Crédito: fuente
Al primer semestre de este año, más de 60 productos nacionales se dejaron de exportar por la pandemia del COVID-19. La caída de las ventas externas afecta a rubros de la minería, agroindustria y manufactura. Los exportadores ven el futuro “incierto”.
El nuevo coronavirus, la cuarentena sanitaria decretada por el Gobierno y la crisis económica en Bolivia y el mundo afectaron las exportaciones nacionales. Todos los sectores experimentaron una contracción que influyó en su actividad productiva y comercial.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), procesados por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), durante el primer semestre de este año las exportaciones sumaron $us 3.109 millones, un 25% menos de lo registrado en el mismo periodo de 2019.
Se trata de $us 1.045 millones menos de lo exportado en la pasada gestión; además que más de 60 productos de los rubros de la minería, agroindustria y manufactura se dejaron de comercializar al exterior a diferencia de 2019.
Los productos que no figuran con operaciones comerciales son minerales de hierro y sus concentrados, boratos de sodio, plomo en bruto y desperdicios, trióxido de diarsénico, desechos de metales preciosos, y artículos de orfebrería de plata, según los datos oficiales de la entidad estatal.
Del sector agrícola se dejaron de exportar las demás almendras sin cáscara, cortezas de limón, semillas de tomates, salvados, mijo para siembra, y saponinas.
Además, carne y despojos comestibles de pollo sin trocear, frescos o refrigerados, así como preparaciones y conservas de carne.
En confecciones, ropa interior de algodón para mujeres y hombres, camisas y suéteres de algodón. También abrigos de fibras sintéticas para mujeres y hombres.
Otros productos que dejaron de exportase son pelos finos de alpaca o llama, lana esquilada e hilados de fibras sintéticas, cueros y pieles curtidos de bovino y demás manufacturas de madera.
De igual manera, cemento sin pulverizar, hormigones preparados y yeso natural, demás tubos soldados, vidrios de seguridad y fibras de celulosa. También pólvoras y demás abonos de origen animal o vegetal, según la información procesada por el IBCE.
“Las perspectivas son muy negras (…). Es una caída estrepitosa, estamos con una balanza comercial negativa y una balanza fiscal negativa, entonces el futuro es muy incierto para nosotros”, expresó a La Razón el presidente de la Cámara Nacional de Exportadores de Bolivia (Caneb), Gonzalo Molina, al evaluar la situación de ese sector.
FACTORES. Según el empresario, la pandemia por el COVID-19, la cuarentena sanitaria y la crisis económica están provocando la paralización de numerosas empresas debido a problemas de orden financiero, a lo cual se suma las demoras en los trámites de exportación en las oficinas públicas, que provoca serios perjuicios.
“Cuando tenemos esas demoras, los barcos a nosotros no nos esperan, parten cuando están programados. Ese perjuicio es perder contratos y oportunidades de negocios”, dijo Molina.
Otro tema que afecta la liquidez económica de los exportadores es el retraso en la devolución del Impuesto al Valor Agregado (IVA), a través de los Certificados de Devolución Impositiva (Cedeim), que desde hace tres años se encuentran impagos, aseguró.
DIFICULTADES. La promoción comercial también preocupa al sector, más aún porque la Red de Oficinas Comerciales en el Exterior, denominada Proexport Bolivia —creada el 1 de julio por Cancillería— no responde a sus necesidades y menos aún cuenta con presupuesto del Tesoro General de la Nación (TGN) para sus actividades y no tiene personería jurídica. Por ello, el presidente de la Caneb pidió al Ejecutivo “seriedad en el manejo de estos temas”.
El empresario exportador lamentó que el Gobierno transitorio no atienda sus reclamos, razón por la cual la situación del sector es cada vez más “delicada”.
Otros productos que experimentaron una caída en sus exportaciones, durante el primer semestre de esta gestión, de acuerdo con los datos del INE, son el cloruro de potasio cuyas ventas internacionales bajaron un 84%, es decir de $us 3,2 millones en 2019 a $us 515.000 este año.
Le sigue la urea con 83% de reducción, de $us 27,7 millones (2019) a $us 4,7 millones (2020).
PRODUCTOS. La venta internacional de los demás azúcares de caña también fue afectada, bajando su comercialización en 82%, es decir, de $us 3,6 millones exportados entre enero y junio de 2019 cayó a $us 641.000 en el mismo periodo de la presente gestión.
Los hilados de lana o pelo fino también cayeron en 70%. Le siguen la plata en bruto sin alear (65%), el combustible fuel oils (64%), los demás muebles de madera (60%), cinc y concentrados (51%), óxidos de antimonio (48%), plomo y sus concentrados (47%), estaño sin alear (45%).
Asimismo, los demás sorgo en grano (44%), jugo de limón (42%), artículos de joyería (40%), los demás frijoles (34%), plata y sus concentrados (34%), alcohol etílico (32%), gas licuado de petróleo (29%), nueces sin cáscara (28%), antimonio y cobre (25%), aceite de soya en bruto (16%), y gas natural (16%), según datos del INE.
Así como algunos rubros experimentaron una caída, la crisis benefició la venta internacional de otros productos como papel higiénico, que registró un crecimiento del 400% en sus operaciones comerciales. De $us 110.000 exportados en el primer semestre de 2019 subió a $us 601.000 en lo que va de la presente gestión.
Asimismo, figuran con un crecimiento en sus exportaciones el limón (347%), sorgo en grano (265%), manteca de cacao (107%), semillas forrajeras (128%), semillas de girasol (80%), maíz para siembra (78%), semillas de sésamo (60%) y chía (49%), y las demás madera aserrada (56%), con relación a similar periodo del pasado año.
El comercio en América Latina caerá 23% en 2020
El comercio internacional en América Latina y el Caribe sufrirá una caída de 23%, según la CEPAL, organismo que planteó profundizar la integración regional para salir de la crisis ocasionada por el nuevo coronavirus.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) proyectó para este año que el valor de las exportaciones regionales se contraerá un 23%, así como las importaciones en 25%, números rojos más altos que los registrados durante la crisis financiera global de 2008, desatada por el colapso de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos.
Según el organismo, ese panorama se debe a que el comercio mundial acumula una caída de 17% en volumen de enero a mayo de 2020, siendo América Latina y el Caribe la región en desarrollo más afectada principalmente por demoras en los envíos de manufacturas, minería y combustibles.
A través de un comunicado difundido el 6 de agosto, la CEPAL aseguró que el desplome del turismo internacional (50%) arrastrará a las exportaciones de servicios, especialmente del Caribe, mientras que el comercio intrarregional mostrará también una fuerte contracción (23,9%), especialmente de manufacturas. “Todo esto resultará en una pérdida de capacidades industriales y una reprimarización de la canasta exportadora de la región”.
Frente a ese panorama, la secretaria ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, dijo que es “crucial” profundizar la integración regional para salir de la crisis.
“Con pragmatismo, debemos rescatar la visión de un mercado latinoamericano integrado. Además, la región debe reducir costos mediante una logística eficiente, fluida y segura”.
En un contexto de elevada “incertidumbre”, los países de la región deben emprender acciones que les permitan reducir sus costos logísticos internos y generar servicios de valor añadido para elevar su competitividad. Estas medidas deben ser implementadas de forma coordinada con otras medidas económicas y sociales, para favorecer una recuperación económica con beneficios sociales y ambientales, dijo.
De acuerdo con el comunicado de la CEPAL, el valor de las exportaciones e importaciones de bienes de la región se redujo un 17% entre enero y mayo de 2020 en comparación con el mismo periodo de 2019. Ambos flujos se desplomaron hacia el final del periodo de cinco meses en 2020, con una caída interanual del 37% solo en mayo.
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Al primer semestre de este año, más de 60 productos nacionales se dejaron de exportar por la pandemia del COVID-19. La caída de las ventas externas afecta a rubros de la minería, agroindustria y manufactura. Los exportadores ven el futuro “incierto”.
El nuevo coronavirus, la cuarentena sanitaria decretada por el Gobierno y la crisis económica en Bolivia y el mundo afectaron las exportaciones nacionales. Todos los sectores experimentaron una contracción que influyó en su actividad productiva y comercial.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), procesados por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), durante el primer semestre de este año las exportaciones sumaron $us 3.109 millones, un 25% menos de lo registrado en el mismo periodo de 2019.
Se trata de $us 1.045 millones menos de lo exportado en la pasada gestión; además que más de 60 productos de los rubros de la minería, agroindustria y manufactura se dejaron de comercializar al exterior a diferencia de 2019.
Los productos que no figuran con operaciones comerciales son minerales de hierro y sus concentrados, boratos de sodio, plomo en bruto y desperdicios, trióxido de diarsénico, desechos de metales preciosos, y artículos de orfebrería de plata, según los datos oficiales de la entidad estatal.
Del sector agrícola se dejaron de exportar las demás almendras sin cáscara, cortezas de limón, semillas de tomates, salvados, mijo para siembra, y saponinas.
Además, carne y despojos comestibles de pollo sin trocear, frescos o refrigerados, así como preparaciones y conservas de carne.
En confecciones, ropa interior de algodón para mujeres y hombres, camisas y suéteres de algodón. También abrigos de fibras sintéticas para mujeres y hombres.
Otros productos que dejaron de exportase son pelos finos de alpaca o llama, lana esquilada e hilados de fibras sintéticas, cueros y pieles curtidos de bovino y demás manufacturas de madera.
De igual manera, cemento sin pulverizar, hormigones preparados y yeso natural, demás tubos soldados, vidrios de seguridad y fibras de celulosa. También pólvoras y demás abonos de origen animal o vegetal, según la información procesada por el IBCE.
“Las perspectivas son muy negras (…). Es una caída estrepitosa, estamos con una balanza comercial negativa y una balanza fiscal negativa, entonces el futuro es muy incierto para nosotros”, expresó a La Razón el presidente de la Cámara Nacional de Exportadores de Bolivia (Caneb), Gonzalo Molina, al evaluar la situación de ese sector.
FACTORES. Según el empresario, la pandemia por el COVID-19, la cuarentena sanitaria y la crisis económica están provocando la paralización de numerosas empresas debido a problemas de orden financiero, a lo cual se suma las demoras en los trámites de exportación en las oficinas públicas, que provoca serios perjuicios.
“Cuando tenemos esas demoras, los barcos a nosotros no nos esperan, parten cuando están programados. Ese perjuicio es perder contratos y oportunidades de negocios”, dijo Molina.
Otro tema que afecta la liquidez económica de los exportadores es el retraso en la devolución del Impuesto al Valor Agregado (IVA), a través de los Certificados de Devolución Impositiva (Cedeim), que desde hace tres años se encuentran impagos, aseguró.
DIFICULTADES. La promoción comercial también preocupa al sector, más aún porque la Red de Oficinas Comerciales en el Exterior, denominada Proexport Bolivia —creada el 1 de julio por Cancillería— no responde a sus necesidades y menos aún cuenta con presupuesto del Tesoro General de la Nación (TGN) para sus actividades y no tiene personería jurídica. Por ello, el presidente de la Caneb pidió al Ejecutivo “seriedad en el manejo de estos temas”.
El empresario exportador lamentó que el Gobierno transitorio no atienda sus reclamos, razón por la cual la situación del sector es cada vez más “delicada”.
Otros productos que experimentaron una caída en sus exportaciones, durante el primer semestre de esta gestión, de acuerdo con los datos del INE, son el cloruro de potasio cuyas ventas internacionales bajaron un 84%, es decir de $us 3,2 millones en 2019 a $us 515.000 este año.
Le sigue la urea con 83% de reducción, de $us 27,7 millones (2019) a $us 4,7 millones (2020).
PRODUCTOS. La venta internacional de los demás azúcares de caña también fue afectada, bajando su comercialización en 82%, es decir, de $us 3,6 millones exportados entre enero y junio de 2019 cayó a $us 641.000 en el mismo periodo de la presente gestión.
Los hilados de lana o pelo fino también cayeron en 70%. Le siguen la plata en bruto sin alear (65%), el combustible fuel oils (64%), los demás muebles de madera (60%), cinc y concentrados (51%), óxidos de antimonio (48%), plomo y sus concentrados (47%), estaño sin alear (45%).
Asimismo, los demás sorgo en grano (44%), jugo de limón (42%), artículos de joyería (40%), los demás frijoles (34%), plata y sus concentrados (34%), alcohol etílico (32%), gas licuado de petróleo (29%), nueces sin cáscara (28%), antimonio y cobre (25%), aceite de soya en bruto (16%), y gas natural (16%), según datos del INE.
Así como algunos rubros experimentaron una caída, la crisis benefició la venta internacional de otros productos como papel higiénico, que registró un crecimiento del 400% en sus operaciones comerciales. De $us 110.000 exportados en el primer semestre de 2019 subió a $us 601.000 en lo que va de la presente gestión.
Asimismo, figuran con un crecimiento en sus exportaciones el limón (347%), sorgo en grano (265%), manteca de cacao (107%), semillas forrajeras (128%), semillas de girasol (80%), maíz para siembra (78%), semillas de sésamo (60%) y chía (49%), y las demás madera aserrada (56%), con relación a similar periodo del pasado año.
El comercio en América Latina caerá 23% en 2020
El comercio internacional en América Latina y el Caribe sufrirá una caída de 23%, según la CEPAL, organismo que planteó profundizar la integración regional para salir de la crisis ocasionada por el nuevo coronavirus.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) proyectó para este año que el valor de las exportaciones regionales se contraerá un 23%, así como las importaciones en 25%, números rojos más altos que los registrados durante la crisis financiera global de 2008, desatada por el colapso de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos.
Según el organismo, ese panorama se debe a que el comercio mundial acumula una caída de 17% en volumen de enero a mayo de 2020, siendo América Latina y el Caribe la región en desarrollo más afectada principalmente por demoras en los envíos de manufacturas, minería y combustibles.
A través de un comunicado difundido el 6 de agosto, la CEPAL aseguró que el desplome del turismo internacional (50%) arrastrará a las exportaciones de servicios, especialmente del Caribe, mientras que el comercio intrarregional mostrará también una fuerte contracción (23,9%), especialmente de manufacturas. “Todo esto resultará en una pérdida de capacidades industriales y una reprimarización de la canasta exportadora de la región”.
Frente a ese panorama, la secretaria ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, dijo que es “crucial” profundizar la integración regional para salir de la crisis.
“Con pragmatismo, debemos rescatar la visión de un mercado latinoamericano integrado. Además, la región debe reducir costos mediante una logística eficiente, fluida y segura”.
En un contexto de elevada “incertidumbre”, los países de la región deben emprender acciones que les permitan reducir sus costos logísticos internos y generar servicios de valor añadido para elevar su competitividad. Estas medidas deben ser implementadas de forma coordinada con otras medidas económicas y sociales, para favorecer una recuperación económica con beneficios sociales y ambientales, dijo.
De acuerdo con el comunicado de la CEPAL, el valor de las exportaciones e importaciones de bienes de la región se redujo un 17% entre enero y mayo de 2020 en comparación con el mismo periodo de 2019. Ambos flujos se desplomaron hacia el final del periodo de cinco meses en 2020, con una caída interanual del 37% solo en mayo.