccionamiento Las Américas II.
Se trata de una casa rentada, habilitada como oficina, sin línea de teléfono convencional.
Reporteros de Central 9 estuvieron en ese lugar la semana pasada. En la puerta del predio aparece un letrero impreso en computadora con el nombre de la empresa.
Una secretaria atiende la oficina. Explicó que en ese lugar se especializa en la renta de espacios para oficina, «pero hasta ahora el único cliente es Servicios Empresariales Cuxher«, dijo.
Sobre la señora Cuxín Pool, gerenta general de la empresa, la secretaria respondió que no la conoce, “nunca viene aquí”, dijo.
“Yo solo veo al dueño de la casa, de nombre Víctor, cada quince días cuando trae mi sueldo”.
El domicilio de la gerenta
En el acta de la asamblea extraordinaria de la empresa, el notario registró como domicilio particular de la señora Cuxín Pool el predio número 399-E de la calle 109 de la colonia Santa Rosa.
Enviados de Central 9 entrevistaron en ese lugar a la señora Concepción Pool Amaya de Cuxín, quien dijo ser la dueña de la casa y mamá de Silvia de Jesús Cuxín Pool, pero aclaró que ella no vive allí sino en otro predio, cercano.
Éste se ubica a tres cuadras, en la calle 46 B, número 585, y se trata de un predio modesto. El día de la visita nadie respondió a los llamados a la puerta.
De regreso a la casa de la señora Pool Amaya de Cuxín, ésta preguntó a los
periodistas por qué buscan a su hija.
“Ella aparece como socia y responsable de, al parecer, una importante empresa distribuidora de despensas y queremos entrevistarla”, le respondieron.
“¿Distribuidora de despensas?, qué raro”, comentó la señora Pool. “Mi hija es solo ama de casa” (Continuará)