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La moda italiana elabora una evaluación bastante negativa tras salir del confinamiento. Durante una videoconferencia, Sistema Moda Italia (SMI), que reúne a empresas textiles y de ropa italianas, presentó el lunes un estudio sobre el impacto de la crisis del Covid-19 en toda la industria. El “made in Italy” perdió más de 3500 millones de euros en términos de facturación en el primer trimestre de 2020.
De las empresas encuestadas para este estudio, el 49 % experimentó una caída en sus pedidos en el rango de entre el 20 y el 50 % en comparación con el mismo período del año anterior, y el 29 % de ellas, una disminución del 10 al 20 % en sus pedidos. Estas son las cifras publicadas por el presidente de SMI, Marino Vago, quien dijo que espera un descenso aún más pronunciado durante el resto del año.
Según las estimaciones de Sistema Moda Italia, la exportación, considerada el motor de la industria textil transalpina, podría caer un 20 % en 2020, el equivalente a un déficit de 6000 millones de euros. Si tenemos en cuenta las repercusiones de esta caída en las exportaciones en toda la cadena de producción, toda la industria podría sufrir una pérdida de 7000 a 9000 millones de euros en su facturación.
Entre el 7 y el 17 de abril, periodo en el que fueron encuestadas, el 76 % de las empresas dijeron que todavía estaban paradas, mientras que el 24 % estaban involucradas en actividades administrativas y online. Cabe destacar que el 13 % pudo reconvertir su producción para realizar dispositivos de protección individuales (como mascarillas).
“Se han realizado inversiones para esta conversión, que podría transformarse en un negocio para las empresas dada la gran demanda de mascarillas para los próximos meses”, comentó al respecto el director general de SMI, Gianfranco Di Natale.
Casi el 95 % de las empresas encuestadas han utilizado amortiguadores sociales, especialmente el desempleo técnico y para el 65 % de ellas, estas medidas han afectado a más del 80 % de su fuerza laboral. De hecho, la demanda prioritaria de los empleadores de moda italianos dirigida al Gobierno es una ayuda en términos de amortiguadores sociales, demostrando a los líderes de la federación “una voluntad real de querer salvaguardar la fuerza laboral del made in Italy”.
En la segunda línea de solicitudes, las empresas piden “políticas de garantía de liquidez”, en otras palabras, más facilidades para acceder a préstamos, seguidas de “políticas fiscales”. “Si el Gobierno se abstuviera de solicitar en los próximos meses el depósito de impuestos sobre las ganancias futuras de las empresas, esto les permitiría inyectar recursos de inmediato en el sector, pagando a sus proveedores, etc., creando así un círculo vicioso”, señaló Marino Vago.
Entre los principales problemas causados por la crisis del coronavirus, los empresarios del made in Italy colocan en la cima de sus preocupaciones las “relaciones con sus clientes”, dicho de otra manera, el deterioro de las relaciones entre las diferentes compañías de aguas arriba o de aguas abajo dentro de toda la cadena de producción, con abuso, como enfatizan los líderes de Sistema Moda Italia, por parte de grandes grupos que utilizan su posición dominante.
Los problemas financieros y de liquidez están en segundo lugar, seguidos de la burocracia y la cancelación de grandes eventos y salones comerciales de interés para el sector. Este arrepentimiento es interpretado positivamente por SMI, que ve aquí una señal de optimismo por parte de las empresas italianas, “que quieren avanzar a pesar de la situación”.
Por otro lado, Marino Vago criticó durante la conferencia la falta de cohesión entre las diferentes empresas y distritos italianos, que han creado una vez más voces discordantes en lugar de permanecer unidos. También destacó la distribución desigual del valor a lo largo de la cadena de producción, penalizando constantemente a industrias aguas arriba, como la de los tejedores.
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