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La destrucción de empleo parece haberse frenado, al menos de momento, en la industria de la moda. Tras reducirse un 0,6% en enero, las filas de desempleados inscritos en el Servicio Público de Empleo Estatal (Sepe) se han mantenido iguales en febrero, según datos hechos públicos hoy.
El número de desempleados en el textil, la confección y el calzado se situó en febrero en 46.009 personas, un 0,1% más que el mes anterior, que se cerró con 45.980 parados en el sector.
En relación al mismo mes del año pasado, cuando el coronavirus todavía no había obligado a paralizar España, la moda ha sumado casi 3.700 parados. En febrero de 2020, el número de desempleados se situaba en 42.315 personas.
Por subsectores, el único que ha engordado las filas del paro en febrero ha sido la confección, con un incremento del 0,4% respecto a enero, hasta 17.150 inscritos. El textil, en cambio, pasó de 14.206 parados en enero a 14.179 en febrero, y el calzado se mantuvo prácticamente estable en 14.680 desempleados.
El conjunto de demandantes de empleo inscritos en el Sepe (estén o no trabajando) se situó en 93.759 personas en febrero en el conjunto de los tres sectores, lo que supone un descenso de 1.718 personas, o un 1,8% respecto al mes anterior.
on todo, el dato continúa estando en máximos históricos: antes de la pandemia, el número de demandantes de empleo en el textil, la confección y el calzado apenas llegaba a las 60.000 personas.
Pese a la recuperación emprendida a partir de mayo, el año pasado se saldó con la primera subida del paro en la industria de la moda desde 2012, con un alza del 6,8%. En términos absolutos, el sector sumó casi 3.000 parados en el año de la pandemia.
La evolución del desempleo en el arranque del año coincide con la de la afiliación: en febrero, el número medio de afiliados a la Seguridad Social en la industria de la moda aumentó en 266 trabajadores, aunque continúa a más de 12.000 empleados de distancia de los niveles previos a la crisis.
En el conjunto de la economía española, la tercera ola del Covid-19 provocó que el paro superara en febrero los cuatro millones de personas por primera vez en cinco años. El aumento de la afiliación a la Seguridad Social, por su parte, fue el menor en ocho años.