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El Food Tech, -o Agrifood Tech en su denominación más amplia y reciente- ya no es un sector de nicho, experimental y arriesgado. Así se desprende del último informe de AgFunder, fondo especializado de referencia, que apunta el tamaño de las operaciones cerradas en los últimos ciclos, como la señal evidente de madurez de la primera ola de innovación que este movimiento a aportado.
Pero, ¿de qué hablamos cuando nos referimos al sector Food Tech? Generalmente nos referimos a un segmento de startups (y otros actores) que, combinando tecnologías avanzadas, proponen soluciones a importantes retos en toda la cadena de valor del sistema de alimentación y que tienen capacidad de disrumpir la industria a nivel global. Retos relacionados con la salud de las personas, de las ciudades, del planeta, y de la propia industria.
Es decir, iniciativas que utilizando inteligencia artificial, IoT, Big Data, digitalización, blockchain, impresión 3D, biotecnología, robótica, reconocimiento de imagen, y muchas otras tecnologías de carácter exponencial, aplicadas a la agricultura, la cadena de suministro, el diseño y producción de nuevos alimentos, el retail, el sector Horeca y hasta nuestras cocinas, aportan altos niveles de optimización en procesos, cambios de paradigma, productos nuevos o alternativos a los existentes y nuevos modelos de negocio.
Food Tech ha logrado convertirse en un foco de innovación y de atracción de capital, pasando de $2.800 en 2012 a $30.500 en 2020 los millones invertidos en esta industria. Es decir, hablamos de un x10 en 9 años, impulsado por fondos especializados, corporate ventures y hasta la propia administración, que consideran el sector alimentario cada vez más esencial y estratégico y por ello cargado de oportunidades; y animado por operaciones o exits de relumbrón como la de Beyond Meat en 2019, que se convirtió en el mejor debut en el Nasdaq de la temporada.
EEUU y China lideran esta carrera inversora, en la que Europa, poco a poco va ganando posiciones. A este lado del atlántico España se sitúa en cuarta posición, por detrás de Francia, Alemania y Reino Unido. Son 649 millones los que se han movido en este tiempo en nuestro país (aunque el 65% de esa inversión la acapara Glovo), de los cuales 45 millones corresponden a 2019. Cifras alejadas de los puestos de cabeza, y, sobre todo, alejadas del peso que la industria agroalimentaria y el papel de nuestra gastronomía representan en nuestro país… De momento.
Crea activos de alto valor y empleo especializado, mejora la productividad, enriquece el tejido productivo y las industrias adyacentes, facilita el cumplimiento de los ODS y Agenda 2030 y aumenta la resiliencia de una industria estratégica…
Factores de aceleración de la industria food tech local
Además del efecto arrastre de ecosistemas pioneros como el americano, el asiático o el israelí, hay algunos factores que nos invitan a pensar el interés y las oportunidades se están acelerando en nuestro mercado.
- El marco para la transformación del sistema alimentario dibujado fundamentalmente por los ODS de la ONU y la Estrategia Food 2030 de la UE, que busca solucionar cuatro prioridades generales del sistema alimentario: nutrición para dietas sostenibles y saludables; resiliencia al clima y sostenibilidad ambiental; circularidad y eficiencia en el consumo de recursos, e innovación y fortalecimiento de comunidades, y que incluye entre otras, la iniciativa Farm to Fork, o la obligación de reducir el uso de fitosanitarios a la mitad o alcanzar un 25% de cultivos ecológicos.
- La evolución del propio ecosistema agrifood tech español con startups cada vez más innovadoras, profesionalizadas y alcanzando niveles de madurez en segmentos más diversificados y de alto potencial como las proteínas alternativas (Heüra, Novameat, Qubiq Foods,Trebio), la bioingeniería (Biotech Foods, Biorizon Biotech), agtech (Biome Makers), alimentación sostenible (Smileat).
- El efecto de incubadoras, aceleradoras, programas de innovación abierta, (Pascual Startup, Capsa Vida, Km Zero, Culinary Action!, EiT Food, entre otros); así como centros de transferencia de tecnología como CNTA y otros.
- El interés de la Administración con ejemplos como su inversión en Heüra o en Biotech Foods, la creación de instrumentos para responder a retos de sectores específicos como Porcinnova, el reciente anuncio de InnoHealth-Food -instituto para la nutrición de precisión- de la Comunidad de Madrid, o la iniciativa Spain FoodTech Startups Program del ICEX.
- El impacto Covid-19, que por una parte ha puesto en valor la importancia de nuestra industria alimentaria, pero por otra, ha sacado a la palestra algunas debilidades significativas en la cadena de suministro.
- Precisamente la pandemia ha disparado tendencias como el consumo consciente o la preocupación por la salud, por la procedencia o elaboración de los productos; la conveniencia, con el ready to eat o ready to cook; y en general, el concepto good for me. Donde cada vez juegan un papel más importante las posibilidades que abre la alimentación funcional (con la inmunidad y el microbioma como principales drivers) y la dieta personalizada según necesidades de grupos poblacionales (con efecto preventivo y reactivo), como paso previo a la promesa de una nutrición realmente personalizada.
¿Qué áreas presentan más potencial de crecimiento?
La categoría estrella, por inversión y por glamour, no es otra que la de Innovative Food o alimentos innovadores, que incluye todo lo relacionado con los sustitutivos de carne y productos de origen animal a base de proteínas vegetales; la carne cultivada o agricultura celular, el uso de insectos, algas, hongos o incluso el aire, como fuentes de proteínas; y técnicas como la impresión 3D o la fermentación. En este contexto, van ganando protagonismo aquellas soluciones que tienen un marcado componente exponencial como la agricultura celular y las posibilidades que brinda la hibrización entre las soluciones plant based y cell based. Las tecnologías midestream, la robótica -que reduce la intervención y mano de obra humana- y la automatización de procesos, destinadas a optimizar la cadena de suministro representan este año otro de los segmentos favoritos de los inversores.
El uso de IA para entender a los consumidores y sus preferencias, es una de las grandes promesas llamadas a disrumpir la forma en que consumimos. El e-Grocery o comercio electrónico de alimentación, que continuará revolucionando el comercio tradicional, con una tendencia cada vez más fuerte y más presente en los planes de las marcas (tanto pequeñas como grandes jugadores): DTC o venta directa al consumidor. Soluciones que faciliten esa transparencia y la trazabilidad demandada por el consumidor, con blockchain como protagonista. El delivery, categoría reina durante los inicios de la industria food tech, y una de las grandes beneficiadas por la pandemia, y que vive su propia re-disrupción con el auge de las cocinas fantasmas, su evolución hacia conceptos de food as a service (en el ámbito b2c)o kitchen as a service (en el ámbito b2b), la robotización, y la regulación de una parte fundamental de su modelo de negocio. Sin olvidarnos del principio de la cadena donde además de la agricultura de precisión están en auge las soluciones vertical farming y todo aquello que puede acercar la producción a los núcleos urbanos o incluso al propio hogar.
Por qué ahora, por qué nosotros
Todo lo anteriormente descrito, conforma un caldo de cultivo enriquecido para generar una serie de impactos positivos a su alrededor: desarrollo de una industria de alto valor, oportunidades de empleo y atracción/retención de talento especializado; generación de patrimonio nuevo a través de la inversión en activos cada vez más considerados de alto valor; mejora de la productividad de las empresas que abrazan estas innovaciones; acercamiento al cumplimiento de los ODS y Agenda 2030, enriquecimiento del tejido productivo; motor de industrias adyacentes; capacidad para optar a grandes programas de financiación europeos; desarrollar una mayor resiliencia de una industria estratégica…
Dicho así, parece claro que la oportunidad es evidente. Pero no deja de plantear también algunos interrogantes. Por ejemplo:
- Si Instalar un hub digital, en infraestructuras digitales dispararía el PIB y el empleo en la región (8.283 millones de euros y casi 2.500 nuevos empleos según IDC), ¿Cuál podría ser el impacto de impulsar un hub agrifood tech en la zona.
- ¿Qué necesitamos para convertirnos en ese hub de innovación agrifood tech de referencia del Sur de Europa y puente con Latinoamérica y África?
- ¿Cuáles de estas oportunidades son las más adecuadas para explorar desde nuestro ecosistema?
- ¿Cuáles son las mejores fórmulas de colaboración para nutrir este ecosistema? ¿Qué, quién y cómo puede contribuir a ello?
- ¿Puede ser el InnoHealth-Food -instituto para la nutrición de precisión- el primer paso de este camino? Si es así, ¿Cuáles son los retos y oportunidades para avanzar hacia una nutrición de precisión?
Una buena forma de empezar a encontrar respuestas será sin duda las sesiones organizada el próximo 8 de abril por MIDE, Madrid Innovation Driven Ecosystem, Oportunidades y retos del Foodtech para el ecosistema de innovación y emprendimiento de Madrid, y 15 de abril, Presentación ecosistema Foodtech en Madrid y sesión de matchmaking entre startups seleccionadas y corporaciones (Pascual, Mahou y Campofrío).
Un reconocido inversor explica que sus preguntas clave para valorar la idoneidad de un proyecto y su equipo antes de invertir en él son siempre, “por qué ahora, por qué vosotros”. Siguiendo con la analogía… respondería “Porque la oportunidad de mercado es clara. Porque somos un equipo con las capacidades y habilidades necesarias para ejecutar con eficiencia y llevar este proyecto al éxito.
Contenido elaborado en colaboración con MIDE
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