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El ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, dijo que «es una posibilidad» establecer precios máximos para los insumos, en un intento de coordinar expectativas -incluso a garrotazos- para que la inflación de 2021 sea lo más parecida posible al 29% que marcó el Presupuesto y que constituye una de las vigas maestras del plan económico del Gobierno.
«Es una posiblidad, lo estamos analizando», contestó Kulfas cuando Letra P le preguntó si pensaban ponerles tope a los precios de los insumos, durante una recorrida por la planta de Toyota, en Zárate.
El ministro también afirmó que en los próximos días habrá definiciones sobre la continuidad de Precios Máximos en los productos de consumo masivo, el programa que el Gobierno viene descongelando de forma muy paulatina y que está al tope de las preocupaciones de las industrias de alimentos. El 31 de marzo vence la última extensión del congelamiento.
«Es un tema que estamos dialogando con el sector alimenticio. La idea es establecer una serie de acuerdos que permitan ir reduciendo los niveles de inflación del sector alimentos, que ha sido importante, sobre todo en diciembre y enero, y sobre todo que apunten a un mayor equilibrio en la cadena, porque en los últimos meses hemos encontrado aumentos importantes en los insumos y menor nivel de adecuación en los precios finales, por lo cual se compromete la rentabilidad», dijo Kulfas.
Semanas atrás, Desarrollo Productivo incorporó a las discusiones por precios y salarios a los fabricantes de insumos para la industria (como plásticos y envases) y la producción primaria (fertilizantes y agroquímicos, entre otros). Kulfas dijo en esa mesa de más de 60 asistentes que habían detectado aumentos de hasta 50% en dólares que no tienen justificación. Kulfas cree que, si bien hay aumentos en los precios internacionales, las firmas locales agregaron un componente de cobertura ante una eventual devaluación -que no sucedió- y pidió que muestren sus estructuras de costos. En el mismo sentido, la Secretaría de Comercio Interior avanzó la semana pasada con imputaciones a corralones por no haber entregado información sobre el aumento de los insumos para la construcción.
Las firmas alimenticias celebraron que el Gobierno reconociera que los costos aumentaron mucho más que los precios finales. La Coordinadora de Productos Alimenticios (Copal) habla de subas de 35% que no fueron reconocidas. Si bien la cámara pide desterrar Precios Máximos, las empresas saben que eso no sucederá, que el deslistado continuará siendo gradual y que incluso en aquellos productos que salgan de la nómina deberá consensuar los aumentos con el Gobierno. No hay margen para subas del 30% de golpe, como pretendió hacer un fabricante de gaseosas la semana pasada.
En ese sentido, las compañías tomaron nota de un sutil cambio en la reglamentación de la emergencia sanitaria. El artículo 6 del decreto 260 de 2020 sobre emergencia sanitaria facultaba a los Ministerios de Salud y Desarrollo Productivo a fijar precios máximos y garantizar el abastecimiento de «insumos críticos», y aclaraba que esa potestad regía «para el alcohol en gel, los barbijos y otros insumos críticos, definidos como tales». El DNU 167/2021 extendió la emergencia hasta el 31 de diciembre y simplificó el texto original: ambos Ministerios «en forma conjunta, podrán fijar precios máximos para los insumos críticos, definidos como tales», sin mayores especificaciones.
Una gran cadena alimenticia interpretó el cambio normativo como la puerta de entrada para definir como «insumos críticos» a todos aquellos que hagan a la fabricación de alimentos y, por lo tanto, regular sus precios. Kulfas sostiene que esos insumos de la producción deberían subir este año 25%, en línea con la suba del tipo de cambio oficial, para permitir que las firmas de consumo masivo recuperen márgenes sin que la inflación se desboque.