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El ministro de Hacienda del Gobierno de Sebastián Piñera no es exactamente lo que se esperaría del líder de la política económica en un Ejecutivo de derecha como el chileno. Pragmático, liberal y con una reconocida capacidad de diálogo con la oposición en el Congreso –donde el oficialismo no tiene mayoría–, Ignacio Briones (Santiago de Chile, 1972) asumió en las más complejas semanas del estallido social de fines del año pasado y actualmente deberá hacer frente al batacazo de la crisis económica por la pandemia, que podría contraer el PIB de Chile hasta un 2,5% en 2020, según las proyecciones del Banco Central. Esta semana, cuando Chile cuenta ya con 24.581 contagiados y 285 fallecidos (con un 1,2% de mortalidad), Briones se enfrentó al principal grupo de retail, Cencosud, por repartir dividendos mientras varias de sus filiales se acogían a una ley para suspender temporalmente a trabajadores por la crisis sanitaria.
“Para la ciudadanía y para el Gobierno resulta inentendible que una empresa que se está acogiendo a la Ley de Protección al Empleo [implementada por el Ejecutivo en medio de la pandemia], también en paralelo se reparta dividendos casi tres veces más de lo legal. Las dos cosas no conversan”, señaló el lunes Briones sobre Cencosud –con operaciones en Argentina, Brasil, Chile, Colombia y Perú y una planilla total de 120.000 empleados–, que repartió cerca del 80% de sus utilidades de 2019. Luego de intentos de explicaciones de la compañía, Briones insistió: “A mí no me dejan satisfecho”. Finalmente, luego de quedar en el ojo del huracán, Cencosud anunció este jueves que desistía de acogerse a la nueva ley, porque “el objetivo es contribuir a la convivencia social”.
Es el único ministro de Hacienda desde el retorno a la democracia en 1990 que no tiene estudios de postgrado en Estados Unidos, sino en Europa. Doctor en Economía Política del Instituto de Estudios Políticos de París, Briones pertenece a una nueva camada de economistas. “Ya era hora que en Chile la misma generación que creció con el gobierno militar y los Chicago boys [que implementaron las reformas en los años setenta y ochenta] le diera el espacio a esta gente más joven que entiende mucho mejor lo que busca el país”, señala el economista Jorge Desormeaux. “Para hoy, es muy importante una actitud con mucha más sensibilidad, porque Chile ha progresado muchísimo, pero cuando deja de crecer –como ha ocurrido en los últimos seis años– la gente se preocupa mucho más por los problemas de desigualdad”.
El exconsejero del Banco Central señala que “actualmente hay que hablar a la gente que siente que lo que le está llegando a su casa –los ingresos y oportunidades de ellos y sus hijos– no son las que esperaban” y que Briones lo sabe hacer “con un lenguaje que no es populista”. “Es un ministro de Hacienda atípico que le ha venido muy bien a la derecha”, indica Desormeaux. “Supo entender lo que necesitaba el país, el mensaje que requería y hoy encabeza las preferencias políticas de los ministros”, agrega en referencia a las encuestas: de acuerdo al sondeo Cadem, es el segundo ministro mejor valorado del Gabinete de Piñera, aunque cuando se integró al Gabinete en octubre apenas era conocido fuera de los círculos académicos y políticos (milita en el partido liberal Evópoli). Hubo algunas acciones que contribuyeron a su visibilidad: a comienzos de noviembre, de camino al Congreso en Valparaíso, se bajó de su coche para conversar con camioneros y taxistas que se manifestaban en contra del precio de los peajes de las autopistas concesionadas.
Para Carlos Montes, senador socialista de la comisión de Hacienda, Briones ha mostrado su pragmatismo en el Congreso. “Pocos días antes de que asumiera, fue invitado como experto a hablar del proyecto de reforma tributaria de Felipe Larraín, su antecesor, que apoyó con toda pasión. Y a los pocos días de llegar a Hacienda, lo rechazó”, señala Montes sobre la reforma tributaria que Briones finalmente sacó adelante en enero. Para Desormeaux, “sabiendo la urgencia que se tenía en llegar a acuerdos, no tuvo problemas en desnaturalizar la reforma anterior, que no tenía destino en el Parlamento”. De acuerdo al senador Montes, en estos meses “Briones ha sido mucho más político que economista” y “hasta ahora había mostrado una capacidad de abordar los debates con tranquilidad, no obcecado en una sola verdad, como era el caso del ministro de Hacienda anterior”.
Pero el socialista apunta a los problemas que han enfrentado en los últimos días al ministro con la oposición en el Congreso a partir del monto del Ingreso Familiar de Emergencia, una de las mayores políticas sociales que haya implementado el Estado en las últimas décadas, con la que se transferirán dinero al bolsillo por tres meses a cerca de 4,5 millones de personas para enfrentar la pandemia. “Somos Chile, no Suecia”, indicó este jueves Briones, que insistió que en la actual coyuntura hay que ser especialmente cuidadosos en la forma en que se invierten los recursos, porque quizá se deban implementar nuevas medidas de acuerdo al comportamiento de la pandemia (este jueves alcanzó un nuevo pico de contagiados diarios, con 1.533 nuevos casos). Para el senador Montes, “el de Hacienda es un ministro serio que entiende que la oposición es parte del proceso”, pero “ha ido mostrando cada vez más una tendencia pro empresarial y de menos sensibilidad social, es decir, un ministro de Hacienda típico”.
De un estilo menos formal que la mayoría de sus antecesores –firmaba con seudónimo una columna gastronómica en una revista y a veces llega en su moto Vespa al ministerio o al Congreso–, “tiene una mirada intelectual mucho más amplia que un economista centrado solo en lo cuantitativo y un amplio conocimiento en filosofía política, lo que es bastante inusual en los economistas chilenos”, describe el director del Centro de Estudios Públicos (CEP), Leonidas Montes. “No ve la economía como algo aislado de la sociedad y la política y esa mirada lo ha ayudado”. Le valora la capacidad de decir crudas verdades, pero con calma –“aquí habrá quiebre y desempleo, eso tengámoslo claro”, dijo Briones hace algunas semanas– y lo describe como un “liberal republicano”. “Es un fiel defensor del mercado, pero entendido en su concepto más amplio, donde todos somos iguales ante la ley y la competencia es lo importante”, señala el director del CEP.
Briones ha dicho que uno de los principales problemas que tiene Chile es el clasismo y ha indicado que el proceso constituyente que lleva adelante Chile “también abre oportunidades”. En el marco del estallido social, Hacienda lanzó un plan económico de emergencia que involucró un paquete de estímulo fiscal superior a los 5.000 millones de dólares. “Si la crisis social nos costó un ojo de la cara, porque tuvimos que subir un 50% las pensiones básicas solidarias, lo que disparó 9 puntos la deuda con relación al PIB, las medidas que se toman en el marco de la crisis sanitaria tienen un impacto mucho menor”, señala Desormeaux sobre los dos planes económicos del Gobierno por unos 17.105 millones de dólares, equivalentes al 6,9% del PIB.
Considerando que Briones es un ministro que se ha mostrado agradecido de la institucionalidad fiscal que permite a Chile contar con ahorros de los fondos soberanos para financiar los paquetes económicos en el marco de la pandemia, el director del CEP apunta al gran desafío que tendrá el ministro de Hacienda de ahora en adelante: “La austeridad y responsabilidad”.
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