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Se avecina nueva oleada de despidos en el negocio de la moda. Adolfo Domínguez, una de las tres compañías de moda cotizadas en España, ha sido la primera en anunciar que aplicará un nuevo expediente de regulación temporal de empleo (Erte) cuando decaiga el de fuerza mayor, pero detrás vendrán más. Las limitaciones en las tiendas, la crisis y la caída del consumo abocan al sector a un gran ajuste de personal que podría ser mayor incluso al de 2008.
Los Ertes de fuerza mayor presentados durante el estado de alarma decaerán el próximo 30 de junio, salvo que el Gobierno los prorrogue. Después, la empresa tiene dos opciones: recuperar a toda la plantilla, presentar otro Erte por causas económicas, técnicas, organizativas o de producción (Etop) o despedir definitivamente al personal que no pueda reincorporar, ya sea de manera individual o con un expediente de regulación de empleo (ERE).
Según el último Real Decreto-Ley, las empresas no podrán despedir a los trabajadores incluidos en Ertes de fuerza mayor en los seis meses posteriores a su vuelta al trabajo. Si lo hacen, deberán devolver los beneficios vinculados a ese Erte, como las cotizaciones a la Seguridad Social. Sólo hay una excepción: si la empresa argumenta que está al borde del concurso o la liquidación.
En la anterior crisis, el retail de moda destruyó 13.156 empleos y sólo se han recuperado 3.300
“Es difícil prever la realidad económica de los próximos meses -reconoce Jordi García Viña, director en el área de laboral de KPMG Abogados-; pero es totalmente necesario que las empresas, desde ya, realicen un análisis estratégico de las medidas económicas y jurídicas que van a necesitar, así como la manera de implantarlas”.
En el sector de la moda, los expertos anticipan ya que es imposible que todo el personal pueda reincorporarse una vez decaigan los Ertes por fuerza mayor. En primer lugar, las empresas se enfrentan a la reapertura en una situación crítica después de dos duros meses de cierre y la prioridad ahora es la cautela y contener todo lo posible los gastos.
“Se está esperando a ver un cierto nivel de afluencia para iniciar la contratación”, sostiene una ejecutiva de una compañía especializada en reestructuración. “Los temporales no se han renovado y no creo que haya contratación para la campaña de navidad”, añade. Para muchas, la salida será el concurso. “Ahora, los juzgados están cerrados, pero en cuanto se reanude la actividad habrá una oleada de concursos y preconcursos”, sostiene la ejecutiva.
Muchas que se encontraban ya en reestructuración o revisando su parque de tiendas, lo acelerarán. H&M, por ejemplo, ha anunciado ya el cierre definitivo de siete tiendas en Italia. En Estados Unidos, grupos como J. Crew, JC Penney o Neiman Marcus no han superado el golpe y han entrado en concurso.
Muchas empresas cerrarán tiendas, como ha hecho ya H&M en Italia, o terminarán en concurso
Además, las propias limitaciones de la reapertura en materia de superficie, aforo y distanciamiento impiden reincorporar al completo al personal de las tiendas. “Las tiendas de gran tamaño sólo funcionan si son como el metro: si la gente entra, toca, se prueba, mira… Con poco tráfico, y ahora están al 30%, no son rentables”, sostiene Luis Lara, experto en retail y moda y fundador de la consultora Retalent. “O dentro de unos meses estamos al 80% de ventas o muchas tendrán que cerrar”, añade.
“Una parte del consumidor se puede ir al online, pero el canal físico es el 93% de las tiendas en España y una parte de ese consumo se puede perder”, añade el experto.
La situación no es mejor en las tiendas pequeñas: “en algunos pequeños comercios es imposible mantener la distancia entre los trabajadores, por lo que la propia norma te impide reincorporarlos a todos”, añade Eduardo Zamácola, presidente de la Asociación Empresarial del Comercio Textil, Complementos y Piel (Acotex), que espera que el Gobierno flexibilice los Ertes al menos hasta final de año.
“La destrucción de empleo será mayor que la de 2008”, opina Eduardo Zamácola
A eso se suma que el sector se enfrenta a una crisis económica que arrastrará al consumo y que, como bien discrecional, afectará especialmente a la moda. Entre 2006 y 2014, el retail de moda en España destruyó 13.156 empleos, según los últimos datos de Acotex.
Sólo en los dos primeros años de la crisis el empleo se redujo en un 14% y hoy, más de diez años después, todavía no se han recuperado los niveles precrisis. A cierre de 2018, el comercio de moda en España empleaba a 61.313 personas, frente a los 73.160 trabajadores de 2006.
“La crisis probablemente sea peor a la de 2009, pero además hay un factor de incertidumbre: ¿habrán cambiado los patrones de consumo? ¿Se comprarán más básicos, más deporte? ¿Cambiarán los canales?”, se plantea Lara.
Las noticias de Austria y Alemania, donde el impacto de la pandemia no fue tan grande como en España, no son alentadoras. “Las ventas están todavía al 40% o 50% por debajo del año pasado, muchas personas van a ver escaparates, pero no compran, y así no vas a reincorporar al personal”, añade una ejecutiva del sector.
Mientras que en Estados Unidos la recuperación sí está siendo más animada, España e Italia están al otro lado de la balanza y serán los que más sufrirán. “La crisis será mucho mayor que la anterior, y la reducción de empleo será más dura”, sostiene Zamácola.
¿Y después, qué?
La gran pregunta que sobrevuela el sector es si el impacto va a ser transitorio o si la moda saldrá más pequeña de este shock. Para Javier Vello, socio responsable de consumo y retail de EY para España, Italia y Portugal, la clave está en que el Gobierno y la moda se sienten y pongan en marcha un plan para el sector.
“Hay tres opciones -resume Vello-: que pase lo que tengan que pasar, y que dentro de dos años tengamos un sector un 15% más pequeño y con un 30% o 40% menos de personal; que pensemos que es el momento de repensar el sector, y se haga un plan de formación para ese personal y se den ayudas para su reorientación, o que decidamos que la crisis puede ser corta y que se haga un esfuerzo para mantener ese empleo con Ertes”.
Si se apuesta por última opción, habría que extender los Ertes, al menos, hasta mediados del año que viene. “La clave es ponerse de acuerdo sobre cuánto creemos que va a tardar en llegar la recuperación”, añade.
Lara, por su parte, cree que es momento de replantear el sector: “hay que repensar el modelo económico, el modelo operativo y el compromiso con las personas: rethink, reshape, resize y repurpose”, resume.
“El riesgo es que el sector se contraiga en volumen, tiendas y facturación, aunque yo soy optimista y creo que hay lugares en el mundo a los que se puede mirar, como Estados Unidos, que se está recuperando, Latinoamérica, que está más acostumbrado a las crisis, o Asia”, sostiene Lara.
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Se avecina nueva oleada de despidos en el negocio de la moda. Adolfo Domínguez, una de las tres compañías de moda cotizadas en España, ha sido la primera en anunciar que aplicará un nuevo expediente de regulación temporal de empleo (Erte) cuando decaiga el de fuerza mayor, pero detrás vendrán más. Las limitaciones en las tiendas, la crisis y la caída del consumo abocan al sector a un gran ajuste de personal que podría ser mayor incluso al de 2008.
Los Ertes de fuerza mayor presentados durante el estado de alarma decaerán el próximo 30 de junio, salvo que el Gobierno los prorrogue. Después, la empresa tiene dos opciones: recuperar a toda la plantilla, presentar otro Erte por causas económicas, técnicas, organizativas o de producción (Etop) o despedir definitivamente al personal que no pueda reincorporar, ya sea de manera individual o con un expediente de regulación de empleo (ERE).
Según el último Real Decreto-Ley, las empresas no podrán despedir a los trabajadores incluidos en Ertes de fuerza mayor en los seis meses posteriores a su vuelta al trabajo. Si lo hacen, deberán devolver los beneficios vinculados a ese Erte, como las cotizaciones a la Seguridad Social. Sólo hay una excepción: si la empresa argumenta que está al borde del concurso o la liquidación.
En la anterior crisis, el retail de moda destruyó 13.156 empleos y sólo se han recuperado 3.300
“Es difícil prever la realidad económica de los próximos meses -reconoce Jordi García Viña, director en el área de laboral de KPMG Abogados-; pero es totalmente necesario que las empresas, desde ya, realicen un análisis estratégico de las medidas económicas y jurídicas que van a necesitar, así como la manera de implantarlas”.
En el sector de la moda, los expertos anticipan ya que es imposible que todo el personal pueda reincorporarse una vez decaigan los Ertes por fuerza mayor. En primer lugar, las empresas se enfrentan a la reapertura en una situación crítica después de dos duros meses de cierre y la prioridad ahora es la cautela y contener todo lo posible los gastos.
“Se está esperando a ver un cierto nivel de afluencia para iniciar la contratación”, sostiene una ejecutiva de una compañía especializada en reestructuración. “Los temporales no se han renovado y no creo que haya contratación para la campaña de navidad”, añade. Para muchas, la salida será el concurso. “Ahora, los juzgados están cerrados, pero en cuanto se reanude la actividad habrá una oleada de concursos y preconcursos”, sostiene la ejecutiva.
Muchas que se encontraban ya en reestructuración o revisando su parque de tiendas, lo acelerarán. H&M, por ejemplo, ha anunciado ya el cierre definitivo de siete tiendas en Italia. En Estados Unidos, grupos como J. Crew, JC Penney o Neiman Marcus no han superado el golpe y han entrado en concurso.
Muchas empresas cerrarán tiendas, como ha hecho ya H&M en Italia, o terminarán en concurso
Además, las propias limitaciones de la reapertura en materia de superficie, aforo y distanciamiento impiden reincorporar al completo al personal de las tiendas. “Las tiendas de gran tamaño sólo funcionan si son como el metro: si la gente entra, toca, se prueba, mira… Con poco tráfico, y ahora están al 30%, no son rentables”, sostiene Luis Lara, experto en retail y moda y fundador de la consultora Retalent. “O dentro de unos meses estamos al 80% de ventas o muchas tendrán que cerrar”, añade.
“Una parte del consumidor se puede ir al online, pero el canal físico es el 93% de las tiendas en España y una parte de ese consumo se puede perder”, añade el experto.
La situación no es mejor en las tiendas pequeñas: “en algunos pequeños comercios es imposible mantener la distancia entre los trabajadores, por lo que la propia norma te impide reincorporarlos a todos”, añade Eduardo Zamácola, presidente de la Asociación Empresarial del Comercio Textil, Complementos y Piel (Acotex), que espera que el Gobierno flexibilice los Ertes al menos hasta final de año.
“La destrucción de empleo será mayor que la de 2008”, opina Eduardo Zamácola
A eso se suma que el sector se enfrenta a una crisis económica que arrastrará al consumo y que, como bien discrecional, afectará especialmente a la moda. Entre 2006 y 2014, el retail de moda en España destruyó 13.156 empleos, según los últimos datos de Acotex.
Sólo en los dos primeros años de la crisis el empleo se redujo en un 14% y hoy, más de diez años después, todavía no se han recuperado los niveles precrisis. A cierre de 2018, el comercio de moda en España empleaba a 61.313 personas, frente a los 73.160 trabajadores de 2006.
“La crisis probablemente sea peor a la de 2009, pero además hay un factor de incertidumbre: ¿habrán cambiado los patrones de consumo? ¿Se comprarán más básicos, más deporte? ¿Cambiarán los canales?”, se plantea Lara.
Las noticias de Austria y Alemania, donde el impacto de la pandemia no fue tan grande como en España, no son alentadoras. “Las ventas están todavía al 40% o 50% por debajo del año pasado, muchas personas van a ver escaparates, pero no compran, y así no vas a reincorporar al personal”, añade una ejecutiva del sector.
Mientras que en Estados Unidos la recuperación sí está siendo más animada, España e Italia están al otro lado de la balanza y serán los que más sufrirán. “La crisis será mucho mayor que la anterior, y la reducción de empleo será más dura”, sostiene Zamácola.
¿Y después, qué?
La gran pregunta que sobrevuela el sector es si el impacto va a ser transitorio o si la moda saldrá más pequeña de este shock. Para Javier Vello, socio responsable de consumo y retail de EY para España, Italia y Portugal, la clave está en que el Gobierno y la moda se sienten y pongan en marcha un plan para el sector.
“Hay tres opciones -resume Vello-: que pase lo que tengan que pasar, y que dentro de dos años tengamos un sector un 15% más pequeño y con un 30% o 40% menos de personal; que pensemos que es el momento de repensar el sector, y se haga un plan de formación para ese personal y se den ayudas para su reorientación, o que decidamos que la crisis puede ser corta y que se haga un esfuerzo para mantener ese empleo con Ertes”.
Si se apuesta por última opción, habría que extender los Ertes, al menos, hasta mediados del año que viene. “La clave es ponerse de acuerdo sobre cuánto creemos que va a tardar en llegar la recuperación”, añade.
Lara, por su parte, cree que es momento de replantear el sector: “hay que repensar el modelo económico, el modelo operativo y el compromiso con las personas: rethink, reshape, resize y repurpose”, resume.
“El riesgo es que el sector se contraiga en volumen, tiendas y facturación, aunque yo soy optimista y creo que hay lugares en el mundo a los que se puede mirar, como Estados Unidos, que se está recuperando, Latinoamérica, que está más acostumbrado a las crisis, o Asia”, sostiene Lara.