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El Corte Inglés ha decidido dar un paso más en su apuesta por el segmento de la alimentación ‘premium’ con la compra de la cadena de supermercados madrileños Sánchez Romero. La firma que preside Marta Álvarez pretende reforzar su presencia en uno de las divisiones que se salvaron del golpe de la pandemia.
El grupo de grandes almacenes no ha desvelado aún a cuánto asciende la adquisición de una compañía regional que fue comprada en 2017 por un grupo de inversores con planes de expansión nacional para este mismo 2021. Tampoco han trascendido detalles sobre si la empresa mantendrá la marca propia o será sustituida por la del grupo de distribución.
Su hasta ahora propietario y gestor, Enric Ezquerra, se ha limitado a señalar su «satisfacción» por que la cadena «se integre en un grupo líder como es El Corte Inglés, que posibilitará la expansión del modelo, hacerlo más fuerte, y será un gran impulso para su desarrollo en un ámbito territorial nacional».
Con diez establecimientos, Sánchez Romero cerró 2020 con una cuota de mercado del 0,7% en la Comunidad de Madrid y del 1,3% en la capital. Por eso, fuentes del sector expresan su sorpresa por la compra y sus reservas sobre el valor real que pueda aportar la cadena a un gigante de la distribución que se caracteriza por haber sido pionero en introducir en el mercado español el concepto ‘gourmet’, con espacios de alimentación y bebida especializados en productos de alta gama.
La compañía defiende que la compra refuerza «su posicionamiento como líder de supermercados de calidad, con una propuesta comercial amplia, diferenciada y capaz de incorporar los mejores productos y las últimas innovaciones del mercado».
Precisamente, Sánchez Romero apuesta por la experiencia del cliente en la tienda y ha puesto en marcha en alguna de ellas el denominado modelo «Premium 360º», mediante el que se combinan los formatos de súper y mercado tradicional con los de tienda gourmet, food market y espacio de degustación.
Pero al margen de ganar penetración en la región madrileña, la nueva adquisición tiene aparentes ventajas como la situación estratégica de los locales que posee Sánchez Romero, ubicados en emplazamientos de alto interés para El Corte Inglés por el nivel socioeconómico de los mismos. No en vano, la enseña adquirida se caracteriza por aparecer en las clasificaciones de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) como la cadena de supermercados más cara de España.
Sánchez Romero cerró 2020 con una cuota de mercado del 0,7% en Comunidad de Madrid y del 1,3% en la capital
En este sentido, expertos en el sector del ‘retail’ como Alfonso Sebastián creen que la adquisición abre la «posibilidad de generar sinergias» con los espacios de los que dispone la compañía del triángulo en centros comerciales como Goya o Castellana. Ahora, puede «intentar replicar el formato gourmet pero dentro de supermercados» a pie de calle. Hasta el momento, todos se ubican dentro de grandes centros comerciales de la compañía.
Por su parte, fuentes sindicales aseguran que -a diferencia de la operación cerrada este miércoles para fusionar la división de Viajes con Logitravel– los trabajadores no tenían conocimiento de la compra de Sánchez Romero por parte de la dirección.
En cualquier caso, la adquisición de la cadena de madrileña fundada en 1954 se produce en un momento en el que ésta última se anota una notable mejoría de sus resultados a consecuencia sobre todo del incremento de las ventas que registró el sector durante el primer año de la pandemia. La compañía cerró 2020 con 419 empleados, una cifra de negocio de 61 millones de euros (un 50% más que en el año anterior) y un ebitda de 6,2 millones.
Plan estratégico hasta 2026
Asimismo, la compra de la cadena se supermercados se produce apenas unos meses después de que El Corte Inglés pusiera en marcha de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) mediante el que abandonaron la empresa de forma voluntaria casi 3.300 empleados.
Ahora, la firma tiene previsto presentar en la junta general de accionistas del próximo 23 de julio su plan estratégico hasta 2026, el primero diseñado por Víctor del Pozo como consejero delegado en solitario y bajo la presidencia de Marta Álvarez. Con él, la empresa pretende reenfocar su modelo de negocio tras el desplome de las ventas en el canal tradicional y buscar nuevas vías de ingresos.
El gigante de la distribución cerró el ejercicio 2020 con unas pérdidas históricas de casi 2.945 millones de euros debido fundamentalmente a las provisiones acometidas en el primer año de la pandemia. Precisamente, el área de alimentación fue la única que creció con 2.957 millones de euros (+2,2%), mientras que la división de Viajes fue la más castigada con un desplome de las ventas del 89%.