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La pandemia ha sido el eje en el mercado de préstamos sindicados. De principio a fin, las operaciones en 2020 estuvieron marcadas por la aparición del Covid, el confinamiento del país, la desescalada, el hallazgo de las primeras vacunas y los rebrotes. Todo ello ha generado situaciones favorables y adversas.
Andrew Mason, responsable de sindicaciones en Europa en Citi, resume la situación: “Antes de la pandemia, el mercado de préstamos español funcionaba bien: la liquidez era sólida, como en otros países europeos por las medidas del BCE, y la accesibilidad al mercado era general”.
Mason describe cómo entre marzo y abril los clientes buscaron con apremio respaldar la liquidez y los vencimientos de deuda cercanos. “Estas nuevas solicitudes de capital, combinadas con las líneas de apoyo de los Gobiernos [en España, con aval del ICO], supusieron un desafío de capital muy importante para los bancos de todo el mundo”. “La cantidad de capital solicitada durante la crisis sanitaria es la mayor desde la financiera de 2008”, concluye.
Desde Natixis matizan que “durante el confinamiento se multiplicaron las líneas bilaterales, garantizadas o no por el Ejecutivo”, mientras que desde Banco Sabadell dicen que “observaron un mayor número de solicitudes de waiver [autorización temporal para incumplir algún requisito del contrato, denominados covenants en la jerga del sector] de los próximos trimestres debido a la situación del mercado”.
Las líneas de financiación bilaterales se multiplicaron en el confinamiento
El balance final de 2020 arroja un total de préstamos sindicados concedidos por valor de 57.878,5 millones de euros en 238 operaciones, según los datos de Refinitiv. La cuantía supone un descenso del 19% frente a 2019 y es la menor de los últimos seis años.
Los principales efectos que ha tenido el Covid han sido “una reducción de los plazos, un incremento en las líneas de liquidez y una disminución de las transacciones de refinanciación y de fusiones y adquisiciones, principalmente durante el primer semestre, indica ING. “No hubo un consenso claro en cuanto a precio; los bancos se centraron en sus principales clientes y en sus mercados nacionales y realizaron un análisis minucioso en cada transacción”, aclaran en la firma.
En cualquier caso, Banco Santander apunta que “los tipos negativos han favorecido la financiación corporativa a bajo precio”.
Sabadell añade que con el incremento de casos de coronavirus, “las empresas tuvieron que recurrir masivamente a líneas revolving, siendo la primera vez en muchos casos”.
Actividad sectorial
En cuanto a los sectores más activos, destacan el de renovables, telecomunicaciones, alimentación, retail y financiero. “Se trata de compañías menos afectadas por la crisis, con perfiles de mayor calidad crediticia y sectores más defensivos”, comenta Javier Gómez Hernández, de BNP Paribas.
Las renovables despuntaron una vez más frente al resto. “Las operaciones sostenibles regresaron en el segundo semestre del año coincidiendo con la nueva normalidad; este tipo de transacciones habían quedado relegadas a un segundo plano por las operaciones ICO”, señalan en BBVA.
Empresas que hasta entonces no habían incorporado indicadores ESG (siglas en inglés de medioambiente, social y gobierno corporativo) para su financiación comenzaron a hacerlo, como en el sector farmacéutico.
El sector farmacéutico obtuvo préstamos sostenibles por primera vez
CaixaBank calcula que en España se cerraron unas 50 operaciones sindicadas con renovables por un importe de 5.300 millones. La entidad resalta, por otro lado, “las líneas facilitadas bajo el formato ESG-linked, que vinculan el tipo de interés a los objetivos. “Destaca el crédito a Naturgy, uno de los de mayor volumen, o el sindicado de Ferrer, que fue el primero sostenible concedido en España en el sector farmacéutico”, indica.
Bankia explica que “la financiación de proyectos estuvo dominada también por las renovables, especialmente las referentes a refinanciaciones brownfield [se aprovechan las instalaciones existentes] con ingresos sujetos a regulación. La entidad describe que el boom se produjo “a partir de febrero, tras conocer el mercado los parámetros retributivos para el próximo periodo regulatorio, lo que despejó la incertidumbre”.
La operación más relevante en cuanto a volumen fue la financiación de Cellnex para la adquisición de las torres de CCK Hutchison Holdings por 10.000 millones de euros.
Otras señaladas por los expertos son la refinanciación de un préstamo del Fondo de Garantía de Depósitos; el préstamo sindicado de El Corte Inglés y la financiación para la fusión de O2 (filial de Telefónica) con Virgin Mobile y para la adquisición de MásMóvil por KKR.
2021: un año con perspectivas de mejora
Volatilidad. Commerzbank indica que “dadas las incertidumbres sobre el grado de avance en el proceso de vacunación e inmunización global, esperamos que el mercado de préstamos sindicados siga presentando cierta volatilidad”. Para las empresas con grado de inversión, puede ser el momento para refinanciar préstamos en condiciones más atractivas que las firmadas en el arranque de la pandemia, inicialmente en plazo, como está ocurriendo ya en otros países europeos.
M&A. JP Morgan pronostica que la actividad de refinanciación será la más activa durante 2021 en el segmento del mercado de préstamos, aunque señala que “hay potencial de actividad impulsada por la financiación de adquisiciones (M&A) y proyectos de infraestructura”. La firma prevé una mejora de las condiciones en la medida en que la pandemia se desacelere.
Condicionantes. Sabadell espera un crecimiento de los préstamos sindicados, aunque estará condicionado por varios factores. Además de la pandemia y de la efectividad de la vacuna, influirán el Brexit y los estímulos de los bancos centrales. “También va a ser un año marcado por el cambio del líbor a las tasas libres de riesgos, una situación que podría dar la oportunidad a los prestamistas de extender sus líneas de crédito y revisar sus condiciones financieras”, subrayan.