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Traducido por
Hernández Moya Sebastián
Publicado el
9 jul. 2021
Incluso si los indicadores de una recuperación económica son positivos, la crisis no ha terminado y los detalles de la economía tras la pandemia aún no están claros, bajo la amenaza de la variante Delta. Procos, federación por la promoción del comercio especializado francés, ha identificado los desafíos que enfrentarán los minoristas especializados: el tamaño de la red, la ubicación, los problemas de suministro, entre otros, son algunos de los problemas detallados. Vivir con la amenaza sanitaria es obviamente el primer punto a considerar.
Se espera que la geografía comercial experimente cambios significativos «bajo el doble impacto de mantener una dosis significativa de teletrabajo y la aceleración muy fuerte de una organización omnicanal del comercio y sus actores». Ciertas ubicaciones y calles comerciales mantendrán una afluencia reducida, en particular en las grandes metrópolis, las zonas de oficinas o determinadas estaciones de transporte. París, que perdió casi la mitad de su frecuentación en 2020, seguirá sufriendo y correrá el riesgo de una fuerte vacancia comercial.
En cambio, las ciudades de tamaño medio ubicadas no lejos de las grandes aglomeraciones se beneficiarán de un nuevo atractivo. “Esta transferencia del consumo puede beneficiar a determinados comercios en los núcleos urbanos, pero, sin duda, más aún en determinados distritos o comercios periurbanos y periféricos”, sostuvo la federación, que cita en primer lugar a los parques comerciales (retail parks).
La proximidad entra en juego
La aceleración de la omnicanalidad como modelo de negocio crucial para las cadenas minoristas también forzará el cambio de su red de puntos de venta, con el objetivo de encontrar el equilibrio adecuado de lo físico y lo digital. Las raíces locales son cada vez más importantes: «los franceses han redescubierto un mundo más cercano. Los minoristas deben determinar el papel que pueden jugar localmente más allá del ámbito comercial, en particular mediante la creación de asociaciones», explicó Emmanuel le Roch, delegado general de Procos.
Si bien la tienda sigue siendo útil porque permite ofrecer un abanico de (nuevos) servicios al cliente, «las inversiones que exige la omnicanalidad son significativas y habrá que analizar la rentabilidad de cada metro cuadrado». También cabe esperar nuevas tensiones entre los arrendadores y los minoristas. Un conflicto en torno a los alquileres y a su valor aún persiste, mientras que la ayuda para pagarlos aún está pendiente de confirmación.
Con respecto al producto y la cadena de suministro, Procos enfatiza la importancia de varios factores que pueden lastrar los márgenes o generar inflación del producto: en primer lugar, la saturación actual del transporte marítimo, así como el aumento observado en el costo de las materias primas, especialmente considerando la escasez de algodón orgánico, son algunos factores enumerados por Laurence Paganini, presidente de Procos y gerente general de la marca Kaporal.
En cuanto a sectores de actividad, el horizonte parece más claro para los artículos para el hogar, que deberían beneficiarse a largo plazo de nuevos estilos de vida (teletrabajo, deseo de mudarse, etc.), y también el deporte, que ha captado adeptos durante la pandemia. Por otro lado, el futuro de los artículos personales es menos prometedor: la gente pasará menos tiempo en la oficina, lo que podría tener consecuencias en un mercado de la moda que lleva varios años con una fuerte tendencia a la baja.
Precio y origen, dos criterios clave para los clientes
Con respecto al cliente, será necesario comprender los principales cambios sociales en los próximos años, como el envejecimiento de la población (ya conocido), pero también la digitalización de la sociedad (amplificada por la crisis) y el atractivo de la responsabilidad en materia medioambiental. Procos afirma que los clientes esperan más productos fabricados en Francia, pero que también exigen precios más bajos. El factor precio se ve reforzado por la crisis, por lo que las compras inteligentes adquieren importancia, mientras que la frugalidad también se está asentando: «8,9 millones de franceses dicen querer consumir lo mínimo necesario», afirmó Emmanuel Le Roch.
Entre los otros proyectos mencionados está el hecho de superar las dificultades de contratación (y por tanto de saber cómo atraer más talentos), pero también de realizar inversiones para acelerar las transiciones de responsabilidad social corporativa ya iniciadas por estos actores. Sobre todo porque el cliente busca aún más la transparencia, por lo que será necesario ofrecer más productos locales y nacionales, y ofrecerle indicadores fiables en términos de sostenibilidad.
«Lograremos superar estas dificultades», afirmó Laurence Paganini con optimismo, a pesar de la persistencia de la crisis sanitaria.
“La aceleración de la vacunación es la única salida… En cualquier caso, un nuevo cierre de tiendas no sería soportable para las marcas”, sostuvo Procos.
La federación espera que la distinción entre «esencial» y «no esencial» ya no se aplique si el estado aún debe imponer restricciones más drásticas y que, por lo tanto, todas las empresas permanezcan abiertas.