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Las empresas alimenticias volvieron a ser cuestionadas por el gobierno nacional, esta vez, durante el encuentro entre el ministro de Desarrollo, Matías Kulfas, los empresarios del sector y los gremios. Desde el sector sindical reclamaron que se proteja el poder adquisitivo de los empleados.
Las empresas alimenticias volvieron al ojo de la tormenta por subir el precio de sus productos sin emitir justificativo aparente, lo que impacta de manera brutal en la canasta básica alimentaria.
Fue en el marco de la reunión que el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, mantuvo con empresarios y sindicalistas del sector, que el gobierno nacional volvió a apuntarla las gigantes del sector.
«Esta mesa no es para buscar culpables sino para encontrar soluciones», dijo el ministro, pero planteó cinco ejes de trabajo que permitan corregir los “aumentos injustificados” que se advirtieron en distintos eslabones de la cadena de la industria alimenticia.
La amplia convocatoria reunió a los representantes de cámaras y empresas de toda la cadena de valor alimenticia, de supermercados, representantes de la mesa del trigo, del maíz y de la carne y a los sindicatos que nuclean a los trabajadores del sector.
El impacto en la canasta básica
En la reunión se planteó avanzar en un esquema de trabajo sobre cinco grandes ejes que abarcan los insumos alimenticios, en línea con lo que ya se viene trabajando en las mesas de trigo y maíz, y los insumos no alimenticios tanto del agro como los de la industria.
Kulfas aseguró que “la alimentación es un eje central, por la relevancia que tiene en la mesa de los argentinos y las argentinas, y por el peso que tiene en la formación de precios”. Es que las subas injustificadas de las alimenticias impactan de lleno en la canasta básica alimentaria.
Sucede que la canasta básica define el monto de dinero que una familia tipo puede disponer para alcanzar los productos de necesidad elementales para subsistir, por lo que cada suba de las alimenticias genera más daño y pobreza en el país.
En tal sentido, Kulfas planteó la intención del Gobierno de “establecer compromisos cruzados, donde cada sector haga su aporte y entre todos converjan a los objetivos macroeconómicos” y que no continúen las subas injustificadas.
Las gigantes del sector, en foco
Por el sector privado participaron ejecutivos de las firmas Arcor, AGD, Molinos Ríos de la Plata, Nestlé, Ledesma, Danone, Granja Tres Arroyos, Paladini, Cabrales, Quilmes, Mastellone, Molinos Cañuelas, Bunge, Casamen, Morixe Hermanos, Mondelez.
El sector sindical estuvo representado por la Confederación General del Trabajo (CGT), la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) y el Sindicato de Trabajadores de Industrias de la Alimentación (STIA), entre otros gremios de las distintas ramas del sector.
Allí, la industria alimenticia y el Gobierno aceptaron discutir los Precios Máximos pero el Ejecutivo, representado en la figura de Matías Kulfas, reclamó por “aumentos sin justificativo”.
El Poder Ejecutivo llevó adelante este jueves la primera mesa sectorial para alinear expectativas de inflación y de paritarias, que los gremios siguieron sosteniendo para que los salarios de los trabajadores no vuelvan a perder contra la inflación.
El objetivo del Gobierno
El objetivo de esta mesa es trabajar en coordinar una expectativa inflacionaria que pueda converger con las metas establecidas en el Presupuesto, según explicaron desde el Ejecutivo. Esto como un mecanismo de trabajo de coordinación.
Durante el encuentro sobrevoló la imputación de la Secretaría de Comercio Interior a un grupo de empresas de consumo masivo por “retención de producción”, para hacer lobby y generar aumentos de precios de ciertos productos que no deben subir.
Los gremios quieren proteger los salarios
Rodolfo Daer en representación del STIA Buenos Aires y Hector Morcillo, secretario general del STIA Córdoba, fueron los dos representantes gremiales del sector alimenticio en el encuentro.
En sintonía con el resto de los representantes de las trabajadoras y trabajadores, los referentes de Alimentación pidieron que los aumentos superen a la inflación y se recupere el poder de compra de los salarios.
El objetivo del STIA es bien claro para este año: conseguir la mejor paritaria posible y que los salarios recuperen poder adquisitivo en relación con la inflación.
Por la parte sindical, participaron, además de los representantes del STIA, miembros de la Confederación General del Trabajo (CGT), la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), y la Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios (Faecys).
Insumos, logística, variación de ingresos
Entre los ejes para atacar están los insumos alimenticios, con la referencia de las negociaciones con las mesas del trigo y el maíz de las últimas semanas. También habrá un acercamiento a los insumos industriales tanto del agro como de la industria alimenticia.
La idea que sobrevuela el acuerdo de precios y salarios, según adelantaron funcionarios nacionales en las últimas semanas, es que la variación de los ingresos sea entre 3 y 4 puntos mayor a la inflación.
Una tercera parte a discutir en adelante serán los costos de logística, que las empresas de alimentos y bebidas no dudan en trasladar a precios generando una masa inflacionaria que impacta en el salario de los trabajadores.
En cuarto lugar, se abordará una mejora en la productividad del sector, que estará atado a la negociación salarial. Por último, el Gobierno se comprometió a analizar el funcionamiento del programa Precios Máximos.
Reclamo y victimización patronal
En el encuentro, desde las empresas de alimentos y bebidas reclamaron al Gobierno medidas estructurales frente a la “difícil” situación que está atravesando la industria y advirtieron sobre las consecuencias de extender los congelamientos de precios vigentes.
A través de un comunicado, la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios de Argentina (Copal) manifestó que hace casi un año que el sector está afectado por el “estricto congelamiento” de precios.
El sector advirtió en más de una oportunidad el riesgo que representaba para la sustentabilidad de las empresas debido a los persistentes incrementos de costos que han dejado a los distintos sectores, incluidas las economías regionales, en una situación crítica”, señalaron.