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Comprar Air Europa se ha hecho imprescindible para Iberia, en la intención de proteger su dominio en el hub de Madrid-Barajas, en el nuevo escenario post pandemia. La aerolínea de IAG inició con esta premisa, semanas atrás, el nuevo ciclo de negociaciones con la familia Hidalgo para sacar adelante el acuerdo de adquisición firmado el pasado mes de octubre. Pero las condiciones difieren mucho de las de entonces. Ambas partes ultiman un pacto por el que los 1.000 millones ofertados por Iberia bajarán al entorno de 500 a 600 millones.
También habría entrado en discusión una reducción del perímetro de Air Europa que iría a manos de Iberia, con lo que se justifica parte de la reducción del precio.
Se da por hecho, según fuentes cercanas a la operación, que habrá que realizar concesiones, en slots y también en rutas, para allanar la autorización de la Comisión Europea. Quizás menores de las previstas inicialmente, cuando se presentó ante Bruselas un acuerdo de cesión de rutas a Volotea. Pesan el impacto de la crisis sanitaria y la clara necesidad de volumen para sobrevivir en el negocio del transporte aéreo.
De haber roto el compromiso de compra, Iberia se enfrentaba a una penalización de 40 millones frente a Air Europa
Las fuentes consultadas afirman que las conversaciones están llegando a su fin y que el precio se aproximará a la parte baja de la citada banda. Con ello, Iberia habría obtenido un descuento cercano al 50% respecto a su primera oferta en efectivo.
La compañía que preside Luis Gallego ha eludido hacer comentarios. Apenas se concede desde su entorno que la actual crisis precisa una nueva negociación de la que faltan importantes flecos.
IAG presenta resultados este viernes, cita con el mercado que distintos analistas creen que será aprovechada para eliminar la incertidumbre que pesa sobre una operación histórica en el sector aéreo español.
De haber roto el compromiso de compra, Iberia se enfrentaba a una penalización de 40 millones frente a Air Europa. Además, se habría expuesto a que su eterna rival fuera adquirida por Air France, o cualquier otro competidor, a precio de saldo. Con ello, Iberia tendría al enemigo en su propia casa.
Situación excepcional
El contrato de compraventa incluía una cláusula de renegociación del precio por causa de fuerza mayor, tal y como adelantó Cinco Días. Y la pandemia del coronavirus lo ha sido, generando la mayor crisis que ha conocido el sector aéreo. Tanto Iberia como Air Europa han mantenido sus flotas en tierra entre mediados de marzo y finales de junio, lo que ha motivado un fuerte consumo de caja.
Mientras que la compradora ha anunciado que prescindirá de sus 14 aviones A340 y que los contratos de la flota en alquiler (se estima que unos 60 aviones) dependerán de la evolución de la demanda; Air Europa ha tratado de mantener sus activos en todo lo alto, además de adelantar en lo posible la vuelta a los cielos con el fin de preservar al máximo su tasación. Pero Iberia habría hecho valer la destrucción de caja durante el confinamiento y, ante todo, el derrumbe de los ingresos operativos previstos en los próximos dos a tres años.
En el mercado se asegura que la familia Hidalgo negocia con el Gobierno un mecanismo de ayuda para Globalia que no afecte a la desinversión en Air Europa. Esta última ha levantado 160 millones de crédito avalado por el ICO, mientras que Iberia se ha hecho con préstamos por 750 millones con la garantía del banco público para atender sus costes fijos. El propio Gobierno ha estado en la defensa de esta operación corporativa.
En sus últimas comparecencias públicas y entrevistas, el presidente de Iberia, Luis Gallego, ha insistido en la necesidad de salvar el plan de integración de Air Europa en Iberia. La primera intención es que ambas mantuvieran sus marcas y que la referencia de IAG siguiera trabajando con foco en el cliente corporativo, mientras Air Europa será destinada a un viajero más sensible al precio.
En la aceptación de una quita por parte de Globalia juegan un papel fundamental las estrecheces por las que pasan el grupo y sus propietarios. El holding tiene sus mayores intereses en la aerolínea, en las agencias de viajes y en los hoteles, tres negocios fuertemente impactados por la crisis sanitaria.