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Las familias alavesas hacen acopio de productos de alimentación y básicos después de que el viernes Sánchez declarara el estado de alarma para tratar de frenar el coronavirus. A primera hora de la mañana se podía ver cómo a la puerta del Mercadona de Esmaltaciones había grandes colas esperando con inquietud para poder llenar su carrito de la compra. Y nada más abrir sus puertas, la imagen de gente corriendo hacia los productos que necesitaban recordaba al primer día de las esperadas rebajas. Similar ha sido la imagen en establecimiento de la misma cadena en Simón de Anda.
Las aglomeraciones se han ido reduciendo con el paso de las horas, aunque la nutrida presencia de clientes está siendo generalizada. Sin embargo, no se están produciendo problemas de falta de productos en líneas generales. Aunque sí se ven huecos en algunas baldas como las de papel higiénico o pañuelos desehachables en el BM de la calle San Prudencio, por ejemplo. Estos productos también faltan en el Eroski de Ramiro de Maeztu.
En la mayoría de los casos la gente ha esperado con paciencia y civismo para entrar y adquirir lo necesario. No obstante, en algunos puntos concretos se han vivido algunas escenas de nerviosismo. Tanto las autoridades como las firmas comerciales lanzan un mensaje de tranquilidad a la población dado que el abastecimiento está garantizado. De hecho, incluso se va reponiendo sobre la marcha. Notable era, por ejemplo, el número de personal reponedor en el supermercado de El Corte Inglés, que ha cerrado el resto de los almacenes pero mantiene abierta la sección de alimentación.
Los establecimientos también están tomando medidas siguiendo las pautas recomendadas por las autoridades sanitarias. Así, en los Eroski se pide a la clientela que realice toda la compra protegiéndose las manos con los guantes que habitualmente se utilizan en la sección de frutas y verduras.
Asimismo, algunos centros, como las tiendas de Eroski en Pío XII o Salburua se controla el aforo y se va dando paso a los clientes que esperan según abandonan el recinto los que están dentro haciendo la compra. El número de personas en el interior se ha limitado a 139 y en el caso de su tienda en la plaza Zaldiaran, a 135. La misma decisión ha tomado el Berriak de Llodio, sólo permite estar a 25 clientes en el interior. En las colas de las cajas para pagar, los ciudadanos esperan manteniendo las distancias recomendadas.
Ya en la tarde del viernes se dejó notar el aumento de las comprar en los supermercados. En uno de los locales de alimentación de Coronación sus trabajadores no daban a basto. «Si un sábado, que es el día que más vendemos, despachamos 125 kilos de naranjas, hoy llevamos vendidas más de 250», contaba uno de los reponedores a unos cliente. Las secciones de carne fresca son algunas de las más codiciadas. Sobre todo, las piezas de pollo. En muchas neveras y carnicerías no quedaba ni una mísera pechuga.
Farmacias
La demanda de productos farmacéuticos también ha aumentado estos días. Por ejemplo, en la que se ubica en Ramiro de Maeztu había varias personas esperando su turno fuera del local para tratar de no agolparse en su interior. Dentro solo había dos clientes separados por varios metros de distancia y las farmacéuticas despachaban con una cinta de seguridad situada a más de un metro del mostrador.