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Zhang Yimin creó ByteDance en 2012, la firma detrás de la red social preferida por los jóvenes. Hoy, es una de las 100 personas más influyentes del mundo
Apuntar a lo más alto. Ser valientes, abiertos y humildes. Ser sinceros y claros. Pensar siempre como si fuera el día uno.
Estos son los valores en los que se basa la cultura empresarial de ByteDance, la empresa fundada por el joven Zhang Yiming en el año 2012. Creadora de TikTok, la app de microvideos que ha sido descargada por millones de jóvenes (y no tan jóvenes) alrededor del mundo, tiene la curiosa misión de «inspirar la creatividad y brindar alegría».
De la mano de un éxito realmente exponencial, su fundador, de muy bajo perfil, repite como mantra los valores que lo han llevado donde está hoy y subraya la clave de su éxito: «tener la cabeza trabajando igual que el primer día».
Es que ese momento no está tan atrás en el tiempo. En apenas 8 años, la startup que tuvo como primer oficina a un departamento de cuatro ambientes ya es un suceso global con fanáticos en los cinco continentes.
Con una fortuna estimada por Forbes de u$s16.200 millones, el emprendedor logró que ByteDance se convirtiera en una de las plataformas de contenidos más grandes de China. Como si eso fuera poco, el emprendedor fue nombrado en 2019 por la revista Time como una de las 100 personas más influyentes del mundo. Todo en menos de una década.
De cero a miles de millones
Yiming, que a los 36 años ya tiene su lugar en la lista de los 100 millonarios más poderosos del mundo, es hijo de un funcionario público y una enfermera. En 2005 se recibió de ingeniero en Software en la Universidad de Nankia; 15 años después logró que su proyecto se convierta en una empresa con una valuación de u$s75.000 millones.
Aunque deja saber poco sobre su vida privada, el creador de TikTok contó que es fanático de leer biografías y que durante su paso por la universidad era una persona introvertida, si bien dedicaba mucho tiempo a solucionar problemas informáticos de sus compañeros. De hecho, así conoció a la que hoy es su esposa.
En el inicio de su carrera profesional descubrió de primera mano cómo funcionaba una startup. Fue el quinto empleado del sitio de viajes Kuxun donde, según contó años después, aprendió técnicas de ventas que le servirían más tarde. Luego, en 2008, dio el salto hacia una multinacional y entró a Microsoft, pero admitió que llegó a sentirse ahogado por el estilo tan corporativo de la compañía.
Así, decidió volver a trabajar para un emprendimiento, esta vez para Fanfou, una especie de Twitter chino, que finalmente fue censurado y debió cerrar en 2009. Pero no bajó los brazos. Como paso siguiente, Zhang ingresó al negocio de búsquedas de real estate y fundó su primera compañía: 99fang.com.
Corría el año 2011 y entendió rápidamente que los usuarios usaban cada vez más sus teléfonos y menos la computadora para buscar información, un dato clave para lo que sería su siguiente paso en el mundo emprendedor.
Al principio no conseguía quien financiara su próxima empresa, hasta que esa ayuda llegó de la mano del grupo inversor Susquehanna International. Hoy, la firma tiene apoyo de fondos como Sequoia Capital y SoftBank. Así, en 2012 vio la luz ByteDance, con su primer producto, bautizado como Toutiao: se trata de un agregador de noticias que todavía hoy es muy descargado en China.
Con todo, su verdadero hit llegó en 2016, con Douyin, el nombre original de TikTok (y que aún se conserva para el mercado asiático). El proyecto se expandió por el mundo un año después gracias a la compra de la app estadounidense musical.ly, que se concretó por casi u$s1.000 millones.
«En lo que hace a los contenidos, el texto y las fotos han evolucionado al vídeo. El contenido que circula en la web es cada vez más generado por los propios usuarios. Muchos de nuestros cambios responden a sus necesidades», señala.
Pero el éxito de TikTok está lejos de ser un golpe de suerte. Detrás, hay muchísimo trabajo. En 2013, cuando la compañía apenas facturaba, Yiming ya ideaba su expansión global, que lo llevaría al éxito definitivo. Estaba convencido de que su algoritmo, basado en inteligencia artificial, era capaz de hacer recomendaciones en diferentes idiomas para distintos formatos de contenidos.
No se equivocaba: esta herramienta fue clave a la hora de que los usuarios generaran una relación de largo alcance con TikTok, que permite subir videos cortos y alcanzar audiencias potenciales de millones de usuarios en base a estas recomendaciones automáticas.
Con productos disponibles en más de 150 mercados, la empresa tiene oficinas en 126 ciudades -Beijing, Shanghai, Los Ángeles, Nueva York, Londres, París, Berlín, Dubai, Mumbai, Singapur, Yakarta, Seúl o Tokio son solo algunas-, y para fines del año pasado ya había superado los 50.000 empleados y 15 centros de investigación y desarrollo en todo el mundo.
La app es un éxito entre los adolescentes, que bailan, cantan y crean sus propios microvideos que tienen un máximo de 60 segundos. Los más chicos pueden pasar horas filmándose mientras cumplen algún reto viral o imitan alguna escena de una película.
Si bien hay varios adultos que también se animan a TikTok, el propio Zhang señala que se siente muy mayor como para usar la plataforma, aunque por insistencia de sus empleados llegó a publicar algunos videos. Hecho esto, decretó que todo el personal de la firma estaba obligado a conseguir cierto número de likes; de lo contrario, tendrían que hacer abdominales en la oficina como «castigo».
Largo camino a la cima
La app, que ya fue descargada por unos 2.000 millones de usuarios en el mundo en los últimos tres años, también generó polémicas.
En febrero, la empresa tuvo que pagar una multa de u$s5,7 millones a la Comisión Federal de Comercio de los Estados Unidos tras ser acusada de recolectar información personal de niños menores de 13 años sin el consentimiento de sus padres, lo que significa una violación a la Ley de protección de la privacidad.
Y no fue solo eso. En abril del año pasado, la app fue prohibida durante dos semanas en la India, donde hubo preocupación por la posible divulgación de contenido pornográfico, mientras que en Gran Bretaña, el Parlamento abrió una investigación para analizar qué uso hace la plataforma de los datos de los chicos.
Las distintas reglamentaciones y trabas hicieron que la empresa trabajara en ser más transparente y confiable para su público que es, principalmente, menor de edad y así llevar más tranquilidad a sus padres y gobiernos.
Pero el negocio no termina allí. Más bien, este recién es el comienzo para la empresa china. Su fundador anunció que está interesado en sumar proyectos de educación e incluso se habla de un reality show que llegará a la televisión.
Mientras tanto, el aislamiento obligatorio en gran parte del mundo impulsó de forma meteórica sus métricas, por lo que la empresa salió a la búsqueda de más de 40.000 nuevos empleados, que serán incorporados a lo largo de 2020.
La contratación se enfocará en una primera tanda de 10.000 empleados. Estos ingresos se llevarán a cabo en todo el mundo y estarán enfoncados en cubrir el universo de aplicaciones de la empresa china, desde Tik Tok hasta Toutiao. La meta de la compañía es llegar a los 100.000 empleados a nivel mundial, ubicándose a la altura de Alibaba en cuanto a generación de empleo.
Las contrataciones incluyen entre otras cosas a docenas de tutores en línea con los que buscan comprender y captar el auge de la educación virtual. El principal foco puesto por Zhang tiene que ver con la industria de los videojuegos, donde hasta el momento abrieron la contratación de centenares de personas.
Se trata de uno de los negocios más pujantes del mundo digital, donde su vecina Tencent es un verdadero gigante de la mano de éxitos mundiales como el Fortnite y el PUBG. ¿Será ByteDance la próxima reina del multimillonario negocio del gaming? Empuje, al menos, no le falta.