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La sostenibilidad, la legislación y los riesgos geopolíticos reducen la importancia de China en el mapa de aprovisionamiento de la moda. El gigante asiático, histórico mayor fabricante mundial del sector desde el fin de las cuotas, ha reducido al mínimo histórico su relevancia en las importaciones europeas y estadounidenses en los cuatro primeros meses del año.
En el caso de Estados Unidos, el peso de China en el total de importaciones de ropa se redujo hasta el 17,9%, casi a la par que el 17,3% de Vietnam según la Oficina para el Textil y la Confección del Departamento de Comercio de Estados Unidos (Otexa).
Los datos corresponden sólo al periodo de enero a abril, los últimos datos disponibles. En años anteriores, la cuota había llegado a superar ampliamente el 30%. En 2015, por ejemplo, China concentró el 35,9% de las importaciones estadounidenses de ropa, aunque el peso se había ido moderando punto a punto en los años siguientes.
En 2020, con la ruptura de las cadenas de suministro, la cuota se hundió hasta el 23,7% y, aunque repuntó de nuevo en 2021, ha vuelto a caer desde entonces. Buena parte de este descenso se debe a la entrada en vigor del Uyghur Forced Labor Preventation Act (Uflpa), que prohíbe la importación de productos procedentes de la región de Xinjiang, donde la minoría uigur es sometida a condiciones de trabajos forzados.
La prohibición aplica también a los productos “parcialmente” fabricados en la región, que concentra buena parte de la producción de algodón de China. De hecho, por primera vez en décadas, menos del 10% de las importaciones estadounidenses de algodón procedieron del gigante asiático.
La restricción también obliga a las empresas a replantearse su relación con Vietnam por la alta dependencia de la industria vietnamita de China, según revela un análisis realizado por el profesor Sheng Lu de la Universidad de Delaware. En los cuatro primeros meses, el peso de las importaciones a Vietnam se situó en el 17,3%, frente al 18,6% de un año atrás.
España es una excepción: en el primer trimestre volvió a elevar su dependencia de China
En el caso de la Unión Europea, el peso de China en las importaciones se ha moderado en los cuatro primeros meses del año al 13,3%, frente al 14,3% del año anterior. Se trata del peso más bajo de la última década.
En términos absolutos, las compras de ropa a China se redujeron por primera vez desde el Covid-19, con un descenso del 15,2%, hasta 6.573 millones de euros, según datos de la agencia estadística europea Eurostat.
España, por su parte, siguió aumentando el peso de sus compras a China, y el país copó en los cuatro primeros meses el 17,7% del total de las importaciones de ropa (incluyendo textil y de piel).
Sin embargo, en términos absolutos, Bangladesh ocupa la primera posición en el mismo periodo. En términos anuales, China ha mantenido la primera plaza, aunque en 2022 comenzaron a estrecharse las distancias: mientras a China se importó ropa por 3.751 millones, las importaciones a Bangladesh ascendieron a 3.660 millones.