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En estos días de confinamiento, la escuela de negocios IESE está dando muchas sesiones on line con preguntas abiertas también a los que no son antiguos alumnos, pues habitualmente se necesita una contraseña para participar. Asistí a varias sobre cómo dirigir en tiempos de crisis. Hubo una que me pareció de especial interés. Fue en inglés: The Global Economic impact of Covid-19. Perspectives on What Lies Ahead. Preocupados todos, personal, familiar, empresarial y socialmente por las consecuencias de esta pandemia, fue muy ilustrativa. El profesor Mike Rosemberg, de dirección estratégica, moderó y Nuno Fernandes, profesor de finanzas, intervino. Este úlltimo es además presidente del Consejo de Auditores del Banco de Portugal, vocal no ejecutivo del Comité de Auditoría del Banco Europeo de Inversiones e investigador asociado del Instituto Europeo de Gobernanza Corporativa (ECGI). Fue profesor de Finanzas en el IMD (Lausanne, Suiza), miembro del comité asesor del Foro Económico Mundial y profesor de la Columbia Business School (Nueva York). Se le notaba en la presentación de su estudio sobre el diverso impacto del Covid-19 en el crecimiento económico y el paro de las economías europeas dependiendo del periodo de confinamiento y parada de la actividad económica con una metodología que ha tenido en cuenta muchas variables.
No era un cálculo unívoco, como el que ha dado el gobierno: caída del PIB del 9,2% y +6,8% en 2021.Y paro del 19% en 2020 que baja a 17,2% en 2021. Y se daba el porcentaje de margen de confianza en esas evaluaciones. Veamos. Para España, con 1,5 meses de cuarentena el impacto en el PIB era del -3,9% y un margen de confianza entre -5,1% a -2.8%. De hecho, el Banco de España (BE), para el primer trimestre ha dado -4,7% con casi un mes de cuarentena. En países con una crisis similar por el número de muertos, como Francia, Italia, y el Reino Unido, daba una caída de 3,2 %, 3,7 % y 3,4 % respectivamente, con márgenes parecidos. Pero eso ya no es posible, por la decisión política de haber sobrepasado ese plazo.
La otra alternativa estudiada era un cierre de hasta 4,5 meses, poniéndose en un plano pesimista o tal vez realista. Entonces el PIB caería el 9,3% con un margen de confianza del -13,4 % al -5,95%. Para los otros tres países, la caída sería de 8,5%, 10,3% y 8,7%, respectivamente. Y el BE ha dado entre -6,6% y -13,6%. Y sin recuperar esa caída al 100% en 2021. Por su parte, la Unión Europea acaba de prever -9,4% y un paro del 18,9%. Mientras tanto el FMI hace otras proyecciones. Para España -9,8% en 2020 y 2,7% en 2021. Para los otros tres países: -8,5% y 3,2%; -9,8% y 4,1; -7,9% y 2,5%. Las caídas son similares, pero la recuperación es más baja en España excepto la del Reino Unido que va a tener una caída claramente inferior.
¿A qué se debe esto? Tal vez a que hemos tardado más en desbloquear el tejido empresarial. Y lo hemos hecho porque la lucha contra la pandemia desde el punto de vista médico está teniendo además del retraso inicial clave, muchos puntos notoriamente débiles. O a que somos más dependientes de sectores como el turismo (12,5% del PIB) y el sector del automóvil (10% del PIB) más afectados por la pandemia. Somos el cuarto país del mundo por el peso del turismo en el PIB tras Grecia, Portugal y Méjico. Italia es el sexto, Francia el decimocuarto y Reino Unido el onceavo. Fabricando automóviles somos el segundo europeo tras Alemania (Francia es el tercero e Italia el cuarto) y el octavo mundial. Por eso señalaron los sectores afectará más la crisis. Impacto alto: Aerolíneas, Hoteles, Automovilístico, Retail (no alimentario), Navieras, Consumo duradero y Ropa. Impacto medio: Bebidas, Química, Manufacturas, Media, Oil & Gas, Metales & Minas & Acero, Desarrollo de viviendas, Agricultura, Servicios, Tecnología de Hardware. Impacto menor: Construcción, Defensa, Alquiler, Empaquetado, Farmacia, Alimentación, Telecom, Dirección de desechos. Impacto positivo: Servicios de internet, Minería del oro, Online retail.
Por eso el Gobierno no debe gestionar como si todo fuera lo mismo. Se trata de profundizar sobre la realidad económica del país. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que en este segundo trimestre desaparecerá el 6,7% de las horas totales trabajadas equivalente a 230 M de trabajadores a tiempo completo (40h/semana). En Europa será el 7,8% o 12 M.
Al ser sesiones de una escuela de negocios, no podían faltar algunas consideraciones como: es un nuevo tipo de crisis con falta de datos para tomar decisiones; habrá problemas de liquidez en las pymes; debe apoyarse a las familias con problemas financieros; las cadenas de suministro son críticas; los costes de transporte subirán; puede ser el último test para la Unión Europea; hay que concentrarse en lo que se puede controlar; estar en casa no es relax; revisitar el modelo de negocio; los contactos son ahora más fáciles que nunca; prepararse para el D-day y llega una nueva normalidad.
Y añado: está el peligro del proteccionismo, se establecerá permanentemente la digitalización, el blockchain y un nuevo mundo virtual. Es la peor crisis en 200 años. Y está la volatilidad de los mercados de capitales. El pasado 16 de marzo, el índice S&P 500 cayó un 12% cuando el 28/10/1929 fue 12,3%. Aunque la mayor caída histórica no fue hace tanto tiempo: el 19/10/87 un 20,3%. Y las subidas mayores fueron el 14/3/2020 9,3% y la máxima histórica el 15/3/1933 un 16,6%. Un mercado muy difícil de prever y planificar.
De hecho el índice de Morgan Stanley MSCI ACWI (representa el mercado mundial con 47 países y 2.400 empresas) nos dice que se pasó del Bull market el 19 de febrero pasado al Bear market el 23 de marzo cayendo un 33,9%. Volatilidad mundial terrible. Y el primer trimestre de S&P ha sido el peor desde la crisis del 2008, cayendo un 20%. Y el Dow cayó un 23%, el peor desde 1987. Mientras que el oro subió un 4,8%. Y no se puede diversificar. De esas 47 bolsas mundiales solo la de Budapest fue diferente del resto, todas con un cambio drástico hacia abajo del 12 al 24 de marzo. A la vista de todo esto, ante tantas cifras distintas y que varían continuamente, es la hora del liderazgo en la dirección de los negocios. La capacidad de recogida de datos, iniciativa, flexibilidad, reacción rápida y visión a corto, medio y largo plazo será la línea divisoria entre el éxito-supervivencia y el fracaso-cierre. La crisis y más las mundiales, son crisis de líderes. Así lo dice la historia. Los hechos mandan. Como siempre.
Joaquín Abós es International Banking & Business Advisor