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Las carnes sustitutas, de origen vegetal y las que se están experimentando de manera artificial en laboratorio, podrían representar para 2030 el 13% del consumo mundial de estos productos.
Esta proyección se dio a conocer en una conferencia virtual organizada por el Club Agtech y donde expuso el economista David Miazzo.
Según la FAO, para 2028 habrá un crecimiento del 11% en el consumo de carnes. Esa tasa inclusive podría llegar al 13% para 2030. Esta estimación no considera a las carnes sustitutas.
En el mercado ya se lanzó la carne de origen vegetal y se está trabajando por la cultivada en base a tejido animal.
Beyond Meat, que en Estados Unidos hace una hamburguesa vegana, estimó para ese año una participación del 13% en el consumo global para las carnes sustitutas. Hoy en EE.UU. el consumo de carnes sustitutas es del 0,5% pero viene en alza.
A nivel global, las carnes sustitutas representarían para 2030 48 millones de toneladas, sobre un total de 369 millones de toneladas (entre todas las carnes). El disparador para el crecimiento viene por el lado de las tendencias en el consumo vinculadas con la salud, el bienestar animal y el impacto ambiental. Para Miazzo, con todas estas proyecciones en danza, la carne sustituta podría quedarse con todo el crecimiento de la carne convencional estimado por la FAO, por más que este organismo no hizo el cálculo de Beyond Meat.
En este contexto, podría haber una baja en la demanda de granos para producir la proteína animal, pero una suba para hacer las carnes sustitutas.
«El Club Agtech estimó una posible reducción de demanda de granos para consumo animal de 209 millones, pero que al mismo tiempo se requerirían 84 millones de toneladas para producir las carnes sustitutas. El efecto neto sería de unas 125 millones de toneladas», dijo Miazzo.
Miazzo recodó que -a diferencia de la vegetal- la carne cultivada en el país todavía está en etapa de desarrollo. La carne cultivada se elabora a partir de la biopsia de tejido animal, cuyo proceso se basa en multiplicar y hacer crecer in vitro la célula hasta que se convierte en fibra muscular.
En la Argentina el consumo de carne vacuna es de 51 kilos por habitante por año. Sin embargo, con la tendencia hacia las opciones veganas y el desarrollo de las carnes cultivadas, podría haber cambios importantes.
«El Club Agtech estimó una posible reducción de demanda de granos para consumo animal de 209 millones, pero que al mismo tiempo se requerirían 84 millones de toneladas para producir las carnes sustitutas. El efecto neto sería de unas 125 millones de toneladas», dijo Miazzo.
Miazzo recodó que -a diferencia de la vegetal- la carne cultivada en el país todavía está en etapa de desarrollo. La carne cultivada se elabora a partir de la biopsia de tejido animal, cuyo proceso se basa en multiplicar y hacer crecer in vitro la célula hasta que se convierte en fibra muscular.
En la Argentina el consumo de carne vacuna es de 51 kilos por habitante por año. Sin embargo, con la tendencia hacia las opciones veganas y el desarrollo de las carnes cultivadas, podría haber cambios importantes.
En Estados Unidos, Impossible Foods, una startup con sede en Silicon Valley, ya le provee carnes sustitutas a las cadenas de comida rápida. Estas carnes concentran la proteína de la soja para que cuando se cocine «haga el ruidito típico que hace la carne natural».
Preferencias
«Este cambio de preferencias se verá, mayormente, en los jóvenes de mayor ingreso, ámbitos urbanos y, sin comprobarse todavía, con inclinaciones ideológicas hacia la izquierda», señaló Miazzo. Agregó que, en las estadísticas, los hombres son menos propensos a consumir productos novedosos, ya que ven la carne vegetal como un producto femenino. No obstante, la carne cultivada puede ser una opción para ellos.
«La carne vegetal tiene un nivel de desarrollo maduro. Ya está ganando mercado y puede ser percibido como un beneficio para salud. Además, en los últimos años, está teniendo mucho marketing, y este puede ser funcional para bajar los costos de producción. Una vez que se la empiece a descubrir, habrá más probabilidad que se la adquiera a menos costo porque va a funcionar como el reemplazo de la carne», remarcó.
Luego proyectó: «A futuro, gran parte del consumo de la carne bovina va a tener un lujo culinario y alimenticio. En sí, la carne (local) es barata en relación con otros productos, pero en el mundo la carne bovina es un producto caro».
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