Crédito: fuente
Se quedó con las ganas de saber la cifra, cuánto había marcado el termómetro, pero recibió el permiso para ingresar. En la puerta del Carrefour de Vicente López, a una cuadra y media de la General Paz y después de transitar durante 45 minutos casi 100 metros de fila, llega la bisagra final. Un hombre de seguridad del comercio apunta a la frente con la pistola de termómetro infrarrojo y da el veredicto. “Adelante, puede pasar”.
“Decidimos implementar el servicio en las 190 sucursales (entre hiper y market) que tenemos en todo el país”, informaron a Clarín fuentes de Carrefour. La iniciativa encontró buena aceptación de los clientes, que al llegar al comercio, en medio de la pandemia de coronavirus, se encuentran con un cartel que los invita a realizar el testeo y así incrementar las medidas de prevención.
“Si a alguien le da más de 37.5° de temperatura le ofrecemos dos alternativas: o compra online o nos da la lista de productos, un empleado realiza la compra y se la llevamos”, explicaron desde la empresa.
El cartel que está pegado en la puerta de los locales de Carrefour que invita a los clientes a tomarse la temperatura.
Los primeros en implementarlo fueron algunos supermercados chinos cuando ni siquiera se había dictado el aislamiento obligatorio. El mecanismo es optativo, busca intensificar los cuidados, pero si el cliente no acepta ser evaluado puede ingresar al comercio igual.
La medida, por el momento corresponde a iniciativas individuales que toma cada comercio o empresa. En las sucursales de Coto, por ejemplo, tienen a disposición alcohol en gel en el ingreso al comercio para que el cliente pueda higienizarse y también limpiar el changuito que va a manipular. Los mismo pasa en las de Jumbo.
Desde los Ministerios de Salud de la Nación y de la Ciudad aclararon a este diario que no rige una normativa ni para obligar ni para prohibir que tomen la temperatura a los clientes.
“Lo que difundimos es un protocolo con recomendaciones -afirman- para prevenir la transmisión del virus en ámbitos con circulación de personas, no hay una medida particular para supermercados ni es obligatorio que tomen la temperatura. Lo que sí creemos es que cuanto mayor sean las medidas la prevención, mejor para todos”.
Al mismo tiempo, destacaron que desde mediados de abril se instaló en el Centro de Trasbordo de la estación Constitución un sistema de cámaras térmicas para medir la temperatura de quienes viajan en el transporte público. Y el vicejefe de Gobierno de la Ciudad, Diego Santilli, adelantó que analizan implementar un permiso para que los agentes de seguridad estén habilitados para tomar la temperatura a los pasajeros, como ocurre en los retenes a los vehículos en los accesos entre Capital y Provincia.
La dinámica se ajusta a cada jurisdicción. En Mendoza, por ejemplo, al flexibilizar la cuarentena el 20 de abril, se estableció mediante una resolución publicada en el Boletín Oficial de la provincia que las nuevas actividades exceptuadas (ópticas, consultorios, laboratorios y venta de mercadería) deben disponer de un termómetro infrarrojo de distancia para medir la temperatura del personal. En el caso de los que desarrollen actividades de cobranza de servicios e impuestos también deben tomar la temperatura a los clientes. Si alguna de las personas analizadas presenta temperatura de 37,5° o superior, se activa el protocolo Covid-19: deben avisar al servicio de emergencias que indicará los pasos a seguir.
En Jujuy, en cambio, descartaron el uso de los termómetros infrarrojos en comercios porque, según explicó el titular del Comité de Emergencia, Omar Gutiérrez, “es muy difícil de conseguir el aparato, no es algo práctico para acceder en este momento. Solo se aplica en los controles en las rutas nacionales o en el aeropuerto”.
En el AMBA, tras habilitar la atención al público con turnos, muchos bancos comenzaron a tomar la fiebre de los clientes que ingresan a la sucursal.
“En general no funciona bien la pistolita. Dice que tenés 34, 34.5 de temperatura. Y es imposible”, cuenta el empleado de un banco de Lomas de Zamora que cada jornada, antes de entrar a trabajar, debe verificar que no tiene fiebre.
Estos termómetros infrarrojos emiten un haz de luz sobre la frente de la persona examinada, sin necesidad de apoyarlo sobre el cuerpo. El dispositivo está compuesto por un sensor, un sistema óptico y una unidad de cálculo con algoritmos. A través de la lente, lo que hace el termómetro es medir las radiaciones infrarrojas que emite el cuerpo y que varían de acuerdo al calor corporal. Así calcula la temperatura que, en segundos, queda registrada en la pantalla.
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Se quedó con las ganas de saber la cifra, cuánto había marcado el termómetro, pero recibió el permiso para ingresar. En la puerta del Carrefour de Vicente López, a una cuadra y media de la General Paz y después de transitar durante 45 minutos casi 100 metros de fila, llega la bisagra final. Un hombre de seguridad del comercio apunta a la frente con la pistola de termómetro infrarrojo y da el veredicto. “Adelante, puede pasar”.
“Decidimos implementar el servicio en las 190 sucursales (entre hiper y market) que tenemos en todo el país”, informaron a Clarín fuentes de Carrefour. La iniciativa encontró buena aceptación de los clientes, que al llegar al comercio, en medio de la pandemia de coronavirus, se encuentran con un cartel que los invita a realizar el testeo y así incrementar las medidas de prevención.
“Si a alguien le da más de 37.5° de temperatura le ofrecemos dos alternativas: o compra online o nos da la lista de productos, un empleado realiza la compra y se la llevamos”, explicaron desde la empresa.
El cartel que está pegado en la puerta de los locales de Carrefour que invita a los clientes a tomarse la temperatura.
Los primeros en implementarlo fueron algunos supermercados chinos cuando ni siquiera se había dictado el aislamiento obligatorio. El mecanismo es optativo, busca intensificar los cuidados, pero si el cliente no acepta ser evaluado puede ingresar al comercio igual.
La medida, por el momento corresponde a iniciativas individuales que toma cada comercio o empresa. En las sucursales de Coto, por ejemplo, tienen a disposición alcohol en gel en el ingreso al comercio para que el cliente pueda higienizarse y también limpiar el changuito que va a manipular. Los mismo pasa en las de Jumbo.
Desde los Ministerios de Salud de la Nación y de la Ciudad aclararon a este diario que no rige una normativa ni para obligar ni para prohibir que tomen la temperatura a los clientes.
“Lo que difundimos es un protocolo con recomendaciones -afirman- para prevenir la transmisión del virus en ámbitos con circulación de personas, no hay una medida particular para supermercados ni es obligatorio que tomen la temperatura. Lo que sí creemos es que cuanto mayor sean las medidas la prevención, mejor para todos”.
Al mismo tiempo, destacaron que desde mediados de abril se instaló en el Centro de Trasbordo de la estación Constitución un sistema de cámaras térmicas para medir la temperatura de quienes viajan en el transporte público. Y el vicejefe de Gobierno de la Ciudad, Diego Santilli, adelantó que analizan implementar un permiso para que los agentes de seguridad estén habilitados para tomar la temperatura a los pasajeros, como ocurre en los retenes a los vehículos en los accesos entre Capital y Provincia.
La dinámica se ajusta a cada jurisdicción. En Mendoza, por ejemplo, al flexibilizar la cuarentena el 20 de abril, se estableció mediante una resolución publicada en el Boletín Oficial de la provincia que las nuevas actividades exceptuadas (ópticas, consultorios, laboratorios y venta de mercadería) deben disponer de un termómetro infrarrojo de distancia para medir la temperatura del personal. En el caso de los que desarrollen actividades de cobranza de servicios e impuestos también deben tomar la temperatura a los clientes. Si alguna de las personas analizadas presenta temperatura de 37,5° o superior, se activa el protocolo Covid-19: deben avisar al servicio de emergencias que indicará los pasos a seguir.
En Jujuy, en cambio, descartaron el uso de los termómetros infrarrojos en comercios porque, según explicó el titular del Comité de Emergencia, Omar Gutiérrez, “es muy difícil de conseguir el aparato, no es algo práctico para acceder en este momento. Solo se aplica en los controles en las rutas nacionales o en el aeropuerto”.
En el AMBA, tras habilitar la atención al público con turnos, muchos bancos comenzaron a tomar la fiebre de los clientes que ingresan a la sucursal.
“En general no funciona bien la pistolita. Dice que tenés 34, 34.5 de temperatura. Y es imposible”, cuenta el empleado de un banco de Lomas de Zamora que cada jornada, antes de entrar a trabajar, debe verificar que no tiene fiebre.
Estos termómetros infrarrojos emiten un haz de luz sobre la frente de la persona examinada, sin necesidad de apoyarlo sobre el cuerpo. El dispositivo está compuesto por un sensor, un sistema óptico y una unidad de cálculo con algoritmos. A través de la lente, lo que hace el termómetro es medir las radiaciones infrarrojas que emite el cuerpo y que varían de acuerdo al calor corporal. Así calcula la temperatura que, en segundos, queda registrada en la pantalla.