Por Amber Milne
LONDRES, 20 feb (Thomson Reuters Foundation) – Los
espectadores podrán despreciar a los multimillonarios magnates
de la moda en «Greed» (Codicia), que se estrenará el viernes en
Gran Bretaña, pero los activistas contra la esclavitud dijeron
que cualquiera que compre ropa barata corre el riesgo de
alimentar los abusos en las fábricas.
La película del director británico Michael Winterbottom,
protagonizada por Steve Coogan, apunta a los magnates cuyos
lujosos estilos de vida, yates y fiestas están construidos sobre
la base de mano de obra de talleres clandestinos.
«La riqueza extrema (que) el principal personaje de ‘Greed’
acumula a expensas de trabajadores explotados no está tan lejos
nuestro como parece», dijo Joanna Ewart-James, directora
ejecutiva de la organización contra la esclavitud Freedom
United.
«Nuestros propios armarios repletos indican cómo esto se ha
convertido en una industria de casi 3 billones de dólares,
llenando los bolsillos de grandes empresas y no de los más de 60
millones de trabajadores de la confección, que ganan tan poco
como 21 dólares por mes», dijo a la Fundación Thomson Reuters.
Los activistas dijeron que esperaban que la película llamara
la atención del marcado contraste entre la vida de los dueños de
tiendas de moda y su personal y que alentara a sus consumidores
a pensar más detenidamente sobre sus elecciones.
El advenimiento de la moda rápida, con los consumidores
comprando y descartando rápidamente ropa barata, ha exacerbado
el riesgo de trabajo forzado en cadenas globales de suministro,
a medida que las fábricas están cada vez más presionadas por las
principales marcas, dicen los activistas.
El director Winterbottom dijo que su inspiración para el
libro provino de una conversación sobre el «colorido personaje»
del multimillonario británico Philip Green, cuyo grupo Arcadia
es propietario de una serie de cadenas de moda como Topshop.
La codicia y el desprecio de Green por la gobernanza
corporativa condujeron a la desaparición de la tienda británica
BHS y costaron 11.000 empleos, dijeron legisladores británicos
en 2016, calificando el colapso como «la cara inaceptable del
capitalismo».
El personaje de Coogan también enfrenta el escrutinio
parlamentario por el manejo de su negocio y organiza una
extravagante fiesta en una isla griega, que recuerda las infames
celebraciones de cumpleaños multimillonarias de Green a las que
asistían actores, modelos y estrellas pop de primer nivel.
«Estamos usando a personas como Philip Green para plantear
el tema de este tipo de trabajo esclavo de explotación que
enriquece a las personas», dijo Coogan, un actor y comediante
británico conocido por su personaje de televisión Alan
Partridge.
«Las personas involucradas en este mundo duermen como bebés.
No los perturba», dijo Coogan al describir lo surrealista que
era filmar en un yate de lujo y luego en una fábrica de ropa de
Sri Lanka donde la gente ganaba 4 dólares por día.
Green no estuvo inmediatamente disponible para hacer
comentarios.
Se estima que unas 25 millones de personas están atrapadas
en trabajos forzados, según Naciones Unidas.
(Reporte de Amber Milne; Editado en español por Lucila Sigal.
La Fundación Thomson Reuters es el brazo de noticias de Thomson
Reuters que cubre temas humanitarios, derechos de la mujer,
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